lunes, 1 de agosto de 2016

28 DE JUNIO DEL 2000 CUANDO BILL CLINTON MANDO AL NIÑO ELIAN GONZALEZ "PA CUBA".


28 DE JUNIO DEL 2000 CUANDO BILL CLINTON MANDO AL NIÑO ELIAN GONZALEZ "PA CUBA".
@Manuel Prieres
Era al filo del medio día del miércoles 28 de junio del 2000. Quería yo esperar el desenlace final en el mismo sitio donde un 1ro. de diciembre de 1999 un niño de cinco años aún bajo los efectos de la deshidratación en el mar, entraba a una modesta vivienda de la Pequeña Habana cogido de las manos de su tío abuelo Lázaro y su prima Marisleysis.
El sol caía inmisericorde en la Pequeña Habana al llegar yo. Me detuve frente a la casa donde por espacio de cinco meses Elián González Brotons vivió.
Eramos alrededor de cien personas en la llamada "Plaza de Elián".
Numerosos medios de comunicación se daban cita mezclándose con los "vigilantes" que por espacio de siete meses habían permanecido cuidando los sueños del Niño de los Delfines, primero; y después su recuerdo.
Una perra negra que inmediatamente reconocí como el mismo animal que siempre jugaba retozonamente con Elián, apareció en el patio. Le silvé para que se me acercara. La persona que estaba a mi lado me advirtió que tuviera cuidado. No le hice caso. La perra se detuvo ante mí, y comencé a acariciarle la cabeza mientras movía su cola. En sus ojos la mirada noble y limpia que sólo los perros poseen.
Todos en la Plaza de Elián la llamaban "mama".
Se escuchó el ruido de una motocicleta. Era un policía uniformado. La perra al divisarlo pareció querer derrumbar la cerca para atacarle. ¿Acaso reminiscencias aún de aquella terrible madrugada del Sábado Santo cuando los marshall se llevaron a Eliz¡n a la fuerza? Vaya usted a saber.
En un momento dado comenzó a percibirse entre los productores de las televisoras presentes cierto nerviosismo colectivo. Se tocaban constantemente los intercomunicadores que llevaban en sus oídos. Los reporteros se maquillaban como si fueran a "ir al aire en cualquier instante".
Los "vigilantes de Elián" se reunían alrededor de radios transitores. Todos los presentes intuíamos que algo iba a ocurrir.Y la noticia llegó, esparciéndose como un reguero de pólvora de inmediato:
¡El Tribunal Supremo daba el caso por cerrado al desestimar una revisión del fallo emitido en Atlanta días antes presentada por los abogados de Lázaro González. Por tanto Juan Miguel González podía regresar con su hijo Elián a Cuba cuando lo deseara!
Y ardió Troya. Los sentimientos y las pasiones se desbordaron frente a la Casa de los González. Sollozos, gritos rayando en la histeria, imprecaciones. Una mujer fuera de sí y hablando en perfecto inglés, la cogió con los mass media presentes acusándolos de no esforzarse en investigar y cubrir la vida de Elián junto a su padre biológico en EE.UU. como lo sí lo habían hecho con Los González de Miami. De las gargantas de algunos de los "vigilantes de Elián" salían exclamaciones como éstas: "¡Los jueces se lavaron las manos como Pilatos! ¿Dónde están ahora los que hacían las cadenas de oraciones todos los días aquí? ¿Dónde están los dirigentes de organizaciones, los políticos, los artistas que antes estaban aquí como el arroz blanco?
¿Por qué el mediodía del 13 de abril sí estaban aquí, y ahora al mediodía del 28 de junio,no?
Era cierto. La gran mayoría de las fuerzas vivas brillaban por su ausencia en los minutos finales frente a la Casa de los González. Pero era comprensible. Muy pocos son los que quieren permanecer en el campo de batalla cuando llega el Waterloo.
A diferencia de días anteriores, ni un policía uniformado se podía divisar a una milla a la redonda; aunque sí un "vigilante de Elián" con el traje de "Security" sentado debajo de un árbol protegiéndose de las inclemencias.
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