miércoles, 30 de diciembre de 2015

EXCEPCIONALISMO OBAMISTA VS EL PATRIOTISMO AMERICANO


Barack Hussein Obama
Saul Alinsky 
(Version de Karl Marx)

EXCEPCIONALISMO OBAMISTA  VS EL PATRIOTISMO AMERICANO

EL ULTRA-NEO- CONSERVADURISMO EMERJE EN USA 2016

@Manuel Prieres
Como un parto doloroso, sangrante, para traer la vida nuevamente a ese Tradicionalismo Americano herido que en los últimos tiempos está penetrado por fuerzas foráneas dispuestas a cambiar al país más poderoso del mundo…
Como respuesta surge el ultra-neo conservadurismo en el ámbito ideológico politico social de Estados Unidos.
Candidatos a la presidencia de los EE.UU. 2016 como Donald Trump y Ted Cruz dan señales de ello…
“Make America Great Again” es el Lema de Donald Trump.
“El Mandato de los Constituyentes frente a los intereses del Cartel Político en Washington” es el Lema de Ted Cruz.
En este contexto dos Talones de Aquiles se hacen presentes en el liberalismo estadounidense  ambicioso de continuar regenteando el poder desde La Casa Blanca más allá de los ocho años del “Obamismo” excepcionalista.
A saber:
A)El racismo, el homofonismo, el misogenismo, la emigración ilegal, el anti militarismo, el anti ley y orden azul, la empatía con el enemigo, serán echados a un lado para ocupar su lugar  La Seguridad Nacional.
B)Ese capricho  para que apellidos presidenciales  sean la clave para otra vez hospedarse en La Casa Blanca como “Clinton”, “Bush” ( pura dinastía) comprobarán con gran frustración que será todo lo contrario.
A continuación los invito a leer un artículo de fondo que aparece en el Diario “El País” con la firma de Marc Bassets:


