Las nieves rusas, cómplices de la sin razón roja , cubrirán con su manto blanco las evidencias del horror.
La Comisión de Encuesta de Rohrberg, que logró entrar en KIEV en agosto de 1919 después de su toma por los blancos y expulsados los rojos, señala lo siguiente: “Todo el suelo de cemento del gran garage (se trata de la sala de ejecución de la Cheka provincial de KIEV) estaba inundada de sangre; y ésta no corría, sino formaba una capa de algunas pulgadas; era una horrible mezcla de sangre, de sesos, de pedazos de cráneos, de mechones de cabellos y demás restos humanos. Todas las paredes, agujereadas, con millares de balas, estaban salpicadas de sangre, y pedazos de sesos y de cuero cabelludo estaban pegados en ellas.”.
“Una zanja de 25 centímetros de ancho, por 25 de hondo y de unos 10 metros de largo, iba del centro del garage a un local próximo, donde había un tubo subterráneo de salida. Esa zanja estaba completamente llena de sangre”.
“…de ordinario, inmediatamente después de la matanza, transportaban fuera de la ciudad los cuerpos en camiones, automóviles o furgones y los enterraban en una fosa común. En un rincón del jardín topamos con otra fosa más Antigua que contenía unos ochenta cuerpos; y allí descubrimos en los cuerpos señales de crueldades y de mutilaciones las más diversas e inimaginables. Allí yacían cadáveres destripados; otros con los ojos sacados, y la cabeza, la cara, el cuello y el tronco cubiertos de profundas heridas. Más lejos encontraron un cadáver con una cuña clavada en el pecho; y otros no tenían lengua. En un rincón de la fosa descubrimos muchos brazos y piernas separados del tronco…”
En el diario de Edimburgo “The Scotsman” del 7 de noviembre de 1923, el profesor Sarolea da las siguientes cifras de las víctimas (los asesinados) de la sin razón bolchevique: “ 28 Obispos; 1219 sacerdotes; 6,000 profesores y maestros; 9,000 doctores; 54,000 oficiales; 260,000 soldados; 70,000 policías, 12,950 propietarios; 355,250 intelectuales y profesionales liberales; 193,290 obreros y cerca de un millón de campesinos”.
La Comisión de Información de Denikín sobre el exterminio bolchevique durante el período 1918-1919, en un ensayo sobre el “Terror Rojo”, contó en sólo dos años un millón setecientas mil víctimas (muertos) perpetrados por los rojos.
“La Rusia inocente
se retorcía de dolor
bajo las botas ensangrentadas
bajo las ruedas negras de las furgonetas”.
FURGONETAS
“LOS CUERVOS NEGROS”
Poema de Ana Ajmatova
cuyo hijo fue prisionero y asesinado en La Lubianka.
(Nota: En la Era Zarista desde 1825 a 1917 el número total de condenados a muerte en Rusia por cuestiones políticas fue de 6,360 de los cuales solamente fueron ejecutados 3,932. Comparar ésto con el horror bolchevique que vino después resulta irrisorio).
La Comisión de Encuesta de Rohrberg, que logró entrar en KIEV en agosto de 1919 después de su toma por los blancos y expulsados los rojos, señala lo siguiente: “Todo el suelo de cemento del gran garage (se trata de la sala de ejecución de la Cheka provincial de KIEV) estaba inundada de sangre; y ésta no corría, sino formaba una capa de algunas pulgadas; era una horrible mezcla de sangre, de sesos, de pedazos de cráneos, de mechones de cabellos y demás restos humanos. Todas las paredes, agujereadas, con millares de balas, estaban salpicadas de sangre, y pedazos de sesos y de cuero cabelludo estaban pegados en ellas.”.
“Una zanja de 25 centímetros de ancho, por 25 de hondo y de unos 10 metros de largo, iba del centro del garage a un local próximo, donde había un tubo subterráneo de salida. Esa zanja estaba completamente llena de sangre”.
“…de ordinario, inmediatamente después de la matanza, transportaban fuera de la ciudad los cuerpos en camiones, automóviles o furgones y los enterraban en una fosa común. En un rincón del jardín topamos con otra fosa más Antigua que contenía unos ochenta cuerpos; y allí descubrimos en los cuerpos señales de crueldades y de mutilaciones las más diversas e inimaginables. Allí yacían cadáveres destripados; otros con los ojos sacados, y la cabeza, la cara, el cuello y el tronco cubiertos de profundas heridas. Más lejos encontraron un cadáver con una cuña clavada en el pecho; y otros no tenían lengua. En un rincón de la fosa descubrimos muchos brazos y piernas separados del tronco…”
En el diario de Edimburgo “The Scotsman” del 7 de noviembre de 1923, el profesor Sarolea da las siguientes cifras de las víctimas (los asesinados) de la sin razón bolchevique: “ 28 Obispos; 1219 sacerdotes; 6,000 profesores y maestros; 9,000 doctores; 54,000 oficiales; 260,000 soldados; 70,000 policías, 12,950 propietarios; 355,250 intelectuales y profesionales liberales; 193,290 obreros y cerca de un millón de campesinos”.
La Comisión de Información de Denikín sobre el exterminio bolchevique durante el período 1918-1919, en un ensayo sobre el “Terror Rojo”, contó en sólo dos años un millón setecientas mil víctimas (muertos) perpetrados por los rojos.
“La Rusia inocente
se retorcía de dolor
bajo las botas ensangrentadas
bajo las ruedas negras de las furgonetas”.
FURGONETAS
“LOS CUERVOS NEGROS”
Poema de Ana Ajmatova
cuyo hijo fue prisionero y asesinado en La Lubianka.
(Nota: En la Era Zarista desde 1825 a 1917 el número total de condenados a muerte en Rusia por cuestiones políticas fue de 6,360 de los cuales solamente fueron ejecutados 3,932. Comparar ésto con el horror bolchevique que vino después resulta irrisorio).
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