miércoles, 11 de noviembre de 2009

MILLONES DE MUERTES HA PERPETRADO EL COMUNISMO EN SU HISTORIA.

LA CHECA (El Alto mando)
Queremos simbolizar los millones de muertos por el comunismo
en la familia del Zar Nicolás de Rusia, ejecutados todos ellos
por los bolcheviques
Foto Google Internet
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El Zar y su familia. Foto google Internet

Capilla donde fue ejecutada la familia del Zar de Rusia
En la pared-convertida en Paredón- los impactos
de los disparos a sangre fría que acabó con la dinastía Romanov.
Foto Google Internet

Relación de los Muertos por el Comunismo planetario
(Según El Libro Negro del Comunismo):

URRS -20 MILLONES
CHINA - 65 MILLONES
VIETNAM - 1 MILLON
COREA DEL NORTE - 2 MILLONES
CAMBOYA - 2 MILLONES
EUROPA ORIENTAL - 1 MILLON
AMERICA LATINA - 150,000
AFRICA- 1,7 MILLONES
AFGANISTAN - 1,5 MILLONES

El asesinato de los Romanov

En Julio de 1918, se envó a Ehaterinenburgo un equipo especial de comisarios de La Checa, reforzado con mercenarios letones y austriacos, con órdenes de Lenin de exterminar a la familia del ultimo Zar de Rusia, Nicolás II. No hubo una decisión colegiada:simplemente, Lenín dio instrucciones a Dzserzinsky y al presidente del gobierno, Jakov Sverdlov , de hacerlo inmediatamente para socavar la moral de los Guardias Blancos (fuerzas antibolcheviques). El Zar, la Zarina y sus hijos, así como algunos ayudantes y sirvientes, fueron brutalmente asesinados a tiros en el sótano de la casa de un antiguo comerciamte con ráfagas de ametrallladora. A los que sobrevivieron a las balas se les remató a bayonetazos. Después, los cadáveres fueron enterrados en un lugar secreto para evitar que el lugar de la ejecución se convirtiera en un santuario monárquico. Yankel Yurovsky, el hombre que llevó a cabo la ejecución, fue elegido para la tarea porque gozaba de la completa confianza de Lenin y de Dzerzinsky. Más tarde fue nombrado para uno de los principales cargos de la Checa. Del resto de los ejecutores se dijo que habían quedado sin recmpensa. Yorovsky ordenó a los que habían tomado parte voluntariamente en la ejecución que devolvieran todas la joyas de la familia real masacrada que habían cogido y, muy a su pesar, tuvieron que obedecer.

Tomado del libro KGB : Leales Camaradas Asesinos Implacables, del autor Slava Katemidze.

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