LA CAMORRA PEQUEÑO-BURGUESA-MILITAR RAULISTA. Se dice que la mañana del 13 de julio de 1989 el General Arnaldo Ochoa Sánchez caía frente a un pelotón de fusilamiento Castro-Comunista en los fosos de una fortaleza militar. Era el Acto Final de lo que históricamente viene conociéndose como El Caso Ochoa.
El mismo general que poco antes de su muerte había sido reconocido nacionalmente en Cuba como “Héroe de la Revolución, y quien frente a un Tribunal Revolucionario alcanzó a decir: “Traicioné a nuestro país; y uno paga la traición con la vida”. “Si viene la sentencia de mue rte, les prometo que mis últimos pen samientos serán para Fidel y para su gran revolución”.
Eran casi las últimas palabras de un Arnaldo Ochoa totalmente devastado. Pero el General castrista, que en un momento resultó el “Azote de los sudafricanos en Cuito Cuanavale”, no sería el único defenestrado. A continuación una relación de otros también caídos en desgracia en el Caso Ochoa: José Abrantes (Ministro del Interior y General de División). Patricio De La Guardia Font (General de Brigada del MININT). Antonio De La Guardia Font (Coronel de Tropas Especiales del MININT, y Director de SIMEX. Amado Padrón Trujillo (Mayor del MININT).
Todos estos “compañeros” considerados fidelistas resultaban defenestrados por Raúl Castro y su histórica camorra pequeño-burguesa-militar. Algo así como si en el Caso Ochoa-De La Guardia-Abrantes Raúl le hubiera dado un pucherazo a su hermano Fidel. “Raulistas” históricos: Abelardo Colomé Ibarra (Furry) (General de Cuerpo de Ejército,y el único Gral. de 3 estrellas. Fue llevado a la Sierra Maestra por Jorge Sotúz). Manuel Losada Piñeiro (Barba Roja) (Director del Departamento América-Inteligencia. Alta burguesía). Julio Casas Regueiro (Gral. de División. El 2do. de Raúl en el MINFAR. Hacendado. Alrededores de Guantánamo). Senén Casas Regueiro (Gral. de División. Hacendado, hermano de Julio). Raúl Menéndez Tomasevich (Gral. del MINFAR. Delincuente). Méndez-Comiche (General de las FAR. Muerto misteriosamente. Félix Baranda Columbié (Gral. de Brigada. Hacendado). Samuel Rodiles Planas (Gral. de Brigada del MINFAR. Clase Media Alta. Guantanamero). Luis Herrera Tito (Wicho) (MINFAR. Granjero, alrededores de Guantánamo). Demetrio Montseny Vaca (Villa) (MINFAR. Clase Media. Guantanamero). Manuel Fajardo (MINFAR. Camionero). Sixto Batista (Gral. de División. Campesino). Efigenio Amejeiras Delgado (El hombre siempre detrás de Raúl Castro en los momentos difíciles. Actualmente Raúl Castro lo ha llamado a su lado). Rubén Martinez Puente (Gral. de División de la DAAFAR. Sindicalista. Guantanamero-Santiaguero.Dio orden de tumbar a los Hermanos al Rescate piloteando sus avionetas civiles un 24 de febrero). Hermes Cardero (Hacendado). Marcelino Sánchez (Hacendado). Amancio Floreán Galano (Ferroviario). Santiago Terry (El Bastín) (Delincuente y Asesino). José Q. Sandino Rodríguez (Campesino). Emilio Montes De Oca Tamayo (Tanganica. Obrero). Teresa Romero Espinosa (Teté). Enfermera. Guantanamera). Belarmino Castillas Mas (Anibal) Abogado. Clase Alta. Guantanamero). Antonio E. Lussón (Hacendado). José Ramón Balaguer (Cuchón) (Médico. Guantanamero). **********
“Me invadió un sentimiento de vergüenza cuando vi su hamaca cubierta por nuestro furioso rocío tropical, que como todos sabemos, parece una lluvia fina. Por nuestra parte, estábamos dándonos “la gran vida” y no era justo que Fidel permaneciera todavía en aquellas precarias condiciones, como en los días de la Sierra Maestra…” Convenía así el Comandante Efigenio Amejeiras Delgado a pocos días de la victoria guerrillera frente al régimen de Fulgencio Batista (invierno de 1958) en un lugar conocido como “La Rinconada” cerca de la localidad de Maffo. Sitio donde había acampado Fidel Castro. Lo que quería decir Amejeiras con aquello de “condiciones precarias” en que se desenvolvía Fidel Castro, era nada más y nada menos un retrato al carbón de lo que siempre fue la Columna No.1 José Martí comandada por Fidel Castro: una fuerza guerrillera totalmente parásita y dependiente del Segundo Frente Frank País comandada por Raúl Castro. ******* El 