Por Alberto Gutierrez
Dicen que las circunstancias cambian los casos y creo que hasta la forma en que usamos el disparate para expresar lo que sentimos. Recientemente el grupo musical cubano Los Van Van se presentó en el James L. Knight Center de la Ciudad de Miami, y a decir verdad celebro que haya sido así. Pero ¡ojo!, no tienen unos porqué alarmarse ni otros porqué alegrarse. No ha concluído repentinamente mi oposición de cinco décadas a la tiranía castrista. Ni tampoco mi rechazo hacia lo canallesco de aquellos que aún la apoyan , bien sean Los Van Van o un Pedro Pérez cualquiera.Y sí no uso el verbo repudiar es porque me recuerda los actos de la chusma colaboracionista en Cuba contra quienes intentan respirar libertad.
Me gustaría que nadie tuviera que marcharse de Cuba.Desgraciadamente hoy no menos de un 20% del pueblo cubano radica en el extranjero y quién sabe cuantos los seguirían de ser posible.El interminable éxodo por distintas vías es prueba del fracaso de la revolución que se anunció verde como las palmas cuando de hecho nunca lo fué.Pero también existe una durable influencia de la tiranía castrista entre muchos cubanos luego de dejar atrás las cadenas.Sin ir más lejos ,descartando a los infiltrados, los agentes no tan encubiertos o lo que sea, los varios miles que prácticamente hace horas terminaron de aplaudir a Los Van Van han demostrado una vez más la realidad del cordón umbilical totalitario desde La Habana.Ellos fueron partícipes en nombre de tiempos ya bailados al ritmo de quienes estuvieron hasta ligados a la zafra de los 10 millones, el fiasco azucarero de mucho estruendo y uno de los tantos pasos hacia el abismo donde se encuentra nuestra sufrida patria.Orondo uno de los entusiastas asistentes llegó decir que había ahorrado a capa y espada para poder comprar el boleto de entrada.Pero a ninguno le importó que los músicos presentes fueran alabarderos de la opresión.Ni tampoco de la prevalente miseria que al fin y al cabo es el verdadero motivo de muchos para viajar a "La Yuma"
Admito que en días anteriores al ¿magno? evento tuve la peregrina idea de escribir a la Casa Blanca para expresar mi inquietud por la inminente visita artística .Después más sosegado opté por no hacerlo.Basado en mis experiencias con administraciones anteriores mi esfuerzo hubiera sido como arar en el mar contribuyendo sólo a aumentar mi confusión . La confusión que vive en mí desde 1961 cuando la Brigada 2506 fué abandonada en Bahía de Cochinos.La confusión aumentada al año
siguiente cuando la componenda de John y Nikita garantizó que no se permitiría molestar al tirano cubano ni con el pétalo de una rosa ..La componenda , dicho sea de paso, mantenida desde entonces con una religiosa religiosidad a pesar de selectas y convenientes apariencias de hostililidad norteamericana. Y con la singular característica de poder invocarse con tecnicalidades legales para penalizar a quién se atreva tan siquiera calcular de que manera se puede lanzar una piedra desde "La Sagüecera" de Miami hasta el llamado Palacio de La Revolución en la habanera plaza con nombre cambiado .
Tampoco he logrado disipar esa confusión al observar que Estados Unidos es el quinto socio importador en Cuba a pesar del embargo comercial norteamericano deslindado en 1962. Y es también la misma que me induce a buscar en diccionario trás diccionario una definición de intercambio cultural que explique el tren de una sola vía repleto con todos los que están, pero donde no están todos los que son. Porque todavía faltan otros más y porque el Van Vanazo -la política de entendimiento entre intereses norteamericanos y la tiranía castrista a viento y marea - no es nada nuevo al considerar las múltiples evidencias ..Inclusive los olvidados peregrinajes de "business first", cuando distinguidas damas al aterrizar en La Habana ansiaban tocar la barba de la fama y sus maridos,.el empresariado que las acompañaba,
declaraban estar dispuestos a comenzar de nuevo al día siguiente porque allí no había pasado nada.Algo tan contrario a la verdad como afirmar que el Sol no alumbra el planeta Tierra.
No creo necesario deliberar en demasía sobre la materia para concluir que El Exilio Cubano, histórico no por el orden de salida de Cuba si no por la vergüenza siempre presente en el genuino exiliado bien de sea de muchas décadas o reciente, es una espina que entorpece el vil contubernio. Es innegable que con todos nuestros defectos todavía no hemos sido neutralizados, aunque deseos no faltan desde diversos sectores.De ahí que envién a los escenarios,medios de comunicación a nuestro alcance, etc a quienes envían con el objetivo de humillarnos y aplastarnos.Y de ahí mi satisfacción por la oportunidad que siempre ofrecen para dejar por sentado que no todos estamos dispuestos a contribuir a la infamia.
Cordialmente, Alberto Gutiérrez
Brabo , un empujoncito mas que dentro de poco ellos tendran que claudicar , asi como hoy difaman , mañana seremos los que dictaremos sentencia , la verdad es la nuestra y nada hara cambiar el significado de la palabra Dignidad en los hombres del Exilio Historico
ResponderEliminarViva el exilio historico y que vivan bien lejos.
ResponderEliminarEl carpintero de hialeah