ACCATONE EL ESCUDERO DE "PACA"



miércoles, 25 de septiembre de 2019
"NO ME DIGAN AGUSTIN, DIGANME ACCATONE" EL "ESCUDERO" DE "PACA"
Agustin Novellas (Accatone)
La "Finquita" el patio de atras contiguo a la cabaña de la Planta Hidraulica en el río Guaso
"Paca" La hija del Poeta
NO ME DIGAN AGUSTIN , DIGANME ACATONE
El Escudero de “Paca”
@Manuel Prieres
En el entronque de la carretera que va para Santa Maria y el Puente que cruza el río Guaso para ir hacia el Reparto Confluentes, se hubo de levantar una caseta donde su interior era ocupado por una bomba hidraulica de grandes proporciones que mandaba el agua del río hasta la region de “Mongomery” por unas zanjas (canales) que irrigaban los campos de cañas de la zona.
El encargado de esos regadíos por muchos años fue Enrique Novellas quien a comienzos de los años 70s le nació la idea de ir a vivir en el mismo sitio donde se encontraba dicha turbina muy cerca del río Guaso.
Allí hubo de ir levantando una morada familiar que llamaría “La Finquita”.
“La Finquita” punto de partida de Agustín Novellas que con el tiempo se le apodaría “Accatone” cuando en el Club “Piccolo” a pocas cuadras de “La Finquita” y en una fiesta que asistía se subió a la tarima de los músicos comunicandole a los presentes “No me digan Agustín, diganme Accatone”.
A mediados de los años 60s y comienzo de los 70s la ciudad de Guantánamo resultaba en cierta forma surrealista partiendo que el sistema comunista se lo engullía todo sin embargo se habría de producir algo sui generis. Y es que la juventud siempre se inventa, se fabrica, se birla, espacios para vivir pedacitos de libertad, de espontaneidad, de escapismo, sacar sonrisas y alegrías donde presuntamente no había nada que inventar.
Por tanto la decision “huir” hacia el mundo de “Paca” ya convertido en una especie de santuario para tirios y troyanos era una constante.
Desde el conocido miembro del Minint Lucero, pasando por chicos y chicas del Curato, intelectuales de libros bajo el brazo devotos del “Caimán Barbudo”, profesionales, jodedores, infiltrados, medicos, monaguillos… eran los visitantes al mundo de la Hija del Poeta.
Ahí un día llegó con su inconfundible sonri-carcajada y figura de Jokey Accatone del brazo de un amigo virtuoso pianista y compositor de canciones
Comenzaba 1970 en Guantánamo “Año de la Zafra de los 10 Millones” y los jóvenes apostaban por escapar hacia la Base Naval USS de Gitmo. Dias de efervescensia revolucionaria, como por ejemplo el “Sector 10” del MININT con su sede en el edificio de Manolito Martinez en un entrar y salir de los verde olivo con sus pistolas Makarov al cinto de cuero. Juicios relámpagos en la concha del Parque Martí. En casa de Monguin Mola – calle Narciso Lopez- se hacinaban contrarrevolucionarios capturados en espera de juicios en el Jurídico de Santiago de Cuba.
En fin. Tiempos de revolución.
En este sentido señores, cómo se podia entender que los fines de semanas un nutrido grupo heterogeneo pero marcados casi todos –excepto los segurosos que los monitoreaban- por poder ser transgresores.
Ahí llegó el joven de figura de jokey y sonri-carcajada inimitable, convertído en un abrir y cerrar de ojos en el “Escudero de Paca” con todas las ventajas y responsabilidades que ello demandaba.
Accatone guarda celosamente en su poder decenas de valiosas fotos –en blanco y negro- como prueba de las vivencias protagonizadas por un nutrido grupo de guantanameros jóvenes que supieron ser LIBRES en circunstancias adversas y peligrosas.
A continuación los asiduos visitantes al Santuario de Paca en tiempos de Revolución:
"Paca" la Hija del Poeta:
@Manuel Prieres
9-25-2019
Miami

miércoles, 25 de septiembre de 2019

"NO ME DIGAN AGUSTIN, DIGANME ACCATONE" EL "ESCUDERO" DE "PACA"


 Agustin Novellas (Accatone)
La "Finquita" el patio de atras contiguo a la cabaña de la Planta Hidraulica en el río Guaso
 "Paca" La hija del Poeta

NO ME DIGAN AGUSTIN , DIGANME ACATONE

El Escudero de “Paca”

@Manuel Prieres

En el entronque de la carretera que va para Santa Maria y el Puente que  cruza el río Guaso para ir hacia el Reparto Confluentes, se hubo de levantar una caseta donde  su interior era ocupado por una bomba hidraulica de grandes proporciones que mandaba el agua del río hasta la region de “Mongomery”  por unas zanjas (canales) que irrigaban los campos de cañas de la zona.

