sábado, 29 de febrero de 2020
EL ENTORNO
EL ENTORNO
@Manuel Prieres
"Una sociedad pegada a eso sencillo y valioso
que se puede tocar con las manos: EL ENTORNO"
Los cubanos éramos un pueblo llano. Nos sentíamos tan imbuidos por lo que nos rodeaba que podíamos tocarlo con las manos, al extremo que ni a la capital de provincia íbamos, mucho menos el aventurarnos hasta la capital del país. No por resabios provincianos, sino porque no nos interesaba. Los 365 días del año lo sabíamos consumir en nuestro propio habitat sin rechazarlo; por el contrario, viviéndolo, acrecentándolo, haciéndolo placentero y auténtico. Mucho menos estaba en nosotros la intención de emigrar buscando nuevos y más promisorios horizontes y destinos. Eramos, en fin, una sociedad pegada a eso sencillo pero valioso -repito- que se podía tocar con las manos.
"Conozca a Cuba primero, y al extranjero después" era un slogan publicitario que sugería al cubano que conociera mejor a su país antes de viajar al extranjero, pero en el fondo había algo más, era una especie de llamado a que los cubanos saliéramos de nuestro cascarón habitual; pareciera como que a algunos les intrigaba y hasta molestaba nuestro modo de vivir comarcal.
¿Y era malo eso, acaso?
No. Por supuesto que no. De aletargados nada. Lo que sucedía era que habíamos podido conciliar nuestra peculiar forma de vivir, con la necesidad que toda sociedad tiene para considerarse renovada de la laboriosidad, del desarrollo y del progreso. ¿Acaso cincuenta y tantos años de joven y bisoña república así no lo avalaban? En este caso aquella precocidad, aquel modo de vida cubano, para algunos de fuera y adentro movía al aplauso y al interés de cooperación; pero en otros, al resentimiento velado y a la conspiración. ¡Había que cambiar aquel way of life! ¡Había que llevar a la isla del Caribe al redil establecido! A los cubanos no debía asistirnos el derecho a "ser diferentes", porque entonces desentonaríamos, desafinaríamos en el concierto de los demás pueblos.
Para ello se aprovecharían de nuestra idiosincrasia que anidaba en su interior el germen de nuestra propia desgracia. Me refiero a nuestra candidez y falta de interés de conocer, defender y salvaguardar ¡hasta con los dientes! nuestro entorno. Nuestra característica de buenos imitadores contribuiría a llevarnos a ceder paulatinamente a influencias foráneas que tenían agendas muy claras de trastocar "lo cubano". Ya lo había escrito Martí.
Casi desde principio de siglo permitíamos con una miopía olímpica que influencias filosóficas, históricas, ideológicas, políticas, culturales, se sembrasen peligrosamente en nuestra sociedad, teniendo todas algo en común: el universalismo conspirador, frenético y en boga. Expresiones cual invitación a aceptarlas harían aparición en la Escuela de Pensamiento cubana: "El Mundo es un pañuelo", "otras tierras nos reclaman...", "Somos ciudadanos del mundo". Y junto a dichas consignas vendrían sus propagadores con los equipajes atestados del letal material desestabilizador. En lo cultural, "lo cubano" sería desterrado por una interpretación y práctica "universalista" del pensamiento dentro de las artes, la literatura y cuanta manifestación ilustrativa existiese.
Con la llegada de 1959 todo habría de dar un colosal vuelco. A partir de dicha fecha jamás volveríamos los cubanos a ser como antes. Tan pretenciosos nosotros, tan abiertos, tan desenvueltos, y, finalmente, convertidos en un hato de reses por obra y gracia de la malévola y nefanda Escuela Socialista elevada al cubo de la radicalización, la extrevagancia, la utopía y el capricho revolucionario, con la versión castro-comunista. En nómadas modernos se nos habría de convertir con toda la carga de inadaptación, lastimosidad, resentimiento, violencia y enigmatismo que ello conlleva.
Por eso cuando alguien recrimina: "¿Por qué los cubanos no se quitan esa pejiguera de encima, ese amo a horcajadas? La respuesta es: porque nadie está dispuesto a inmolarse por lo que rechaza, por lo que no le pertenece, por aquello de lo que quiere huir.