11 de marzo de 1958 cuando Raúl Castro y sus hombres llegaban a la Sierra Cristal para abrir el Segundo Frente Frank País; iniciabase, pues, una lucha guerrillera que duraría 11 meses en la conocida región guantanamera situada en lo más profundo del Oriente cubano. Naciendo a partir de ese momento una alquimia, una rara mezcla, de combatientes guerrilleros que llevaría a su oficialidad dirigente convertirse en lo que después se conocería como la Camorra raulista. Hacendados y terratenientes; profesionales, estudiantes, granjeros. Comerciantes, falsificadores santiagueros, viciosos compulsivos habaneros, asesinos profesionales, internacionalistas venidos de afuera, americanos desertores, “Hijos de Papá” del Unión Club guantanamero y del Reparto Vista A legre santiaguero… En el Segundo Frente Frank País, en el reducido espacio de 11 meses, se erigía un Estado comunista frente a otro Estado. Algo parecido lo que imitarían en Colombia “Tiro Fijo” y el “Mono Jojoy” más tarde. En el Segundo Frente Frank País los guerrilleros “raulistas” tendrán una fuerte resistencia por parte de los guardias militares del gobierno. Un ejemplo gráfico resultó el hecho de que cuarteles militares en poblados como Jamaica, Ermita, Soledad, Caimanera fueron rechazados los rebeldes en los primeros intentos de tomarlos. Posiblemente en el Segundo Frente Frank País fue donde más se peleó.
Sin embargo en el espacio de 11 meses que duraron las escaramuzas guerrilleras los muertos por parte de los rebeldes no llegaron a un centenar. Luego entonces no se puede hablar de una “guerra”, sino más bien de muchas “escaramuzas”. En el Segundo Frente Frank País se hubo de levantar un formidable aparato de logística a la guerrilla generada con los propios recursos de la zona, del Entorno. * Se les cobraba impuestos de guerra a los dueños de plantaciones de café; a los ganaderos, a los agricultores de la zona. * Se levantaron rudimentarias fábricas de armas, de uniformes, de calzado, talabalterías. Una Intendencia General desde donde se abastecía a los diferentes campamentos del Segundo Frente. * El fusilamiento se institucionaría en la guerrilla simbolizado por una mata de uvita que era donde se colocaba el reo para ser pasado por las Armas.
En el Campamento de “El Aguacate” era donde más se fusilaba, para después lanzar a los cuerpos sin vida y destrozados por las balas por un derriscadero abajo que daba a unas cuevas). * Al comandante Felix Pena –de acuerdo al testimonio de un guerrillero que estuvo bajo sus órdenes- se le atribuye el haber levantado una considerable fortuna con el trasiego de carnes de res vacuna sacadas por la costa sur de Oriente. * Al comandante Manuel Fajardo se le atribuye el haber levantado un formidable aparato de construcción de caminos vecinales a los hacendados de la zona y cobrarles así por dicho trabajo el impuesto de guerra. ******* Claro que es por eso que Fidel Castro siempre ha tenido entre cejas y cejas a la Camorra pequeño-burguesa-militar raulista en su gran mayoría procedente de la región oriental de Guantánamo. Dos ejemplos así lo atestíguan: A) Cuando el 24 de febrero de 1959 al asistir a un acto de victoria revolucionaria en el parque 24 de Febrero en la ciudad de Guantánamo, algunos asistentes que se encontraban cerca de él le escucharon decir: “Este pueblo es un nido de ratas, tiene la fiebre del imperialismo” señalando con el índice hacia donde se encuentra la Base Naval USA de Guantánamo. B) Cuando la celebración de un 26 de Julio en la ciudad de Guantánamo, Fidel Castro en una parte de su kilométrico discurso, alcanzó a decir: “Esta región de Guantánamo es el 3er. Mundo del 3er. mundo. Una descomunal y canallezca mentira histórica, ya que en tiempos de la república Guantánamo era la segunda municipalidad más importante del país. Nada. Que todo lo que huele a guantanamero, al Comandante en Jefe le ha resultado incómodo y molesto siempre. Hasta la propia Camorra raulista. 0 comments
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General de División Antonio Enrique Lussón Batlle
(Tomado del libro Secretos de Generales)
Por LUIS BÁEZ
—¿De dónde es usted?
