""El modelo cómico de Miami no funciona
By SARAH MORENO
smoreno@elnuevoherald.com
Hace dos noches me dispuse a revisar los canales locales para encontrar los descalabros de los programas cómicos en Miami, cuando un vistazo a un sketch en Pellízcame que estoy soñando, de América TeVé, me puso en alerta. De pasada, escuché a Mr. Miami --un personaje que pretende ser pintoresco y tipificar a un anciano de esta ciudad-- decir ``cómo extrañaba'' esas cosas de La Habana, donde ``se podía empezar el paseo en La Punta y terminarlo en El Templete''. La referencia a los dos monumentos arquitectónicos guardaba ese doble sentido que permea la mayoría de los chistes y bromas que se escuchan en la televisión a diario. Y este ejemplar era una joyita, uno de los más pensados y veniales en comparación con otras ``genialidades'' que supuestamente tienen el objetivo de matarnos de la risa.
El festival de vulgaridades tiene también una buena representación en el programa de la competencia, Esta noche tu night, de Mega TV. La mayoría de las mujeres sufrimos a La Enfermera con sus escotes profundos y su faldita minúscula, que a la menor oportunidad se estira y enseña hasta el último secreto. La ver-
güenza la pasan los invitados, que no saben cómo reaccionar ante los comentarios del conductor del programa, Alexis Valdés. En defensa de la actriz que interpreta a ``la enfermera'' debemos decir que sus cualidades actorales han mejorado desde que empezó. Para desgracia de quienes no nos contamos entre sus fans, parece que el personaje ha pegado y ahora la vemos por toda la ciudad en vallas que anuncian un centro de cirugía cosmética.
En el caso de la enfermera, a la escasa calidad de los chistes hay que añadirle su carácter sexista y la exigencia de que cada frase vaya acompañada de un destape de sus atributos físicos. En esa lista de ``favoritos'' se incluyen otros personajes de Esta noche..., la Pepi y la Lola, hombres disfrazados de españolas que suelen referir todos sus chistes a las extraordinarias dotes sexuales del ``Negro''. A las ofensas sexistas se suman las raciales.
La verdad es que cuando uno empieza a sentir nostalgia de Los Fonomemecos y de Magdalena la Pelúa, y cuenta los días para que llegue el jueves y salga El Pible en Esta noche tu Night, con algún que otro chiste más incisivo y mejor pensado, es hora de confirmar que en Miami el humor está en crisis.
Algunos sitúan el origen del problema en la escasez de buenos guionistas. Con el juego de los canales locales, que cambian de programa como de camisa, es difícil conformar un equipo de escritores que vaya creciendo con la experiencia. Digamos que cuando finalmente comienzan a cogerle el golpe a determinado programa y a imprimirle un sello, sencillamente lo cancelan. La otra cuestión es que los ejecutivos consideran que lo que vende en la televisión local es ``la carne con papa'', según una frase de Omar Moynello en el desaparecido La cosa nostra. La idea es que el consumidor de por estos lares necesita ``carne'', pero ésta no tiene que ser de primera. El desnudo no exige como respaldo un material bien pensado, lo que de paso requeriría un cuerpo de actores bien entrenados, especialmente en la comedia.
La gran ausencia en los textos es esa sátira política y social que suele caracterizar el humor en América Latina. Aunque El Dominicano que sale en el programa de Valdés no sea el personaje ideal, sin duda gusta mucho porque su ``partido'' implica una crítica a los políticos que hacen carrera como aduladores. Y que levante la mano el que esté libre de quejas contra sus gobernantes.
Uno de los dramas del humor miamense es que suele ser monolingüe: o habla en cubano o en mexicano. En estos casos, no se produce el milagro de la comunicación para el grupo que queda relegado. Por eso es que no hablé del humor que se presenta en Univisión o en Telemundo. Si quiero morir a plazos, puedo sintonizar el programa 12 corazones, en el que las piernas de la presentadora Penélope Menchaca no pueden salvar la bobería del programa que tan ``piernamente'' conduce para Telemundo.
En estos casos, se suele recurrir a una justificación muy socorrida: es un humor pensado para la Costa Oeste. ¡Falso! Suelo morirme de la risa con Mario Moreno ``Cantinflas'', como mi amigo peruano lo hizo durante décadas con el programa de Tres Patines. La diferencia está en que Leopoldo Fernández y Mario Moreno hablaban el verdadero lenguaje de la risa.
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