Y ¿cómo parar? Pues regresando al entorno, aunque fuese a nivel de metáfora inicialmente. Una reconversión interior del individuo que lo lleve de regreso al habitat perdido: arrancándoselo al usurpador...hasta con las uñas si fuese necesario, para reconstruirlo, hacerlo vital, seguro, placentero y auténtico otra vez. Volver a la "tierra olvidada".
Manuel Prieres
que se puede tocar con las manos: EL ENTORNO"
Los cubanos éramos un pueblo llano. Nos sentíamos tan imbuidos por lo que nos rodeaba que podíamos tocarlo con las manos, al extremo que ni a la capital de provincia íbamos, mucho menos el aventurarnos hasta la capital del país. No por resabios provincianos, sino porque no nos interesaba. Los 365 días del año lo sabíamos consumir en nuestro propio habitat sin rechazarlo; por el contrario, viviéndolo, acrecentándolo, haciéndolo placentero y auténtico. Mucho menos estaba en nosotros la intención de emigrar buscando nuevos y más promisorios horizontes y destinos. Eramos, en fin, una sociedad pegada a eso sencillo pero valioso -repito- que se podía tocar con las manos.
"Conozca a Cuba primero, y al extranjero después" era un slogan publicitario que sugería al cubano que conociera mejor a su país antes de viajar al extranjero, pero en el fondo había algo más, era una especie de llamado a que los cubanos saliéramos de nuestro cascarón habitual; pareciera como que a algunos les intrigaba y hasta molestaba nuestro modo de vivir comarcal.
¿Y era malo eso, acaso?
No. Por supuesto que no. De aletargados nada. Lo que sucedía era que habíamos podido conciliar nuestra peculiar forma de vivir, con la necesidad que toda sociedad tiene para considerarse renovada de la laboriosidad, del desarrollo y del progreso. ¿Acaso cincuenta y tantos años de joven y bisoña república así no lo avalaban? En este caso aquella precocidad, aquel modo de vida cubano, para algunos de fuera y adentro movía al aplauso y al interés de cooperación; pero en otros, al resentimiento velado y a la conspiración. ¡Había que cambiar aquel way of life! ¡Había que llevar a la isla del Caribe al redil establecido! A los cubanos no debía asistirnos el derecho a "ser diferentes", porque entonces desentonaríamos, desafinaríamos en el concierto de los demás pueblos.
Para ello se aprovecharían de nuestra idiosincrasia que anidaba en su interior el germen de nuestra propia desgracia. Me refiero a nuestra candidez y falta de interés de conocer, defender y salvaguardar ¡hasta con los dientes! nuestro entorno. Nuestra característica de buenos imitadores contribuiría a llevarnos a ceder paulatinamente a influencias foráneas que tenían agendas muy claras de trastocar "lo cubano". Ya lo había escrito Martí.
Casi desde principio de siglo permitíamos con una miopía olímpica que influencias filosóficas, históricas, ideológicas, políticas, culturales, se sembrasen peligrosamente en nuestra sociedad, teniendo todas algo en común: el universalismo conspirador, frenético y en boga. Expresiones cual invitación a aceptarlas harían aparición en la Escuela de Pensamiento cubana: "El Mundo es un pañuelo", "otras tierras nos reclaman...", "Somos ciudadanos del mundo". Y junto a dichas consignas vendrían sus propagadores con los equipajes atestados del letal material desestabilizador. En lo cultural, "lo cubano" sería desterrado por una interpretación y práctica "universalista" del pensamiento dentro de las artes, la literatura y cuanta manifestación ilustrativa existiese.
Con la llegada de 1959 todo habría de dar un colosal vuelco. A partir de dicha fecha jamás volveríamos los cubanos a ser como antes. Tan pretenciosos nosotros, tan abiertos, tan desenvueltos, y, finalmente, convertidos en un hato de reses por obra y gracia de la malévola y nefanda Escuela Socialista elevada al cubo de la radicalización, la extrevagancia, la utopía y el capricho revolucionario, con la versión castro-comunista. En nómadas modernos se nos habría de convertir con toda la carga de inadaptación, lastimosidad, resentimiento, violencia y enigmatismo que ello conlleva.
Por eso cuando alguien recrimina: "¿Por qué los cubanos no se quitan esa pejiguera de encima, ese amo a horcajadas? La respuesta es: porque nadie está dispuesto a inmolarse por lo que rechaza, por lo que no le pertenece, por aquello de lo que quiere huir.
