jueves, 18 de febrero de 2010

MANIFESTANTES "CONTESTATARIOS" EN CUBA 2010

Saturday, November 14, 2009

¿DONDE NACIO "CONTESTATARIO" EN EL CONTEXTO CUBANO


¿QUIEN HA SIDO EL AUTOR –EN EL CONTEXTO CUBANO- DEL VOCABLO:
“CONTESTATARIO”?

Por Manuel Prieres

Miami-Agosto 1 de 1990.
El imponderable adquiere formas en las piernas de los cubanos que en los últimos días corren y saltan verjas de las embajadas extranjeras en la capital cubana. Las agencias noticiosas internacionales nos traen noticias, unas detrás de otras, del asilo de individuos en las legaciones de Checoeslovaquia, España, Italia. Oficinas de Intereses USA, reeditando los días aciagos de la Embajada de El Perú, en La Habana, precisamente diez años atrás. Aunque, vale decir, que las características de esta última miniestampida sean diferentes.

Diez años atrás fue multitudinaria y espectacular; la de estos días ha sido dosificada y algo confusa. No obstante, los protagonistas (salvo los infiltrados de la seguridad) son los mismos contestatarios de ayer y de hoy, conformadores de ese fenómeno social que impacta la sociedad cubana bajo el castro comunismo.

Comúnmente a las personas que forman oposición dentro de los regimenes comunistas se les identifica como disidentes (entre los más famosos me viene a la mente André Martín Sajarov, soviético, y recientemente fallecido) . El Disidente, aunque opositor, proviene generalmente de las canteras ideológicas marxistas que finalmente abandona.

En el caso cubano, sin embargo, bajo el comunismo ha irrumpido el “Contestatario”: novedosa alternativa al disidente tradicional que contesta, se manifiesta en forma externa y abierta sin más caras, cuestiona, denuncia, no esconde sus propósitos de huir, y su procedencia ideologica no necesariamente resulta marxista; quien históricamente logra exponerse multitudinariamente en algo como fue la Embajada de El Perú, en La Habana; o lo que actualmente se gesta dosificadamente en ciertas embajadas capitalinas. Pero que también pudiera ser de índole individual como la reacción Contestataria del embajador español Lojendio frente a Fidel Castro en la television al principio de la revolución comunista; o esta otra muy reciente cuando un joven desconocido (que yo cariñosamente le he puesto Espartaco) quien en el Palacio de los Deportes en la capital cubana, gritó: ¡abajo Castro! Antes de que lo apolimaran y desaparecieran.

Pero…¿Cómo nació el fenómeno social contestatario en Cuba?

Corría el año 1970 en la sudoriental ciudad de Guantánamo (“Año de los Diez Millones”) y la zafra gigante había sido militarizada en todo el país. Los contigentes de población movilizada a los cortes de caña eran de pronóstico hemorrágico. Y mientras, ¿qué sucedía en los campos de caña? Pues la improvisación por parte del Partido enseñoreándose; la desorganización resultando tan manifiesta que era imposible aquello de cortar 150 arrobas diarias; falta de herramientas, alojamientos inadecuados, escasez de comida que convertía la existencia en los campos de cañas en un verdadero infierno. Y la gente comenzó a abjurar, aunque a sabiendas de ser considerados desertores. Pero no les quedaba, pues, otra alternativa que intentar cruzar la cerca de peerless de la Base Naval Americana.

Generándose, a partir de entonces, tamaña “estampida de jóvenes desertores de la caña hacia la base yanqui. Una buena parte lograría cruzar y asilarse; pero otra, capturada y puesta a disposición de; “Sector 10” del MININT (con sede en la ciudad de Guantánamo) ocurriéndosele malevolamente a dicha institución represiva el “dar un escarmiento” con los aprisionados, orquestando un burdo espectáculo sobre la concha o tarima del parque Martí, que consistía en celebrarle juicio revolucionario a todo aquel capturado intentando cruzar la cerca de la base. Ionesco se habría rasgado las vestiduras ante tamaña jugada teatral:”con su tribunal uniformado de verde oliva, y todo; el prepotente fiscal del jurídico del MININT; el descolorido y nervioso abogado “defensor”; unos jóvenes acusados de realizar “el cruce”, así como un público espectador rodeando la tarima en complemento caricaturesco de corte o juzgado a la intemperie.

Sucia, bochornosa mascarada oficial, en la que los jóvenes encartados en vez de ira revolucionaria, producían pena, simpatía, solidaridad por gran parte del público curioso. Y ante la sorpresa del patibulario tribunal, poco a poco, comenzaron a escucharse de entre el auditorio conminaciones como éstas: ¡Contéstenle!, ¡Contestenle! ¡No se callen! ¡Defiéndanse! Reacciones éstas contestatarias (como se las hubo de bautizar por la gente) que se repetían cada vez que se celebraban juicios en la Concha del Parque Martí. ¡Contéstenle! ¡Contéstenle! El susodicho experimento ejemplarizante insólitamente se tornaba en un relajo colectivo, en un hazmerreír popular ante los ojos atónitos de las autoridades. Llevándolas rápidamente a suspender definitivamente los juicios al aire libre en el Parque Martí. Pero ya era muy tarde para evitar el precedente de confrontación cívica, bautizado por el pueblo como contestatario.

Después de Guantánamo, vendría un rosario de manifestaciones “contestatarias” por doquier : la Embajada de El Perú; La Plaza de Tienanmen, el Muro de Berlín, Timisoara, la Plaza de San Wesceslao…

El existencialismo –según Bertrand Russell- es un universo donde buscan guarnecerse las almas rotas, quebradas, atormentadas, perseguidas, marginadas, marcadas; pero todo –decimos nosotros- tiene un límite (hasta el existencialismo) y es cuando se produce el “chasquido” interior que explosiona, desborda, desboca, colisiona, que eyacula las inmundicias retenidas por sécula seculorum; que echa a un lado al “camarada” miedo resultándole intolerable; donde la prudencia es pecado, y las gesticulaciones carismáticas virtudes. Ya no hay regreso a la indefensión, a la soledad individual, al agravio institucionalizado, todo es contagioso, novedad arrolladora, desafío.

¡Ay Dios! Ya irrumpe en el acontecer cubano una tercera generación muy dañada (existencialista hasta el tuétano de sus huesos) al borde de la metastasis contestataria. El imponderable alborea. ¡Ay Dios!

Agosto 1 de 1990.

Nota: debemos decir que comenzando la década de los 90s en el exilio había un gran debate con relación a quién llamarle “disidente” y a quién llamarle “Opositor”, fue cuando, yo, recordando los acontecimientos en mi pueblo natal Guantánamo, en la Concha del Parque Martí, publique este artículo, en el Diario Las Américas, como en la búsqueda de una síntesis entre “Disidente” y “Opositor”, encontrando el vocablo “contestatario” como muy oportuno para ello.

Hoy día, en el 2010, todo un universo se refiere al vocablo “contestatario” y a lo mejor sin saberse a cien si a ciertas cuál fue su origen. Aquí está la respuesta. Nació en el exilio cubano de Miami un 1 de agosto de 1990. M.P.

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