EL PERFIL PSICOLÓGICO DE FIDEL CASTRO: SUS ORIGENES
por MARITZA BEATO, PhD
De todos es conocido el terrible perfil psicológico de Fidel Castro, el tirano que durante casi medio siglo ha logrado, a base del terror, la represión, y métodos brutales, mantenerse en el poder en Cuba. Su patología se basa, en parte, en una dualidad, consecuencia de un sustrado de identidad desde su nacimiento: un doble nombre, doble hogar, doble familia, y doble identidad.
El padre del dictador, el gallego Angel Castro Argiz, nacido en la aldea de Láncara, cerca de Lugo, en 1875, era un simple campesino rural al que un residente de La Coruña pagó para que lo sustituyera en la guerra de Cuba. En la isla, según reporta Carlos Márquez Sterling en su "Historia de Cuba", Castro padre formó parte de la columna española, dirigida por el comandante Cirujeda, que atacó y mortalmente hirió en combate al Titán de Bronce, Antonio Maceo, el 7 de Diciembre de 1896.
Después de la derrota española en la guerra, don Angel decidió quedarse en la isla y hacer fortuna allí. Para salir de la pobreza típica del inmigrante, ejerció todo tipo de trabajos. Con la ayuda de otro coterráneo canario, Fidel Pino Santos, logró alquilar parcelas a la United Fruit Company y comenzó a adquirir más y más tierras, convirtiéndose en un rico terrateniente, pero con una reputación de ser implacable y violento en sus negocios, sobretodo con los humildes trabajadores que importaba de Haití para las labores agrícolas. Ya convertido en un rico miembros de la alta sociedad de Banes, don Angel contrajo matrimonio con la maestra María Luisa Argota, instalándose en Birán, y teniendo dos hijos.
Años después llegó a Birán una nueva sirvienta con una hija analfabeta de 14 años, Lina Ruz. Pronto Don Angel estableció una relación extramarital con ella y tuvieron una primera hija, Angela, que fué llevada al bohío de la madre de Lina. Nació un segundo hijo, Ramón, y ya los rumores de la infidelidad de su marido llegaron a los oídos de María Luisa Argota, que abandonó la casa de Birán y se mudó a Santiago de Cuba con sus hijos.
Lina Ruz se instaló entonces como la nueva señora de la casa, y dió a luz, el 13 de Agosto de 1926, a un tercer hijo, al que don Angel puso el nombre de su amigo y socio en los negocios: Fidel. Como María Luisa Argota ya le había planteado el divorcio y reclamado la mitad de sus tierras, don Angel simuló estar arruinado y traspasó las propiedades a su socio Fidel Pino Santos. Para acallar rumores y ocultar la existencia de los hijos ilegítimos, decidió enviar a los niños a vivir con sus amigos, el cónsul haitiano en Santiago, Hippólite Hibbert, y su esposa Emercianne. Fidel tenía entonces 4 años. A esa temprana edad, que tuvo que adaptarse a tener dos familias, dos parejas de padres, dos hogares, a lidiar con su condición ilegítima, creando hondos conflictos psicológicos. Dos años después, cuando fué enviado como interno al Colegio de La Salle, sus condiscípulos lo humillaron repetidamente por su origen bastardo, por tener como madre a una criada analfabeta, y por no estar bautizado, llamándolo "judío". El niño se juró que algún día se vengaría de todas estas humillaciones. Cuando tenía 8 años, al fin fué bautizado, teniendo a la pareja haitiana de padrinos, y apareciendo en el acta oficial de bautismo como Fidel Hipólito Ruz, sin mención de Angel Castro como su padre. No fué sino hasta 1940 que don Angel y Lina al fin legalizaron su unión. Tres años después, el 11 de Diciembre de 1943, al fin Fidel fué reconocido como hijo legítimo de don Angel Castro, cuando ya tenia 17 años. Fidel Hipólito Ruz al fin podía llamarse Fidel Alejandro Castro Ruz. Pero las humillaciones sufridas durante los primeros años de su vida dejarían una huella imborrable, ansiosa de venganza, en su atormentada mente.
Después de su tardío reconocimiento como hijo legítimo, el adolescente Fidel Castro al fin pudo incorporarse de lleno a su familia. Se trasladó de Birán a La Habana, matriculándose en el jesuita Colegio de Belén, uno de los más prestigiosos de la capital. Allí comenzó a destacarse académicamente, pero al mismo tiempo, a mostrar su insaciable ambición de poder. En Belén, uno de sus condiscípulos fué un ex-vecino de Banes, Rafael Díaz-Balart, con cuya hermana eventualmente contrajo matrimonio.
Después de graduarse en Belén, Castro se matriculó en la Escuela de Leyes de la Universidad de La Habana, dónde rápidamente se involucró en el activismo estudiantil, haciendo un inteso debut en el panorama político de la isla. Aquí comenzó su época de "gatillo alegre", con una reputación de gángster, de aventurero violento, de matón. Todo esto culminó con su participación en el nefasto "Bogotazo" de 1948, adonde fué supuestamente para infiltrar los movimientos estudiantiles universitarios de América Latina. Este evento concluyó con revueltas, y el incendio de la capital colombiana después del asesinato del líder del partido liberal Eliecer Gaitán.