El encargado de esos regadíos por muchos años fue Enrique Novellas quien a comienzos de los años 70s le nació la idea de ir a vivir en el mismo sitio donde se encontraba dicha turbina muy cerca del río Guaso.

 Allí hubo de ir levantando una morada familiar que llamaría “La Finquita”.

“La Finquita” punto de partida de Agustín Novellas que con el tiempo se le apodaría “Accatone” cuando en  el Club “Piccolo” a pocas cuadras de “La Finquita” y en una fiesta que asistía se subió a la tarima de los músicos comunicandole  a los presentes “No me digan  Agustín, diganme Accatone”.

A mediados de los años 60s y comienzo de los 70s la ciudad de Guantánamo resultaba en cierta forma surrealista partiendo que el sistema comunista se lo engullía todo sin embargo se habría de producir algo sui generis. Y es que la juventud siempre se inventa, se fabrica, se birla, espacios para vivir pedacitos de libertad, de espontaneidad, de escapismo, sacar sonrisas y alegrías donde presuntamente no había nada que inventar.

 Por tanto la decision “huir” hacia el mundo  de “Paca” ya convertido en una especie de santuario para tirios y troyanos era una constante.

 Desde el  conocido miembro del Minint Lucero, pasando por chicos y chicas del Curato, intelectuales de libros bajo el brazo devotos del “Caimán Barbudo”, profesionales, jodedores, infiltrados, medicos, monaguillos…  eran los visitantes al mundo de la Hija del Poeta.

Ahí un día llegó con su inconfundible sonri-carcajada y figura de Jokey  Accatone del brazo de un amigo virtuoso pianista y compositor de canciones

Comenzaba 1970 en Guantánamo “Año de la Zafra de los 10 Millones” y los jóvenes apostaban por escapar hacia la Base Naval USS de Gitmo. Dias de efervescensia revolucionaria, como por ejemplo el “Sector 10” del MININT con su sede en el edificio de Manolito Martinez en un entrar y salir de los verde olivo con sus pistolas Makarov al cinto de cuero. Juicios relámpagos en la concha del Parque Martí. En casa de Monguin Mola – calle Narciso Lopez- se hacinaban contrarrevolucionarios capturados en espera de juicios en el Jurídico de Santiago de Cuba.

En fin. Tiempos de revolución.

En este sentido señores, cómo se podia entender que  los fines de semanas un nutrido grupo heterogeneo pero marcados casi todos –excepto los segurosos que los monitoreaban- por poder ser transgresores.

Ahí llegó el joven de figura de jokey y sonri-carcajada inimitable, convertído en un abrir y cerrar de ojos en el “Escudero de Paca” con todas las ventajas y responsabilidades que ello demandaba.

Accatone guarda celosamente en su poder decenas de valiosas fotos –en blanco y negro- como prueba de las vivencias protagonizadas por un nutrido grupo de guantanameros jóvenes que supieron ser  LIBRES en circunstancias adversas y peligrosas.

A continuación los asiduos visitantes al Santuario de Paca en tiempos de Revolución:


@Manuel Prieres
9-25-2019
Miami



ACCATONE EL ESCUDERO DE "PACA"

EL MUNDO DEL POETA Y SU HIJA "PACA" REFUGIO DE UNA JUVENTUD QUE CONTRA
VIENTOS Y MAREAS SONREIAN, LIBRES Y COMPARTIAN.



lunes, 23 de septiembre de 2019

¿FUE EL POETA ANTI IMPERIALISTA O GERMANOFILO?

lunes, 23 de septiembre de 2019


PACA LA HIJA DEL POETA





 PACA
@Manuel Prieres

Paca
provenía de una familia conocida y respetada en la ciudad de Guantánamo gracias a que su padre habia sido un intelectual de renombre y fama tanto en el país como en el exterior, miembro de la Real Academia de La Lengua tambien; así como un hermano de ella quien a los comienzos de la revolución había ostentado alto cargo de la  GUERRILLA en el poder; De modo que todo ello constituía una si se quiere “Patente de Corso” para la impetuosa e interesante mujer que la llevará a alternar –en tiempos de revolución- tanto con “cocuyos como con “goticos”, con tirios como con troyanos.

Delgada, alta, de porte interesante aunque no podría decirse que era una mujer bella. Aferrándose siempre a proyectar una imagen equidistante de los convencionalismo pueblerinos arraigados en la mentalidad de sus paisanos. Su don de mundo, su basta cultura, dominando el francés y el inglés, como su condición de hija del Poeta insigne que le arropará de arriba a abajo, era su carta de presentación.

