lunes, 18 de junio de 2012

MI PADRE MATIAS PRIERES


Me complace siempre
al pasar por el río,
-y al desmontar en el remanso-
beber del agua bondadosa
olvidada en su alón sombrero de panamá.

Las aguas son claras,
las aguas que se escurren por entre los dientes
y refrescan mi interior.

Observo a mi padre,
está haciendo acrobacias
sobre las resbaladizas lajas,
veo que sus labios se suavizan.

Soy feliz.
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