domingo, 1 de mayo de 2022

EN TIEMPOS DE GEORGE ORWELL: LA REBELION EN LA GRANJA & EL MINISTERIO DE LA DESINFORMACION DE LA "BIG SISTER" BIDEN ERA



 LA NUEVA CLASE COMUNISTA

 SIEMPRE COJEANDO DE LA MISMA PATA  PER SE

@Manuel Prieres 

El dogma religioso comunista reza:
“Trabajando nadie se puede hacer rico”.  


"La “Gran Estafa”
(parte final de "La Rebelión en la Granja" de George Orwell.
Recopilación por Manuel Prieres.
Y es así como irá produciéndose paulatinamente un fenómeno entre Napoleón y sus escoltas. Los animales de la granja observarán como viejos hábitos y costumbres ya casi olvidados y usados en la pasada época de Jones, comenzarán a tener vigencia otra vez. Ahora Napoleón y sus perros vestirán ropas como el hombre so pretexto que la nueva política de diálogo exige tamaño sacrificio, aunque el resto de los animales de la granja continúen desvestidos expuestos a la interperie (Léase "La Nueva Clase y sus Privilegios").
Napoleón ya asentado en el poder sobre dos pies hará una revisión en los SIETE MANDAMIENTOS del "animalismo", añadiendo o modificando algunos conceptos; por ejemplo:
1.- Todo lo que camina sobre dos pies es un enemigo -NO SIEMPRE.
2.- Todo lo que camina sobre cuatro patas o tenga alas es un amigo -EN LA MAYORIA DE LOS CASOS, PERO NO SIEMPRE.
3.- Ningún animal usará ropas -EXCEPTO LOS DIRIGENTES.
4.- Ningún animal dormirá en una cama -CON SABANAS.
5- Ningún animal beberá alcohol -EN EXCESO.
6.- Ningún animal matará a otro animal -MIENTRAS NO ATENTASE CONTRA LOS PODERES DE LA GRANJA ANIMAL.
7.- Todos los animales son inguales -PERO ALGUNOS ANIMALES SON MAS IGUALES QUE OTROS.
A partir de ahora, el "animalismo" puesto en práctica en la GRANJA ANIMAL producirá un giro inconcebible para los aún incrédulos animales. "La Nueva Clase" comandada por el déspota cerdo Napoleón se entregará a una vida altamente licenciosa superando por gran margen a la llevada en el pasado por el Sr. Jones y sus secuaces. Las orgías, la dilapidación y el abuso del poder...producido por la clase porcina en el poder, era de conocimento general en toda la comarca. Los animales víctimas del engaño y la traición, lentamente fuéronse percatando que algo no funcionaba. ¡Cierto, no deseaban el regreso del HOMBRE otra vez!, pero reconocían que la vida que llevaban ahora que eran "libres" no era vida. Tanto trabajo, tan escasa la alimentación (racionamiento) y la salud pública tan precaria, que los animales más sensibles comenzaron a disentir contra el régimen "animalista". Y como consecuencia, la ira de Napoleón se descargó inmisericorde contra los opositores, ejecutando a numerosos de ellos. "La Gran Estafa" del "animalismo" estaba consumada. Napoleón, ya consolidado en el poder y rodeado de soplones, aduladores, la fanática juventud porcina...así como la tenebrosa Guardia Pretoriana canina, se nos presentaba invencible.
VIII
Su acercamiento con el HOMBRE resultará una afrenta a los principios fundamentales del "animalismo"; sin embargo, será una realidad la consolidación de los intereses mutuos entre el HOMBRE y Napoleón y su camarilla. Ya nada lo diferenciaba del Sr. Jones, es más, lo había superado.
De manera que el resto de los animales sobrevivientes de la PRIMERA REVOLUCION ANIMAL sólo les quedaba un acto digno: "Intentar ser libres espiritualmente".
Para finalizar este trabajo, queremos consignar fielmente los últimos párrafos del último capítulo de "La Rebelión en la Granja" de George Orwell: Y escribe así:
"...los animales no habían dado veinte pasos cuando se pararon brúscamente. Un alboroto de voces venía desde la casa. Volvieron atrás y miraron nuevamente por la ventana. Sí, estaba desarrollándose una violenta discusión. Gritos, golpes sobre la mesa, miradas penetrantes y desconfiadas, negativas, furiosas. El origen del conflicto parecía ser que tanto Napoleón como el señor Pilkington habían jugado simultaneamente un as de espadas cada uno..."
Doce voces estaban gritando enfurecidas, y todas eran iguales. No existía duda de lo que había sucedido a las caras de los cerdos. Los animales de afuera miraron del cerdo al hombre, y del hombre al cerdo, y nuevamente del cerdo al hombre; pero ya era imposible discernir quién era quien... ".
FIN.
Manuel Prieres

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