LO QUE EL VIENTO SE LLEVÓ. OBAMA Y LA OPOSICIÓN
Por, Santiago Cárdenas MD- Especial para Nuevo Acción
Algo muy importante ocurrió durante el viaje de nuestro presidente a la Habana; mucho más importante que su discurso. Lamentablemente, poco o nada se conoce de lo tratado en el cenáculo del Malecón. Muy mal; malísimo para la oposición y para Obama. El secretismo de los participantes es la copia al carbón de lo que los disidentes aprenden cotidianamente por ósmosis—o de lo que imitan subconscientemente de las prácticas de la dictadura—tan impregnados que están de gobierno autoritario y de monopartido.
Esperábamos transparencia e información de los opositores como se hace en la democracia. Democracia que ellos tienen que aprender a ejercitar siempre y en todo lugar. Desde ahora y con el riesgo que esto conlleva. Luego del encuentro era el momento ideal para que hubieran dado una conferencia de prensa o que hubieran escrito a la media independiente narrando sus impresiones y sus opiniones. Nada de eso. Silencio absoluto.
Desconfío de las reuniones políticas que se efectúan en cualquier país totalitario; sea China, Vietnam o Cuba. Nadie se expresa con claridad; todos tienen miedo, y se sienten vigilados. No son libres. Aún dentro de los muros de la Embajada y protegidos por la alta tecnología de los EEUU, los participantes se sienten espiados. No solo por las escuchas “sembradas”, sino por el temor a los infiltrados que están entre ellos mismos, chantajeados o no, para soplarle a la inteligencia cubana. La reunión en la Habana no fue la excepción.
Si Ud. tiene dudas, permítame recordarle que el mutismo de Obama y su administración ante esta importante reunión y el de los participantes es la evidencia irrebatible de lo que estoy afirmando. El viento se llevó las denuncias, si las hubo, y además, la transparencia, que no la hubo. Así no se construye ni se sostendrá la democracia en la Cuba del futuro.
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