Y ¿cómo parar? Pues regresando al entorno, aunque fuese a nivel de metáfora inicialmente. Una reconversión interior del individuo que lo lleve de regreso al habitat perdido: arrancándoselo al usurpador...hasta con las uñas si fuese necesario, para reconstruirlo, hacerlo vital, seguro, placentero y auténtico otra vez. Volver a la "tierra olvidada".
Manuel Prieres
Publicado por VILLA GRANADILLO en 12:57
jueves, 27 de febrero de 2020
lunes, 24 de febrero de 2020
jueves, 13 de febrero de 2020
lunes, 10 de febrero de 2020
sábado, 8 de febrero de 2020
THE TRUMP DOCTRINE
@ Manuel Prieres
El 8 de noviembre del 2016 comenzaba un antes y un después en
los EE.UU. con la Victoria de Donald Trump a la presidencia de los Estados
Unidos de Norteamerica.
El 8-11 habría de cambiar al mundo al nacer una Doctrina sui
generis.
La Derecha Moderna y sin Apellidos capítulo USA.
Palmario resulta asimismo que hay en EE.UU. y en el resto del
mundo un “antes y un después del 8 de noviembre .
¿Cómo eran las cosas antes del 8-11 del 2016?
Occidente bajo la amenaza musulmana con aquello del llamado
“Califato” que se “iba a engullir al infiel”. En demasiadas ciudades el horror
terrorista cebándose con terrible saldo de heridos, muertes, impunidad y
desconcierto.
La proliferación nuclear por parte de países enemigos de
occidente.
La desestavilizadora marea migratoria global hacia
occidente en forma peligrosa.
Entonces, después del 8 de noviembre qué ha ocurrido en el mundo
y específicamente en los Estados Unidos de Norte América. Pues en menos de un
año practicamente el desafío del “Califato” no ha logrado lo que se proponía y
ahora mismo se “bate en retirada”.
El terrorismo islámico decrese en las capitales importantes del
mundo, los degolladores de infieles han desaparecido por tanto esos horrendo
ríos de sangre tiznando las arenas y mares han desaparecido. Ya las
organizaciones internacionales globalistas “floreros”, parásitas, inefectivas, esquilmadoras
de la chequera estadounidense cada día les resulta mas dificil
seguir “chuleando” a America desde el 8 de noviembre con este rubio inquilino
en la WH.
A menos de un año la seguridad, la economía, los valores
Americanos, arrojan un resultado positivo.
El grito de “America First” se consolida más y mas. Para ello el
presidente Donald Trump Avanza en convertirse en el mandatario Americano que
más se esta reuniendo de tu a tu con dirigentes extranjeros amigos, no tantos,
y adversarios, que lo esta llevando a ser reconocido ya como un maestro en la
negociación, de manera que si Ronald Reagan la historia lo reconoce como el
“gran comunicador” Trump avanza en convertirse en el “gran negociador”.
Para redondear no
se me olvida que un día en un mitin publico el presidente Donald Trump
reconoció que sin los Cubanos Americanos y los LIBRES de aqui, alla
y aculla, no habria podido ganar la
Florida.
Impresionante
resulta la capacidad de resitencia y pelea que exhibe cuando constantemente le
surgen frentes enemigos para hacerlo trizas. Deconozco como terminará esta
ciclopea Carrera “contra todas las banderas global-internacionalistas” que
conspiran contra la consecución de una “America First”.
Pero de lo
que si estoy seguro que la “TRUMP DOCTRINE” ha venido para
quedarse y –sí- para bien.
1 de enero del
2020
Año de “vista larga”. En el reciente informe del presidente al congreso Donald G. Trump comunicó sobre el “Milagro Americano” en cuanto a economía se refiere. Deslizó al mundo que “América es mas segura hoy” y para aquellos enemigos esparcidos por doquier que “ jueguen con la cadena pero nunca con el mono ”.
Al día siguiente de su informe del Estado a la Nación Donald G. Trump era exonerado del traicioneto como maldito IMPEACHMENTE.
Señores. La “Trump Doctrine” en estos momentos se
esparce por el mundo. Y en el Miami LIBRE nace una Derecha sin Apellidos que va a germinar en tierra abonada aqui, como allá y acullá.
En
pocas palabras “América First”.
@Manuel Prieres
Miami
Febrero 8 del 2020