Frank Marshall Davis (Comunista)
Mentor de Barack Hussein obama
LA DOCTRINA DEL EXCEPCIONALISMO OBAMISTA CONQUE EL NUEVO ORDEN MUNDIAL INTENTA CAMBIAR A LOS ESTADOS UNIDOS DE NORTE AMERICA.
HE AQUI LA DOCTRINA OBAMISTA:
El presidente Barack Obama intenta redefinir el patriotismo estadounidense. Frente a la idea de una nación elegida y única, Obama propone una alternativa: una visión autocrítica de un país excepcional, sí, pero no sólo por sus virtudes; también por sus pecados. Su versión del llamado excepcionalismo americano, patente en la reacción a los atentados de París y San Bernardino o en el acercamiento a Cuba e Irán, refleja cambios sociales de unos Estados Unidos más diversos, con una historia compleja: heroica y traumática. Y se traduce en una política exterior cauta, consciente de los límites para cambiar el mundo.
En noviembre, tras los atentados yihadistas de París, y ante las presiones para que EE UU actuase rápido y con contundencia contra el Estado Islámico (ISIS, en sus siglas en inglés), Obama dijo para defender su estrategia: “Lo que no haremos, y lo que yo no hago, es actuar para obtener beneficios políticos o para que, en un sentido abstracto, América parezca fuerte o yo parezca fuerte”.
A principios de diciembre, tras el ataque de San Bernardino (California), en el que un matrimonio inspirado por el ISIS mató a 14 personas, Obama dijo: “Lo que sabemos es que tenemos un patrón de tiroteos masivos sin paralelo en ningún otro lugar del mundo”.
En la primera declaración, Obama rechazaba el patrioterismo agresivo: la idea arrogante de que a golpe de bomba este país puede solucionarlo todo. En la segunda, señalaba una evidencia: EE UU es excepcional en muchos sentidos, pero uno de ellos es en la epidemia de muertes por armas de fuego.
Obama ve a EE UU con sus claroscuros, un contraste con la visión prevalente del excepcionalismo americano, la idea de que este país es “la ciudad brillante sobre la colina”, según la expresión de John Winthrop, uno de los primeros peregrinos en desembarcar en la Nueva Inglaterra en el siglo XVII.
Uno de los textos canónicos del excepcionalismo americano es elúltimo discurso del presidente Ronald Reagan antes de abandonar la Casa Blanca, en enero de 1989. El republicano Reagan recordó un episodio de principios de los ochenta. La tripulación de un portaaviones estadounidense avistó un barco con refugiados vietnamitas. Una lancha del portaaviones fue a rescatarlo. Cuando se acercaba al buque, uno de los refugiados dijo a uno de los marinos estadounidenses: “Hola, marinero americano. Hola, hombre de la libertad”. Esto era Estados Unidos, para el presidente Reagan: “La ciudad brillante sobre la colina”, que expresaba Winthrop, el faro de la humanidad, un imán para “los peregrinos de los lugares perdidos que se precipitan a través de la oscuridad, hacia casa”.
Obama no se cansa de repetir que EE UU es el único país que puede liderar la respuesta a grandes crisis, desde el yihadismo al ébola, pero matiza la visión de un excepcionalismo americano místico e inapelable. Sus críticos le reprochan que en 2009, poco después de llegar a la Casa Blanca, dijese: “Creo en el excepcionalismo americano, del mismo modo que sospecho que los británicos creen en el excepcionalismo británico y los griegos creen en el excepcionalismo griego”. Una de las promesas de los candidatos republicanos, en la campaña para las elecciones presidenciales de noviembre, es recuperar la grandeza estadounidense, supuestamente degradada por Obama.
Con Obama, EE UU se ha abierto a dialogar con viejos enemigos como Cuba e Irán. En ambos casos, el giro se acompaña de un mea culpa, una relectura de la propia historia.
El ‘mea culpa’
