miércoles, 3 de diciembre de 2008

HONORABLE ALCALDESA DE MIAMI BEACH: LOS JUDIOS HAN REACCIONADO HISTORICAMENTE IGUAL QUE NOSOTROS LOS EXILIADOS CUBANOS EN MIAMI.

Matti Herrera Bower
Alcaldesa de MIami Beach
Foto Roberto Koltun/El Nuevo Herald
Richard Wagner
Foto Google Internet

Vanessa Redgrave
Foto Google Internet


HONORABLE ALCALDESA DE MIAMI BEACH:
Los judíos han reaccionado históricamente
igual que nosotros los exiliados cubanos en Miami.

Por Manuel Prieres

Fuerte polémica por la decisión de un director que tocó Wagner en Israel Es el argentino Daniel Barenboim, director de la Opera de Berlín
Se había comprometido a no ejecutar obras del compositor alemán, reivindicado por el nazismo
Pero al final de su actuación sorprendió con Tristán e Isolda
Jerusalén.

AP, ANSA y EFE
Había prometido que no iba a hacerlo, pero no cumplió. El director musical Daniel Barenboim había aceptado las presiones y dijo que no iba a interpretar la música de Wagner, el compositor favorito de Hitler, asociado al antisemitismo. Sin embargo, en el Festival de Israel lo hizo: se ganó los aplausos de una parte de la audiencia, los abucheos de otro sector, y una repercusión política que excedió largamente la sala del concierto.
El director fue criticado por el primer ministro israelí, Ariel Sharon: "La audición se ha hecho demasiado pronto, porque aún viven en Israel muchas personas a quienes todavía les resulta difícil oír la música de Wagner".Efraim Zuroff, director del Centro de Documentación Judía Simón Wiesenthal de Jerusalén, instó a las orquestas israelíes a boicotear a Barenboim y calificó su actuación de "insulto al prºblico israelí".
El reconocido director Barenboim —nacido en la Argentina, criado en Israel, radicado en Berlín— se presentó el sábado en Jerusalén en el más prestigioso festival de arte. Barenboim y la orquesta de la Berlin Staatskapelle interpretaron la Cuarta Sinfonía de Robert Schumann y La Consagración de la Primavera, de Igor Stravinsky.
La música del primer acto de la ópera La Cabalgata de las Walquirias, de Richard Wagner, había sido anunciada en el programa original, con tres cantantes, entre ellos el famoso tenor Plácido Domingo. Por las protestas de los sobrevivientes del holocausto judío y presiones políticas del Parlamento, los organizadores pidieron a Barenboim que eligiera otro programa.
En un primer momento, Barenboim dijo que iba a dejar de participar, pero luego accedió al pedido de no tocar Wagner, dejando en claro que iba en contra de su voluntad. Es conocida la postura de Barenboim por la libertad de expresión.El concierto se desarrolló sin incidentes.
El director y la Staatskapelle de Berlín ya habían ofrecido tres conciertos desde el viernes como parte del Festival Internacional de Música y Drama de Israel.Pero cuando llegaba el fin del concierto del sábado, Barenboim se dirigió al público y le preguntó si deseaba que tocara una pieza de Wagner.
La respuesta de buena parte de la concurrencia fue un fuerte aplauso. Otros se opusieron."Es una vergüenza", gritó Penina Pely, que da charlas sobre judaísmo. "Es la música de los campos de concentración", gritó otro. Algunos salieron a defender la postura del director. "No tiene que escuchar", respondió Michael Avraham, un ingeniero de 67 años: "Se puede ir a su casa. Usted no pasó por el Holocausto. Yo sí".A viva voz, algunos recordaron que la música que él quería tocar "sonaba mientras un millón de niños judíos eran asesinados en las cámaras de gas".
Barenboim escuchó todas estas reacciones y en hebreo pidió a los que protestaban que dejasen a los otros escuchar. Dijo comprender que para muchos de los 300.000 sobrevivientes del Holocausto la música del alemán "está terriblemente asociada al nazismo, pero Wagner no tiene la culpa y no se puede impedir a otros escucharla".
Dirigiéndose al sector del público que estaba de su lado, agregó: "Se los dedico personalmente a ellos". Y luego les pidió a los disconformes que "se pueden molestar conmigo, pero por favor no se disgusten con la orquesta ni con los organizadores del festival". Dicho esto, marcó con la batuta el inicio de un fragmento de "Tristán e Isolda". "Juden raus", gritó furioso un espectador en alemán, lo que significa fuera los judíos. Otro le gritó: "Concéntrate en los campos".No son pocos los que asocian a Wagner con el nazismo.
El compositor falleció 50 años antes que Adolf Hitler ascendiera al poder en Alemania, pero su música sirvió de inspiración a la propaganda cultural nazi.
Durante más de 50 años hubo una prohibición informal para la interpretación pública de su obra en Israel, aunque ocasionalmente su música es escuchada en la radio estatal israelí.
No es ésta la primera vez que se interpreta Wagner en Israel: en 1981 tuvo que ser suspendido un concierto.Desde las altas esferas de la política israelí le hicieron saber al director su disconformidad.
El ministro israelí de Cultura, Matán Vilnaí, opinó que "la cultura es saber comportarse y respetar al público.
Fue un truco sucio". El alcalde de Jerusalén, Ehud Olmert, calificó al director de "descarado, arrogante, incivilizado e insensible" y el líder del opositor Partido Nacional Religioso, Shaul Ayalon, manifestó que se trató de "un gesto humillante para las víctimas del Holocausto".
Barenboim dijo esperar que su postura les dé coraje a otras orquestas a que interpreten en Israel la obra de Wagner.

En
1977 Fred Zinnerman le otorgó un papel que se ajustaba a su propio ideario personal: Julia, la mejor amiga de Lillian Hellman, una revolucionaria asesinada que pretendía que su compañera se hiciese cargo de su hijo, fue el papel por el cual Vanessa obtuvo el Oscar al quedar enteramente fusionado el perfil del personaje con su imagen pública. Semanas previas a la ceremonia la actriz se había proclamado simpatizante de la causa palestina y miembros de la comunidad judía había quemado una efigie suya. Cuando aceptó su premio, Vanessa, vestida con una túnica vaporosa inspirada en modelos medievales, ofreció un discurso que sacudió el patio de butacas: Queridos colegas: quería daros las gracias. Pienso que Jane Fonda y yo hemos hecho el mejor trabajo de nuestra vida. Desde aquí os saludo y rindo tributo por no dejaros intimidar ante las amenazas de un grupo de sionistas matones, cuyo compartamiento es un insulto a la verdadera talla de los judíos de todo el mundo. Y os prometo que seguiré luchando contra el antisemitismo, la opresión y el fascismo. Parte del público la vitoreó y Paddy Chayefsky la amonestó en el transcurso de la ceremonia. Finalizada la misma, Marsha Mason -Nominada ese año por La chica del adiós- dijo que Vanessa era muy valiente.

NOTA: Vanessa Redgrave asistirá al XXX Festival del Cine en Cuba Comunista en este mes de diciembre.


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