(Se ruega la publicacion y divulgacion de esta informacion) HABRAN PROTESTAS VIERNES Y SABADO EN MIAMI CONTRA EL INTERCAMBIO CULTURAL OBAMA-CASTRO QUE ESTA OFENDIENDO AL DIGNO EXILIO CUBANO ! Hoy Viernes, a partir de las 5:00 p.m., frente al Restaurant Versailles, -en la 35 Avenida y La Calle Ocho-, para partir en CARAVANA hacia el MIAMI DADE COUNTY AUDITORIUM, sito en -el 2910 SW de West Flager Street en Miami-. Hoy Viernes habra una reunion de emergencia en LA CASA DE LA BRIGADA 2506 a partir de las 6:00 p.m. Direccion de la Casa de Nuestra Brigada 2506 : 1821 SW 9 Street Miami Florida Mañana Sabado, a partir de las 6:00 p.m., frente al ACHE SUPER CLUB en Miami, frente al RESTAURANT VERSAILLES, donde radica La Gloriosa Peña del Restaurant Versailles. Para mas informacion : (305) 345-4927 Emilio Izquierdo Jr. Moderador UMAP NEWS USA, Miami Floridaumap1965@yahoo.com
Yoani Sanchez y su museo de autos " viejos" cagalitrosos
Museo de autos
Hay un detalle de nuestra realidad que fascina a los turistas y sorprende a los coleccionistas de todo el mundo: la cantidad de autos antiguos que aún circulan por las calles del país. Ahora mismo, en alguna avenida de La Habana ronronea un Chevrolet de 1952 y un Cadillac –con más edad que el propio ministro de transporte- hace de taxi colectivo. Pasan por nuestro lado destartalados o recién pintados, a punto de colapsar o de ganar una competencia por su buen estado de conservación. Estos milagros rodantes forman parte ya de nuestro paisaje cotidiano, tal y como las largas colas, los ómnibus repletos y las vallas políticas.
En un primer momento, los visitantes muestran sorpresa y alegría al ver el parque temático del pasado que conforman estos vehículos. Se hacen fotos alrededor de ellos y pagan hasta el triple de un pasaje con tal de sentarse en sus amplios interiores. Después de preguntarle al chofer, los asombrados extranjeros descubren que la carrocería de aquel Ford -de principios del siglo XX- cubre un motor de Fiat de hace sólo una década y que le han adaptado las ruedas de un Lada. En la medida en que se ganan la confianza del propietario, éste les cuenta que el sistema de frenos se lo donó un amigo europeo y que las luces delanteras eran originalmente de una ambulancia.
Los veraneantes se maravillan ante el gusto de los cubanos por conservar tales reliquias del ayer, pero pocos saben que se trata más de una necesidad que de una predilección. No es posible ir a un concesionario y comprar un auto nuevo, aunque se cuente con el dinero para pagarlo al momento, de manera que nos vemos obligados a remendar los viejos. Sin esos artefactos del siglo pasado, nuestra ciudad sería menos pintoresca y cada día más inmóvil.
Dejen la payaseria ya
ResponderEliminarFelipe Vals no quiere saber de Vigilia Mambisa y mucho menos de su lider Saavedra
ResponderEliminarYoani Sanchez y su museo de autos " viejos" cagalitrosos
ResponderEliminarMuseo de autos
Hay un detalle de nuestra realidad que fascina a los turistas y sorprende a los coleccionistas de todo el mundo: la cantidad de autos antiguos que aún circulan por las calles del país. Ahora mismo, en alguna avenida de La Habana ronronea un Chevrolet de 1952 y un Cadillac –con más edad que el propio ministro de transporte- hace de taxi colectivo. Pasan por nuestro lado destartalados o recién pintados, a punto de colapsar o de ganar una competencia por su buen estado de conservación. Estos milagros rodantes forman parte ya de nuestro paisaje cotidiano, tal y como las largas colas, los ómnibus repletos y las vallas políticas.
En un primer momento, los visitantes muestran sorpresa y alegría al ver el parque temático del pasado que conforman estos vehículos. Se hacen fotos alrededor de ellos y pagan hasta el triple de un pasaje con tal de sentarse en sus amplios interiores. Después de preguntarle al chofer, los asombrados extranjeros descubren que la carrocería de aquel Ford -de principios del siglo XX- cubre un motor de Fiat de hace sólo una década y que le han adaptado las ruedas de un Lada. En la medida en que se ganan la confianza del propietario, éste les cuenta que el sistema de frenos se lo donó un amigo europeo y que las luces delanteras eran originalmente de una ambulancia.
Los veraneantes se maravillan ante el gusto de los cubanos por conservar tales reliquias del ayer, pero pocos saben que se trata más de una necesidad que de una predilección. No es posible ir a un concesionario y comprar un auto nuevo, aunque se cuente con el dinero para pagarlo al momento, de manera que nos vemos obligados a remendar los viejos. Sin esos artefactos del siglo pasado, nuestra ciudad sería menos pintoresca y cada día más inmóvil.
Manuel, que paso en Ache...Que te hizo Felipito
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