jueves, 15 de agosto de 2019

LA "MARXA FIDEL CASTRO" EN LOS EJERCITOS EN AMERICA LATINA Y OTRAS PARTES DEL MUNDO ORDENADO POR EL "SOVIETISMO"


MUCHOS SE PREGUNTARAN ¿POR QUE MADURO, ORTEGA, NO CAEN?
EN ESTE TRABAJO SE PUEDE APRECIAR COMO EL SOVIETISMO UTILIZA SUS TENTACULOS PARA QUE LOS COMUNISTAS NO CAIGAN, CON LA EXCEPCION DE FRANCISCO FRANCO Y AUGUSTO PINOCHET ...
La Oferta de Castro
Un caluroso día de junio de 1974 aterrizó en La Habana el máximo dirigente del PC chileno en el exilio, Volodia Teitelboim, quien residía en Moscú y lideraba el partido en reemplazo del secretario general, Luis Corvalán, detenido en la isla Dawson. En el aeropuerto José Martí, Teitelboim fue recibido por los dirigentes chilenos del PC en Cuba, Rodrigo Rojas, Orel Viciani y Julieta Campusano.

La principal actividad de Teitelboim fue una cita en el Palacio de la Revolución, donde acudió con Rodrigo Rojas para entrevistarse con Fidel Castro. El gobernante los recibió en su despacho con su hermano Raúl, segundo hombre del régimen; el jefe de la inteligencia cubana y máximo implicado en exportar de la revolución, Manuel "Barbarroja" Piñeiro y el viceprimer ministro Carlos Rafael Rodríguez. Excepto Raúl, todos habían estado en Chile durante la UP.
Como siempre, Castro monopolizó la palabra. A sus 48 años, seguía siendo el icono revolucionario latinoamericano. Sus interlocutores chilenos, en cambio, estaban marcados por una derrota que el mundo socialista les enrostraba día a día. "El gran error del gobierno de Allende fue no contar con una fuerza militar que lo defendiera", sentenció Castro.

Acto seguido, frente a sus perplejos interlocutores, Castro lanzó su propuesta para revertir la derrota; iniciar en las Fuerzas Armadas Revolucionarias Cubanas (FAR) un ambicioso proceso de formación de jóvenes comunistas chilenos, los que serían admitidos en escuelas de elite para graduarse como oficiales de carrera.

"Estos muchachos se formarán para que no vuelva a ocurrir la derrota de 1973", argumentó Castro y aseguró que los nuevos militares serían "para defender al futuro gobierno democrático... no para tomar el poder por asalto".

La última salvedad que el comandante puso sobre la mesa fue la siguiente: "Serán militantes suyos, pero yo seré dueño de darle la formación militar que estime conveniente". Las FAR contaban con cientos de asesores soviéticos, altamente calificados. "Todos nuestros oficiales piensan en ruso", acotó orgulloso Raúl Castro.
Teitelboim y Rojas aceptaron y agradecieron la inesperada oferta. Concluido el encuentro, Castro se despidió afectuosamente de los chilenos. Antes de abandonar la sala, el comandante señaló: "Este acuerdo lo voy a guardar yo en mi caja fuerte, porque es el acta de nacimiento de un nuevo ejército democrático para Chile".

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