—Soy oriental. Nací el 5 de febrero de 1930, en Santiago de Cuba, en las calles Martí y Moncada. En el capitalismo le decían Moscú como símbolo de lo peor. En aquellos años se acostumbraba a inscribir a los hijos en pueblitos cercanos y mis padres me asentaron en El Cristo.
Mi papá Antonio Lussón Laforcade, era de Alto Songo, de origen campesino. Mi madre, Aurora Batlle Escrich, era santiaguera, de familia humilde, única hija, estudió piano pero al casarse lo dejó en el séptimo año.
De ese matrimonio nacimos diez hijos; seis hembras y cuatro varones. Soy el mayor.
El viejo, a los veintidós años, heredó de su padre de crianza la finca María Manuela en el municipio Songo-La Maya, en un lugar conocido por Dulce Nombre, entre La Prueba, La Victoria y San Benito.
Junto a Fidel y Raúl el día en que lo ascendieron a General de División.
—¿Qué extensión tenía la finca?
—Seis caballerías. Estaba dedicada en un principio a café. Después se comenzaron a sembrar frutos menores, viandas, granos y una o dos caballerías de caña. También teníamos alrededor de cincuenta cabezas de ganado vacuno y porcino.
Pasé los primeros seis años en la finca, con mis padres. A los siete años me llevaron para Santiago a la casa de una tía. Cursé los tres primeros grados en una escuelita que tenía la que fuera mi primera maestra, Sósima de la Torre, a quien recuerdo con gran cariño.
El cuarto y quinto los hice en la Escuela Pública No. 6. El sexto, en la anexa a la Normal y la Preparatoria para ingresar al Bachillerato en la academia privada Instituto Americano de los hermanos Machirán.
Fui internado en el Colegio Hermanos de La Salle, donde aprobé los dos primeros años de bachillerato. La situación económica de mis padres se hizo difícil y no pudieron seguir pagándome los estudios. Decidieron que volviera para la finca donde comienzo a trabajar como uno más.
Mi afición y perspectivas en el béisbol tuve que dejarlas, al incorporarme al campo.
—¿En qué trabajó?
—En la atención de cultivo a la siembra, transportación con mulos, carretas, arando tierra; ordeñaba veinticinco vacas todos los días, hasta que pudimos comprar un camión Ford.
Lo adquirimos a plazos. Las agencias de vehículos vendían con una pequeña entrada. Estuvimos pagando letras durante treinta y seis meses con altos intereses. Ya había cumplido los diecisiete años. También me convertí en colono azucarero.
—¿Cómo fue eso?
—Mi padre, para buscar ventajas, inscribió una parte de las tierras a su nombre y la otra a nombre mío. En esos momentos tenía dos "C": "Colono-Camionero".
Cuando planteabas el interés de dedicar alguna tierra al cultivo de caña, te la inspeccionaban. Lo aprobaban o no, según el suelo. Investigaban la solvencia económica, deudas, responsabilidad, seriedad, prestigio, etc. Al aprobarte, eras un colono afiliado a ese central.
Tenían una norma de préstamo en subsidio. Según la cantidad de tierra a sembrar te abrían un pequeño crédito. Preparabas la tierra durante cuatro o cinco meses y la sembrabas. El inspector volvía a los cuarenta y cinco días de sembrada la caña y según había nacido, su vitalidad, te adelantaban algún dinero.
Realizaban tres o cuatro inspecciones periódicas donde, según lo visto, te daban un por ciento, del por ciento total convenido, de forma escalonada, de lo que te habían normado.