“Incluso con tus adversarios, creo que debes ser capaz de ponerte en su piel”, dijo tras el acuerdo nuclear con Irán, en julio. “Si miras a la historia de Irán, el hecho es que tuvimos alguna implicación en el derrocamiento de un régimen democráticamente electo”, dijo. Era una alusión al golpe que en 1953 derrocó al primer ministro iraní, Mohammed Mossadegh. “Soy consciente de que hay capítulos oscuros en nuestra propia historia en los que no hemos observado los principios y los ideales sobre los que se fundó el país”, dijo el presidente en abril, en la cumbre de líderes americanos en Panamá. Ninguno de los que le escuchaban —algunos de ellos, dictadores y presidentes autoritarios— entonó un mea culpa similar.
Obama articula “una forma nueva y radical del excepcionalismo americano”, escribió hace unos meses The Washington Post, en un artículo que desmenuzaba el discurso del presidente en Selma(Alabama), el 7 de marzo pasado. Aquel día, cincuenta años antes, quedó en la historia de la lucha por los derechos civiles como el domingo sangriento, por la represión policial contra los manifestantes en Selma.
En el discurso, Obama enumeró una serie de referentes alternativos de la historia estadounidense que incluía a exploradores y nativos, a inmigrantes latinos y supervivientes del holocausto, a los bomberos que perdieron su vida el 11-S en la zona cero de Nueva York y a pioneros de la lucha por los derechos de los gais. El país cambia y también el panteón del patriotismo estadounidense.
“¿Qué mayor forma de patriotismo existe que la creencia en que América todavía no está acabada, que somos lo suficientemente fuertes para ser autocríticos, que cada generación sucesiva puede mirar sus imperfecciones y decidir que está en su poder rehacer esta nación para alinearla más cerca de nuestros ideales más altos?”, dijo.
“El excepcionalismo americano persistirá en alguna forma”
“Empezamos nuestra existencia con la convicción de que éramos una nación distinta a la que Dios estaba usando para dar un nuevo comienzo de la humanidad”, escribió a mediados de siglo el teólogo Reinhold Niebuhr, uno de los pensadores de referencia de Obama y crítico con el excepcionalismo americano. “Nos cuesta casi tanto como a los comunistas creer que cualquier persona pueda pensar mal de nosotros”, decía Niebuhr en plena Guerra Fría.
No es fácil definir el excepcionalismo americano. “Significa que nosotros, los americanos, nos vemos a nosotros mismos como el nuevo pueblo elegido, seleccionado por Dios o la Providencia o la Historia para dirigir el mundo y transformarlo a nuestra imagen”, explica en un correo electrónico el historiador y exmilitar Andrew Bacevich, autor de Los límites del poder. El fin del excepcionalismo americano.
El excepcionalismo americano, dice Bacevich, no es un sinónimo de nacionalismo. Tiene un significado más amplio, dice, y está relacionado con la hybris, el término griego que designa la arrogancia desmedida. “Desde el final de la Guerra Fría, y especialmente después del 11-S”, dice Bacevich, “el excepcionalismo americano adoptó un perfil militarista y duro. Era a través del uso de un poder militar superior que Estados Unidos realizaría su misión salvadora. El presidente Obama ha reconocido el fracaso de este esfuerzo y ha intentado, en efecto, desmilitarizar el excepcionalismo americano. Pero su esfuerzo, hasta ahora, ha fracasado”.
Estados Unidos sigue atrapado en las guerras de la década pasada, en Oriente Próximo y Afganistán, y su poderío militar sigue siendo una de las bases —no la única— de su influencia mundial. “El resultado [de las elecciones presidenciales] de 2016”, dice Bacevich, “nos dará algunas claves sobre cómo se ha enmendado el concepto de excepcionalismo americano. Una cosa es cierta: persistirá en alguna forma”.




