Honorables Congresistas de los Estados Unidos de América:
Quienes suscriben haciendo uso del derecho a la libre expresión del pensamiento, sobre la base del respeto absoluto al criterio ajeno y dentro del mayor espíritu de concertación democrática y respeto a la diversidad, creemos que no es razonable ni justo pronunciarse de manera representativa a nombre de la sociedad civil cubana y menos aún en nombre del pueblo de Cuba, con relación al proyecto HR4645, título de la ley de reformas a las restricciones a los viajes y promoción del comercio con Cuba.
Es importante subrayar que ni la suma de ambas posturas referente al tema representa el criterio de toda la nación en su conjunto con derecho a voto, si aún se diera la hipotética posibilidad de referéndum o plebiscito en tal sentido, donde el pueblo cubano tuviera la oportunidad de decidir en tan escabroso tema. Máxime si se tiene en cuenta que una de las principales razones que dieron origen al polémico asunto radica en la conducta criminal e inapropiada del régimen cubano en materia de derechos humanos supervisada por las Naciones Unidas.
Para los que subscribimos, más otra parte significativa del pueblo cubano, nos interesaría antes que todo el levantamiento del inhumano bloqueo estructural e institucional del régimen de La Habana contra los derechos civiles y políticos inherentes a las libertades naturales de nuestro pueblo.
La tragedia de Cuba no radica en los derechos para poder viajar de un pueblo ya libre como el estadounidense. Su principal problema reside en la ausencia de las libertades conculcadas a los cubanos, únicos ciudadanos del mundo a quienes les es negado el derecho a salir o entrar a su propio país, donde muchos se encuentran en calidad de rehenes.
En momentos como estos, ser benevolentes con la dictadura significa el ser solidario con los verdugos de la nación cubana. Los abajo firmantes son del criterio que la libertad de Cuba no llega en los bolsillos, ni labios de un turismo libidinoso y escéptico con el dolor de la familia cubana, si no con el esfuerzo de los que dentro y fuera de nuestras fronteras luchan por el cambio democrático para Cuba.
Señores Congresistas, la causa de la libertad y la posición vertical contra la dictadura totalitaria de La Habana que oprime son cosas tan sagradas que están por encima de intereses económicos y mercantilistas.
Entendemos que vivimos momentos importantes para el presente y futuro de nuestra nación. El movimiento civilista interno ha llegado al clímax en lo que respecta la actual política asertiva de la comunidad democrática internacional que ha sabido ponerse del lado de los oprimidos y no de los opresores.
Considerando que iniciativas como la que esta carta responde, aún con la mejor de las intenciones tienden a desenfocar e incluso a desviar la atención de lo que sucede en la Isla, por lo que sugerimos se mantenga una política enérgica y coherente de presión y condena para con la tiranía de La Habana, lo que redundaría en solidaridad con las víctimas de la represión en la patria de Martí, Boitel y Zapata.
Respetando otros criterios expuestos y esperando reciprocidad a lo que aquí exponemos, señores Congresistas como los derechos se defienden con derechos, estamos defendiendo el de los cubanos a ser libres por sus propios esfuerzos, porque no puede olvidarse que la tragedia cubana está en el diario enfrentamiento del pueblo con la dictadura que lo oprime y no en escenarios fuera de nuestra problemática y menos aún en iniciativas que signifiquen la oxigenación del tenebroso estado totalitario que desgobierna nuestra Patria.
Firmamos la presente a los 14 días del mes de junio del 2010
Ex preso político Jorge Luís García Pérez “Antúnez”
Néstor Rodríguez Lobaina
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