lunes, 14 de diciembre de 2009
DEL PORTAL DE E.ICHIKAWA: UN DEBATE REDUCCIONISTA.
Un debate reduccionista
Enviado por ei en Diciembre 14, 2009 – 4:45 am
Rafael Piñeiro
Se debate en estos días en Miami sobre el racismo en Cuba, a propósito de aquella carta de intelectuales negros norteamericanos en la que se condena al castrismo por marginar a los de piel oscura. Todo debate serio (y menos serio también) sobre la realidad isleña se propicia y desarrolla siempre en el sur de la Florida, por motivos obvios. Y es así que en la radio política y en la tv locales, sesudos comentaristas y analistas hacen su pequeña cuota de aportación al tema casi a diario. De más está decir que es este un debate reduccionista y por lo tanto casi inútil.
El simplismo, la estrecha demarcación que proponen quienes ahora descubren el agua tibia con el tema del racismo, enmascara, oculta la realidad más acuciante e inmediata, la de la discriminación absoluta y total, la del apartheid ideológico, político, social… Alguien hablaba de una “mandelización” del tema cubano y no puedo más que estar de acuerdo.
Es cierto, existe a nivel del cubano de a pie un racismo histórico, cultural e idiosincrático que no puede ser negado. Es, a ojos vista, un racismo folclórico y representativo, muy parecido al que puede verse en cualquier otro rincón del mundo. Y es un racismo bidireccional, que circula en más de una dirección y que va y viene sin complejos. El blanco en cierta forma excluye al negro y el negro arremete con furia contra el blanco en una variante de racismo aún más profunda e inquietante.
Pero como lo que prevalece en la isla y en el cubano en general es un concepto de identidad nacional sobre etnias, razas y creencias, no es este racismo de a pie un tema divisional y mucho menos apremiante. Es el racismo institucional del castrismo el que preocupa a investigadores y estudiosos como Enrique Pattersson y Ramón Humberto Colás. Y es cierto, la discriminación es palpable y comprobable: escasos dirigentes importantes, poquísimos generales… eso, a pesar de que los mandos medios y las dirigencias provinciales del partido están atestadas de hombres de color, como corresponde a la relación porcentaje total/porcentaje representativo de la isla.
Pero hacer del racismo, institucional o de a pie, un tema de avanzada en el caso cubano es de una futilidad tremenda. Hablemos de discriminación en general y seremos más precisos. En Cuba se discrimina a todos, no por el color de la piel sino tan sólo por ser parte de la plebe nacional, a la que sus altísimos dirigentes utilizan y desprecian. En Cuba, casi de más está decirlo, se discrimina por pensar y actuar de diferente manera a la institucionalizada… y se castiga.
-FOTO: Maceo y médicos mambises: bvs.sld.cu
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