@Manuel Prieres
Miami
31 de diciembre del 2015


sábado, 26 de diciembre de 2015

LA REBILION EN LA GRANJA DEL AUTOR GEORGE ORWELL


LA REBELION EN LA GRANJA
ANIMAL FARM
@Manuel Prieres
Hubo acuerdo unánime también en celebrar todas las noches en el granero reuniones para planificar, programar y distribuir el trabajo a realizar en la Granja "animalizada". Acatándose siempre la decisión de la mayoría como índice de democracia. Esa noche los animales embriagados de felicidad y euforia festejaron el triunfo del "Animalismo" hasta altas horas de la madrugada. Se comió, se bebió y se cantó hasta la saciedad. ¡De pronto! surgió una consigna. ¡Saquear la casa de Jones! ¡Hacer desaparecer aquel nefasto símbolo! Consigna a la que se opusieron los cerdos líderes porque la morada habitada por el ya ausente explotador HOMBRE, se convertiría en un museo del "Animalismo". Y solo tendrían acceso a la misma los camaradas cerdos dirigentes.
LA NUEVA VIDA en la otrora "Granja Manor" ahora "Granja Animal" se desenvolvía en los primeros tiempos de la revolución, admirablemente. Los animales trabajaban duro, pero eran dueños de su destino (así decían Snowball y Napoleón). Y, salvo a algunos esporádicos contratiempos, todo funcionaba bién. Algunos de los contratiempos a citar sería aquellos de que las vacas al ser ordeñadas no se sabía qué hacer con la leche, lo mismo con los huevos de las gallinas, pero a los líderes cerdos se les ocurrió una "magnífica idea: que tanto la leche como los huevos fuesen almacenados en la antigua morada del señor Jones; y que el resto de los animales no se preocupasen más por el destino final de dichos alimentos, su preocupación sólo debería dirigirse a aumentar la producción.
Mas tarde, con el tiempo, los animales enteráronse que los líderes cerdos consumían la leche y los huevos excedentes, pues debido al intenso trabajo intelectual que realizaban en su condición de dirigentes de la revolución "animalista"...necesitaban una dieta complementaria -observaban-.
Pasó el tiempo, y ante la marcha de la revolución "animalista", surgieron grandes problemas que hacían peligrar su consecución. Los animales reconocieron que la granja aunque tuviese una vida ahora diferente, su propia estructura respondía a una línea concebida y trazada para ser utilizada por el HOMBRE: Utensilios, herramientas, semillas, fertilizantes, piezas, combustible, etc., COSAS imprescindibles para el mantenimiento de algo ideado y realizado por el Hombre que se llamaba: GRANJA.
Ante estas realidades, los animales en una de las reuniones del granero presionaron a sus ya parásitos líderes:Snowball y Napoleón para que buscasen una salida honrosa al desafío del Hombre ausente pero presente en su sistema creado. Desde ese instante comenzó a materializarse dos teorías "salvadoras" enarboladas por cada uno de los líderes cerdos. Snowball , por ejemplo, defendía la tesis de que los animales deberían superar sus problemas por sí mismos sin ninguna ayuda externa. Y, como solución, planteaba la construcción de un gigantesco molino de viento que resolviese todas las necesidades de los animales (Léase "Planes Quinquenales"), al mismo tiempo que disminuiría las horas de trabajo; sin embargo Napoleón, por su parte, era partidario de que los animales trabajasen más... y más para producir más comida y ,así en un futuro, entrar en contacto nuevamente con el hombre y realizar trueque de comida por herramientas. Ante estos dos puntos de vista, se dividió el voto a favor de los dos cerdos, no obstante observar como el teórico Snowball tenía una ligera ventaja en adeptos. La idea del Hombre cerca otra vez, los aterrorizaba.
A partir de entonces, surgirá una gran pugna dialéctica en cuanto a formas y métodos entre los dos líderes cerdos...hasta que un buen día, ocasión de estarse debatiendo el controversial tema, y los animales inclinarse favorablemente hacia Snowball, Napoleón viéndose en apuros emitió un pavoroso grito y al instante irrumpieron en el recinto ocho temibles perros, los cuales con las fauces babeantes y amenazadoras atacaron al indefenso Snowball... que sólo recurrió a echar pie en polvorosa hasta no cruzar los límites de la granja."animalista". Jamás se volvió a saber de aquel popular líder. Y, ahora, frente a todos con aire amenazador:Napoleón escoltado por sus ochos temibles mastines. Sobre la aparición en escena de esta temible Guardia Pretoriana, los animales enteráronse que dichos perros eran hijos de "Sira" la vieja perra muerta tiempos atrás, la cual en su último parto había tenido ocho cachorritos pero nunca se supo qué había sido de ellos. Ahora, se despejaban las interrogantes:Napoleón -solapadamente- secuestró los cachorritos... y, a ocultas, los formó a su aire para utilizarlos en el momento preciso. Hoy, había sido el día; Hoy, habían expulsado a Snowball de la granja; Hoy, Napoleón asaltaba el poder "animalista" y se colocaba como único amo y señor (Léase Stalin).
DESDE ahora en adelante desaparecerá todo vestigio de democracia en la colectividad animal. Los debates públicos en el granero serán abolidos. El trabajo aumentará, incluso habrá que trabajar los domingos "verdes"; y, si alguien manifestare su inconformidad con el nuevo "sistema", siempre surgirá esta demoledora frase de labios del nuevo dictador: "Acaso prefieren que el Hombre regrese nuevamente a explotarlos (Léase esto como el chantaje oficial en los sistemas comunistas: Acaso quereis que los explotadores capitalistas regresen a posesionarse de sus privilegios otra vez"). Napoleón y sus ocho perros escoltas irán, de ahora en adelante, a habitar la casa de Jones; tendrán derecho a adicionales cuotas de alimentos y se reparará el olvidado quitrín del Sr. Jones, destinándose exclusivamente a Napoleón en sus constantes viajes al pueblo para sus entrevistas con el HOMBRE, y, por supuesto, que tirado por el noble y poderoso caballo "boxer".
@Manuel Prieres
Miami, 12-24-2015