Acercarse a ella significaba el escaparse de la asfixiante atmósfera revolucionaria en la sud oriental ciudad de Cuba.

Cuando alguien tocaba a la puerta de la casa cita en la calle de Bernabé Varona, era ella quien recibía al visitante.

Las puertas de aquella casona estaban abiertas para todos.

El interior de la morada con paredes tapizadas, cenefas, moviliario de gusto victoriano, esculturas, horreos gallegos y asturianos.

 Pinturas originales unas, y copias otras. Espacioso patio con fuentecilla en el centro, jasmines de noche, tres banquillos de madera pintados de blanco, marquesinas con vidrio de vitral, el baño y la cocina con mosaicos de azulejos.

Pero lo que mas llamaba la atención del visitante a la casa del Poeta era la proliferación de libros   saliendo al paso por doquier. Folletos, revistas, manuscritos algo desordenados. No bastará pues la gran biblioteca  para cobijar libros y mas libros, sino sobre las mesas, sillas, sobre las camas, en el cuarto de baño; o sea que “el intelecto te salía a cada paso”.

Asimismo una semi penumbra adueñada del interior del inmueble por rincones y habitaciones.

  Una cama de Brass y un letrero a la entrada del aposento: “Maudi soit qui  mali pense”.

Existía en el Guantánamo de los 1960s tres sitios donde muchos se daban cita para airear sus existencias a modo si se quiere de antídoto ante el barraje revolucionario que les caía encima.

Había que “escapar” hacia el mundo  de “Paca” convertido en una especie de santuario.

 Desde el  conocido miembro del Minint, pasando por chicos y chicas del Curato, intelectuales de libros bajo el brazo devotos del “Caimán Barbudo”, profesionales, jodedores, infiltrados, medicos, curas, monaguillos…

Paca:
 protagonista de tórridos amores desde el joven con quien se hubo de casar, hasta el enloquecido lance amoroso con “Caballo Loco” que en un momento de la relación le dejaría signos de violencia en el rostro.

Amistades peligrosas como la del bayamés que se dedicaba a vender visas falsas de Mexico.

Amistades de la UNEAC y del ICAIC procedentes de la capital que se daban  cita en  la casa de El Poeta cuando bajaban hasta el Guaso y Paca era la anfitriona que los recibía y agazajaba. Muy rentable aquello de lo mismo tratar con “ñangaras” que con “gusanos”.

El hecho de ser la hija de El Poeta era todo un privilegio que Paca sabía aprovechar.

Pasaron los años y aquel circulo de personas que la visitaban asiduamente comenzaron a marcharse del país, unos escapando por la Base Americana de Gitmo entre ellos su joven marido, como por Rancho Boyeros el  “Caballo Loco”.

Se fue quedando sola Paca entre las cuatro paredes de la casa de Bernabé Varona.

La intelectualidad oficialista guantanamera siempre tuvo tendencia de ignorarla, de pasarla por alto, acaso por su abolengo burgues, su linaje, que como consecuencia la iria sumiendo en un ostracismo, un abandono, triste y doloroso sin regreso.

La Dulce María Loynaz guantanamera pudiera calificársele.





Vidas paralelas muy parecidas: una hija de un general mambi (autor de la letra y musica del himno invasor) y la otra hija de un laureado Poeta miembro de la Real Academia de la Lengua.

¿Que pudieran tener en común ambas mujeres?

Pues sus respectivos hogares convertidos en santuarios.

En esta crónica escrita con prisa he querido detenerme en uno de los capítulos escenificados por esa potencia, ese personaje, que cubrió largos períodos de su espectacular vida.

El Patio de mi casa
El patio de mi casa lleno de vida
La luz es iris trémulo que pasa
Entre la fronda dormida.

Las campánulas trepadoras,
Las campánulas trepadoras abren su incensario,
Una clueca colma de ruido la hora,
Y los pájaros cautivos glorian este escenario.

Flores que miran,
Flores que miran  con tonos y matices,
Palomas que vuelan, libélulas que giran,
En torno a los cálices felices.

Perro blanco echado,
Perro blanco echado junto al quicio,
De puerta añosa. El tamarindo ahilado,
Es como quien impone a los rosales juicio.

El Poeta.

A Paca.
a Flora Boti


Fue la varona de hierática reciedumbre
férreo apego al terruño solariego
perla y patrona de las arcas
diana de todos los tábanos.


AUGUSTO LEMUS MARTINEZ


La hija de El Poeta.
@Manuel Prieres
Miami Beach
3-9-2017