Así eran las cosas, pero algo muy importante y valido en aquella sociedad era que pasabas a ser colono azucarero. En una ocasión en que asistía a una reunión en Holguín conocí a Ramón Castro. Estoy hablando de 1947. Desde hace muchos años Mongo viene dando consejos sobre la caña y fíjate que todavía no le hacemos todo el caso necesario, ni hacemos todo lo justo y sabio que él recomienda con vehemencia y sabiduría. Increíblemente los colonos lo oían más y llevaban a vías de hecho lo que nosotros no le atendemos suficientemente.
—¿A qué hora comenzaba a trabajar?
—A las 3:00 a.m. salía con el camión a cargar la caña, tras un desayuno de campesino preparado por mi madre. Al tocar la corneta corrían hacia el campo los 18 macheteros que cortaban caña. Comenzábamos a cargar el camión.
Había que empezar a media madrugada para ser el primero en llegar a la grúa. El que llegaba primero ganaba tiempo y tenía más posibilidades de cubrir los viajes asignados para ese día. En ocasiones, al más adelantado le daban un viajecito extra, aunque se lo quitaran a otro para acabar más temprano los grueros.
—¿Cómo tenía organizado el trabajo?
—Los dieciocho hombres estaban organizados en seis brigadas de tres macheteros cada una. Con gran disciplina y eficiencia. Se cortaba y cargaba a mano. Se hacían pilas o bultos grandes de cuatrocientas, quinientas y seiscientas arrobas, según el resultado del cultivo. No nos demorábamos más de veinte minutos en cargar el camión.
Practicaba el multioficio: manejaba, cargaba, organizaba, exigía la disciplina, y sancionaba.
—¿Cuándo daba el último viaje?
—Entre las 13:00 y las 15:00 horas. Llegaba a mi casa; ya mi padre, que también manejaba me esperaba en el portal, cogía el camión y se iba por el barrio a cargar frutos menores, viandas, granos.
Dormía hasta que regresaba el viejo con el camión cargado y entonces salía hacia la plaza de Santiago de Cuba, a dos o tres horas de camino. Descargaba en la plaza, pues ya estaba contratado el producto con un intermediario. Regresaba a la finca. Me acostaba y a las 3:00 a.m. ya estaba en pie. Eso era así día por día, durante el periodo de zafra, y al concluir esta, seguíamos cargando viajes al mercado. No había descanso, no había fiestas, distracción, solo trabajo y pretensiones de hacer dinero. Llegó un momento en que decido independizarme.
—Ya independizado, ¿a qué se dedicó?
—Vivía en un cuartito alquilado en Cuabita y Calle 6, en Santiago de Cuba, frente a un bar llamado El Caracol. Le propuse al dueño del bar organizar una venta ambulante. Él me conseguía los créditos para adquirir las mercancías y yo las vendía.
Una maestra amiga tenía un jeep. Se lo alquilé. Iba por los pueblos y campos vendiendo. Vimos que el negocio tenía perspectiva y decidimos comprar a crédito una Power Wagon (camioneta de doble tracción).
—¿Qué vendía?
—Arroz, cebolla, ajos, jamones, bacalao, arenque, alka-seltzer, preservativos, pomada de pelo, mercuro cromo, agujas, caramelos, galletitas, bicarbonato. Todo lo que pudiera hacer falta en el campo.
Después del golpe militar del 10 de Marzo de 1952 la cosa se empezó a poner mala. La gente solo quería comprar a crédito y mi negocio era vender al contado. Comencé a explorar nuevas zonas.
Llegué a ir hasta Baracoa, que era como decir hoy voy al Cosmos. Mi vehículo fue de los primeros que entraron a ese poblado por tierra y fui el pionero de la venta ambulante que llegó a esa olvidada villa.
La situación económica empeoraba diariamente y di la camioneta como entrada para poder comprar un camión. Me puse a hacer viajes a flete por esa misma zona. Llevaba mercancías. Al regreso traía café, frutos y con un poco de habilidad fui viviendo.
En ocasiones, salía cargado de carbón, boniato, ñame, plátano y me iba a venderlos por los pueblos cercanos a Santiago de Cuba y en una oportunidad llegué a Holguín.
Posteriormente en un rastro compré otro camión, lo armé y lo puse también a dar viajes.
Ya tenía dos camiones y había comprado un yipecito. Tenía mi equipo: dos camiones, dos choferes y dos ayudantes. También fui elegido delegado al Partido Ortodoxo.
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