domingo, 23 de julio de 2017

EL ARBOL GRANADILLO EN LA EXISTENCIA DE VILLAGRANADILLO.


Trozo de madera "granadillo".

EL ARBOL GRANADILLO EN LA EXISTENCIA DE VILLAGRANADILLO.


Foto -árbol- google internet

EL ARBOL GRANADILLO

Por Manuel Prieres
(A propósito de la reclusión de "balseros" en la Base Naval Estadounidense de Guantánamo-Cuba en 1995).
El granadillo es un árbol leguminoso americano, de madera dura, roja y amarilla, muy estimada en ebanistería.
La entrada de la Bahía de Guantánamo a ambos lados al Este y al Oeste está poblada por millares y millares de este pequeño y recio árbol costero, dándose silvestre ahí desde tiempos inmemorables.
Por esta razón es que el Granadillo junto a la Jutía y a la Iguana encarnan esa porción sudoriental de la Isla de Cuba que es la Bahía de Guantánamo. Vasto territorio que un día Cristóbal Colón llamó "Puerto Grande", debiéndosele -justo es- a los ingleses conocérsele como un sitio altamente estratégico y ahí mismo es donde se encuentra enclavada hoy la Base Naval Estadounidense a partir de los acuerdos de 1903 entre la naciente república de Cuba y los Estados Unidos de Norte América, aunque para ser exactos ya los americanos habían pisado dichos charrascosos territorios desde la invasión de 1898 comandados por "Billy Hell" Mc Calla.
Como algo curioso e interesante este territorio donde crece silvestre el Arbol Granadillo nunca ha sido "cubanizado", ya que desde los indios Caribes (antropófagos) asentados a la fuerza a la entrada de la Bahía lo que hoy se conoce como "Punta de Pescadores", siempre traerían en jaque a los pacíficos Taínos y Siboneyes; siguiendo asimismo con la llegada de Colón, Velázquez, Narváez y tantos colonizadores españoles más, junto a la ingente penetración -por esos tiempos- de culturas e influencias digamos "a la cañona" de colonos franceses huidos de la revolución haitiana, o por los haitianos escapados a su vez de los propios franceses, por los chinos huidos desde la distante Península de la Florida, así como los ingleses al mando del almirante Vermont, junto a los piratas y corsarios donde el temible Naún -asentado en "Puerto Escondido"- iba a la cabeza; finalmente los españoles enfrentándose a los mambises por un lado y los americanos invadiendo en 1898 por otro.
No obstante el tiempo en su lento pero inexorable paso recoge todo un cúmulo de hechos y circunstancias que revisten a dicho territorio de algo digno de interés y estudio en el apretado contexto de la historia. Partiendo de la propia mitología aborigen vemos los enfrentamientos entre los caciques Guayo (siboney) y Mayabí (caribe) donde finalmente el siboney vencía al caribe invasor arrinconándolo en una cueva para por último perdonarle la vida. Un Cristóbal Colón llegando en 1494 por lo que hoy se conoce como "Fisherman Point", maravillándose ante la exuberancia y belleza de la Bahía nombrándole "Puerto Grande" al tiempo que los nativos Taínos le ofrecían solícitos jutías y pescados asados. Y qué decir del paso arrollador de Diego Velázquez haciendo alarde de su fuerza militar, su voracidad de tierras y crueldad contra los Taínos nativos. Más tarde la incursión militar inglesa al mando del general Wentworth en julio de 1741 por la Ensenada de Joa con intenciones de dirigirse hacia Santiago de Cuba a 140 kilómetros, pero las enfermedades tropicales se cebarían entre sus hombres obligándoles a retirarse y dejando a su paso el primer cementerio inglés en territorio de la Bahía donde crece silvestre el Arbol Granadillo conocido como "Cayo Hospital" y donde sería enterrado un militar de alta graduación nombrado E.N. Harrison, el primer muerto inglés en Guantánamo; en fin, esa misma Bahía testigo silente de hechos esculpidos para siempre en sus tierras salinas y charrascosas como la primera acción militar en la llamada "Guerra del 95" en un sitio cercano a la Bahía conocido como "El Fortín de Jatibonico" donde probarían su temple guerrero los insurrectos Enrique Tudela y Arcil Duvergel; y más reciente aún cuando las fuerzas guerrilleras de Raúl Castro en un paraje conocido como "La Sombrilla" secuestraban a 29 marines USA (1958) a menos de un kilómetro de la Bahía, marcando así un precedente histórico en cuanto a secuestro internacional de tiempos modernos se refiere.
Y qué decir de la ya interminable historia de tensiones y confrontaciones fronterizas entre castrisas y marines a lo largo de cinco décadas en Guantánamo, cuya máxima expresión ha resultado el dramático éxodo de cubanos escapados por la zona fronteriza con saldo hasta la fecha de más de 15,000 sobrevivientes llegados a la Base Americana (etapa antes de los balseros) , pero también de más de un millar de infelices quedados o desaparecidos en las aguas infectadas de tiburones, patrulleras artilladas o despedazados en los campos minados. Todo un record si lo comparásemos con el "Muro de Berlín" cuya extensión es la misma de la cerca Peerles en la Bahía de Guantánamo (45 kilómetros) y en toda su historia de haber estado erigido no murieron más de un centenar de alemanes.
Por todo esto y mucho más, sugiero, anhelo, y arrimo mi hombro a la idea -posiblemente peregrina para muchos- de construir una Villa simbólica en el lado Este a la entrada de la Bahía entre el obelisco a Cristóbal Colón y las ruinas del fortín español "El Cuzco", que lleve por nombre Villa Granadillo en reconocimiento al famoso árbol de marras testigo silente de tantos hechos y levantada con sus propias maderas.
Villa Granadillo: primer burgo cubano dentro de las 45 millas cuadradas para disfrute de los que un día lo visitaren atraídos por la deliciosa mezcla de melancolía-curiosidad.
Granadillo Village: símbolo de la cubanización dentro del territorio vedado; instrumento para echar a volar el acervo cultural e histórico junto a sus 7 parajes y monumentos dentro de las apretadas 45 millas cuadradas; férreo valladar listo a detener a forasteros y merodeadores nacionales llegados con no claras intenciones ayer como hoy mismo.

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