AUSENCIA DE UNA “DERECHA” CUBANA. UN DRAMA NACIONAL
Por Dr. Santiago Cárdenas- Especial para Nuevo Acción.
La república nació genéticamente sin su brazo derecho. Esto de acuerdo a la arcaica
nomenclatura heredada de la Asamblea, cuando la revolución francesa, que clasificaba a los políticos en derechas, izquierdas, centros y un arroz con mango. Era fácil, era cómodo encasillar; pero, era tonto. Era sólo un juego nominalista, ya superado (en parte).
nomenclatura heredada de la Asamblea, cuando la revolución francesa, que clasificaba a los políticos en derechas, izquierdas, centros y un arroz con mango. Era fácil, era cómodo encasillar; pero, era tonto. Era sólo un juego nominalista, ya superado (en parte).
Ciertamente el gobierno interventor dejó en 1902, a conservadores y liberales; mejor; conservadores versus liberales, siguiendo al exitoso patrón estadounidense de alternancia bipartidista, entre republicanos y demócratas sociales. O sea la bipolaridad diseñada por Rousseu. A pesar de un franco predominio liberal tuvimos un presidente conservador. Y conservador de estirpe: Menocal, el que “con su patilla parece una chiva mona, aé, aé, aé, aé♪ la chambelona ♪”. Nada de ideología, nada de plataforma programática, nada de intelecto.
Solo la adherencia a una figura o al juego partidario por emoción. Algo similar a Habana y Almendares, esas rivalidades beisboleras que aparecieron poco después en la república más avanzada.
Tambien tuvimos una iglesia ” derechista ” con curas falangistas que se importaban de España, como sardinas en lata y un prestigioso diario; el de la Marina, que nucleaba la opinión pública alrededor de la esencia inmovilista. Pero hasta ahí. Nunca una verdadera coalición, ni una base organizada en torno a un pensamiento tory. Y mucho menos una impronta popular conservadora o un parlamento con coaliciones viables.
Luego vinieron las guerras y la alianza de los americanos con los rusos. Desde 1917 el experimento bolchevique era mirado con cierta simpatía y benevolencia. El culmen llegó cuando la segunda guerra mundial. El estalinismo tenía sus seguidores entusiastas en la isla; y un 10% de votos por el PSP (Partido Socialista Popular) en elecciones libres no era poca cosa.
Abro un párrafo para decirles que he asistido a varios conciertos oficiales de las bandas de las Fuerzas Armadas de los EEU . Sorpréndome al ver llorar junto a mí a muchos veteranos cuando oyen la Sinfonía a la Revolución de Octubre, una pieza habittué en esas presentaciones sinfónicas. De paso, las únicas estatuas de Lenin que quedan en pie en las plazas del mundo, están en algunas ciudades de este país.
De manera que todos los políticos y partidos de importancia en Cuba tenían una impronta social demócrata más o menos evidente y esto es válido desde Batista a Prío, pasando por Grau y Chibás. En aquellos tiempos se pensaba por ósmosis en la justicia distributiva y en la intervención estatal como panacea.
Todo eso ayudó, pero que mucho, al triunfo de la involución cubana. Cierto que hubo durante la Guerra Fría un BRAC (Buró de Represión Actividades Comunistas, pero sólo fuegos artificiales; más salsa que pescao y botelleros a granel. Es que hace falta, — en el juego democrático, cuando es verdadero — un equilibrio ideológico que nunca tuvimos y al parecer nunca tendremos.
Actualmente sólo existe una corriente liberal de poco impacto en la oposición y en la población cubana dentro y fuera de la isla, por lo que parece que nos tenemos que resignar a que la balanza se incline hacia la social democracia y a los socialismos de todo tipo que por el mundo se ponen de moda. Por supuesto eso constituye una verdadera catástrofe nacional.
Extraño a un Partido Nacional, como el de Chile; al P.P de España; al PAN de México y al Frente Nacional de Francia por sus aportes y el balance democrático que han ayudado a crear en sus respectivos países. A mí que no me gusta la partidocracia, aún espero por los tories cubanos: su partido; sus sindicatos sus ong, ‘s y sus bases bien educadas. Y combativas.
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