Según el biógrafo de Castro, el francés Serge Raffy, al regreso de Castro de Bogotá fué que se produjo en La Habana el fatídico encuentro con el agente soviético Fabio Grobart, que determinaría su afiliación política para siempre. Raffy sostiene que la ideología marxista de Castro tuvo su origen en esa fecha. Fabio Grobart, uno de los fundadores del antiguo Partido Comunista de Cuba, era un judío polaco enviado por el Kremlin a América Latina para reclutar agitadores "anti-imperialistas" que para despistar, simularan ser anti-comunistas y tuvieran una imagen pública como tal. Y Castro, con su engañosa imagen de revolucionario humanista, que ocultaba su activismo violento y métodos brutales, era el candidato perfecto para la tarea, ya que poseía la camaleónica duplicidad requerida.
Esta condición de "agente doble" era terreno conocido para Castro. Según Raffy, esta duplicidad "no fué por la práctica de la denegación, traición o virajes, propios del juego político; sino por una verdader estructura psicológica derivada de las circunstancias de su origen: la propensión a ser simultáneamente dos personas; a jugar en dos campos al mismo tiempo; opuesto a la imagen del personaje íntegro e impetuoso que representa. Esta estructura de lo doble aparece en todas las acciones que emprende, ocasionando crisis, pues es una conducta que implica el "double-bind", que, como se sabe, es el origen de muchas perturbaciones mentales."
Por eso fué que pudo engañar al pueblo cubano, presentándose desde la Sierra Maestra como un revolucionario idealista y redentor, ocultando su verdadera agenda. Por eso, tienen importancia absoluta en su régimen los servicios de inteligencia y de control policial. De ahí proviene la modalidad de infiltrar agentes bajo la doble fachada de médicos, maestros, y técnicos deportivos, como sucedió en Chile, en Granada, y ahora en Venezuela. Su duplicidad y la maleabilidad de su personalidad patológica impiden ninguna negociación, pues nunca se estará tratando con el verdadero, sino con el OTRO. La ley, según él, será siempre de su voluntad.
Cortesia de: Dr. Eduardo Zayas-Bazán
ahora si que se acabo el pan de piquito.
ResponderEliminarViernes, 16 de enero de 2015, desde un lugar de España
ResponderEliminarDon Manuel:
No sé por qué, pero cada año que pasa, me convenzo más que toda la Humanidad es una
‘come-mierda’ (con perdón, como se dice por acá, por España).
Afirmo esto, porque la ‘última novedad’ (el ‘último alarido’ que no ‘grito’) de la ‘moda’, o sea, de ‘los modos’, es convencer a la gente de la importancia de la alimentación, de lo exclusivo de lo ‘ecológico’, de lo ‘imprescindible’ de ‘componer’ refinados y exclusivos platillos ‘culi-narios’ (¿será porque todo lo que comemos va a parar al mismo sitio por donde se expele en forma de gases o heces?) y al final, los tontos son cada vez más tontos, los pobres cada vez más pobres, los ricos cada vez más ricos y los ‘comemierdas’ cada vez más de lo mismo.
No hay más que ver la enorme cantidad de programas televisivos donde se dan ‘recetas culinarias’ de todo tipo, pelaje y especie, donde intentan convencer a todo el que las vea que el trabajo de los cocineros de élite (que poco o nada tienen que ver con las amas de casa ni con los humildes y honestos cocineros que pululan por esos mundos de Dios) que ‘todo el mundo y Raimundo’ puede ‘comer exquisiteces’ y que ‘la calidad’ del producto es indispensable para dar de comer al ciento y la madre de cualquier humildísima familia que sólo tiene un trozo de pan viejo (si es que logra que el pan se haga viejo en su miseria y si es que, realmente, tienen pan que llevarse a la boca).
Todo este preámbulo viene a cuento de lo ‘culinario’ que era Fidel Castro en sus años mozos cuando estuvo ‘hospedado’, que no ‘preso’, en la cárcel de mentirijillas en la que fue ‘confinado’ por brevísimo y meteórico tiempo. Tuve ocasión de leer una vez que le enviaba ‘recetas’ de su invención a familiares y amigos, porque la comida que tenía era abundante y de calidad y, para ‘matar el tiempo’ (cosa que ha hecho en sus últimos casi 90 años de ‘agostos’ acumulados desde 1926) se dedicaba al ‘oficio’ (o más bien ‘ofidio’, vamos, a ‘tirar majá’, como se dice en buen criollo) de ‘cocinillas’. Desde entonces, su enorme vocación ha sido la de hacer pasar hambre a los demás mientras él se dedica a los mejores y más deliciosos manjares que en el mundo son y serán para los que, como él, se dedican a robarle la vida y la libertad a los demás mortales.
Un cordial saludo de,
MARCIAL
MARCIAL COMO NOS UD. TIENE acostumbrados muy interesante su analisis. Un abrazo y lo mejor para ud. y su familia en este 2015. Seguimos.
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