ZOE VALDES CHAPEA COMO PALENQUITO
Cuba, final de año 2011.
Y henos aquí que 53 años más tarde los cubanos de la isla continúan bajo el dominio de los mismos dictadores. El mayor de ellos se ha retirado, ya ni siquiera escribe sus hediondas reflexiones, suelta de vez en cuando unas palabritas, blasfemias y regaños, pero ya nadie lo escucha, tampoco se preguntan si se habrá muerto o no. Y más bien la mayoría está dispuesta a perdonar sus crímenes, incluso la guía Guiness Récord lo considera el hombre más traumatizado del planeta debido a los muchos atentados cometidos en su contra, la mayoría de ellos auto preparados y auto aplicados por él mismo. El menor de los dictadores, entretanto, hace como que gobierna, mientras espera la enfermedad o la muerte -porque archiviejo también es- entrena a su estirpe: la continuadora del imperio dinástico castrista, para que lo reemplace en el poder de la misma manera que él sustituyó a su hermanazo, de a pepe cojones.
Los disidentes, bueno, unos continúan disintiendo, oponiéndose, de la mejor manera posible. La más famosa entre ellos, la más resistente (según la prensa socialdemócrata, la de la derecha no se queda atrás), sólo aspira a que le permitan coger la maleta y largarse, por ese sólo hecho pretende al Nobel de la Paz, que sería el colofón de todos los premios recibidos y por recibir, por no disparar ni un chícharo. El otro disidente, tuitea que le dieron una nalgadita, y él ni siquiera se viró para meterle un gaznatón al policía que lo averió así, como de refilón, de costadito, acariciándolo; ná, otro que aspira al Nobel de la Paz. ¿Han pedido alguno de ellos la libertad para Ivonne Malleza e Ignacio Martínez? No, andan más preocupados por el drama de la maleta y por el moratoncito en la nalga, que por la libertad de sus compatriotas.
Los escritores, artistas e intelectuales, cambiando palabras, trazos, paletadas, actuaciones adocenadas, por viajecitos y premios en el extranjero con los que les obsequian los colaboradores del castrismo en el exterior. En un oneroso intercambio de regalos, muy propio de la izquierda comunista, y de los bicharracos cubanos de lo que está compuesta la cultura castrista. Entre esos bicharracos, los nuevos jineteros de la nueva poesía sin fin, y los tediosos mueleros estilo la vieja Paideia de los ochenta, ahora en estado de satélites de cualquier empresa que reparta merienda con un decorado decoroso detrás, sin salirse del guión autorizado.
De la iglesia, ni hablemos: castrista, comunista, fascista. Pero algún día podremos mostrar los videos pecadores que el castrismo les habrá filmado, y con los que los chantajean; allí mismo, en su lugar de culto verdadero, en la Plaza de la Revolución.
El pueblo, bueno, ante semejante elemento, el pueblo sigue la marchita del carnero. A gozar, a beber, a jinetear, a pedalear, a remar, que el mundo se va a acabar.
Raúl Castro prometió viajes y en vez de viajes liberó a unos cientos de miles de presos (coño, pero ¿no decían que no había presos en Cuba?). De viajecitos nada de nada, nananananananananananina, aunque todavía hoy, los franceses, al menos en los diarios, están felicitando al castrismo por las nuevas medidas migratorias, debió de haber sido la mala traducción del Granma internacional. Los periodistas de por estos lares siguen babeados con las nuevas aperturas del castrismo, y con eso de que liberen a los presos, qué paso de avance, caballero, mon dieu, madre mía… cuánta transparencia. Ni siquiera se preguntan cómo es posible que liberen a tantos presos, si en la versión oficial rezaba que no había ninguno, o si el caso es que los liberan para que no se les mueran de hambre en las celdas, o sea para que vayan a morirse parejo de hambre las calles, como el resto del pueblo, que aquí sí que no queremos privilegios, compañeros, y en las cárceles se vive mejor que en libertad. Fíjate, todos esos presos han salido del tanque graduados de algo, de alguna carrera universitaria, y gratis, que se sepa y que se comente. Tampoco, esos periodistas del mundo libre, se inquietan por averiguar cuántas cárceles había en Cuba en el año 1959, una por provincia, o sea seis. Hoy en día hay 200 cárceles, hay más cárceles que playas, y estamos hablando de una isla.
Hablando como los locos, que es como hablo yo, “los locos somos cuerdos”, escribió mi Cabezón Adorado, yo prefiero que liberen primero a los presos, antes que abran la llave de la viajadera, pero hay quienes prefieren lo primero, incluso aquellos que habiendo podido quedarse fuera, en países como Suiza, por ejemplo, decidieron regresar a jamarse el cable que te entrega la dictadura junto con una copia del guión para hacerse mundialmente famosos a costa de los sanacos anticastristas del exilio.
Todas las organizaciones de masas represoras se han convertido en ONG’s, en cualquier momento hasta el CDR es una ONG, de ese modo, la hija heredera del dictador, viaja y se presenta por todo el mundo, impartiendo conferencias, como directora de una ONG que predica la represión contra los maricas anticastristas, por infieles; a los otros los opera gratis y los convierte en sus súbditas, disfrazadas para el baile de ocasión de la comarca.
Castro II pretende con la engañifa de la nueva ley migratoria, acerca de la cual se meterá meditando unas cuantas décadas más –esto suponiendo que sea eterno- para de este modo acabar con el exilio. Convirtiendo a una gran parte de ese exilio, de la manera más hipnotizadora que podamos imaginar, en aves pasajeras migratorias, caprichosas y patrioteras, que un día decidieron probar suerte en otras atmósferas.
Dentro de poco, entonces, bajo estos designios, el Papa llegará a Cuba, soltará sus picuencias habituales, allá correrán los fieles a tocarle la pandereta y la campanilla que el régimen les coloque entre los dedos. Probablemente el Papa felicite al Líder Gobernador y al Lider Retirado por su generosidad al liberar a tantos delincuentes y por dejar en las cárceles a los presos políticos; de paso se dirigirá al pueblo en la jerigonza que los mantendrá agonizantes y alelados unos veinte años más, y se alejará muy orondo de esos inditos malcriados, con su impecable maxifalda blanca bordada de hilitos dorados (he escrito todo esto para que el seguroso de turno tenga de nuevo que repartir mi artículo a los visitantes que lleguen de Miami para la visita del Papa, para eso han quedado, como hicieron durante el viaje de Juan Pablo II), y los “emigrantes” puedan enterarse lo poco respetuosa que soy de la iglesia. Ellos lo que no saben es que yo todas las noches me acuesto con dios, en el sentido literal y erótico que la frase conlleva.
Entonces, cuando el Papa se retire, y se acabe la fiestecita, volverán a virarse para la gente del exilio, a limosnear baratijas, a que los mantengan, a que les paguen los tuiteos, para enterarnos de cómo le dieron una nalgadita al ojúo, y cómo le halaron una greña a su santidad la Santa Madre Bloguer, hasta que la dejen coger la maleta, de una puta vez. Coño, qué ganas tengo que le acaben de dar la salida, pero claro, una vez salga, querrá volver a entrar, porque el plan está bien urdidito, y el plan, no es más que: Más de lo mismo, o sea mantenernos entretenidos por otros 53 años.
Zoé Valdés.
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