Medida que limita viajes a Cuba podría lograr el apoyo del Congreso
JUAN O. TAMAYO
jtamayo@elnuevoherald.com
El esfuerzo del representante Mario Diaz-Balart de revocar regulaciones de la administración del presidente Barack Obama que suavizaron las restricciones a los viajes a Cuba podría ganar la aprobación del Congreso, a pesar de una amenaza de veto presidencial, según partidarios de la medida e, incluso, algunos críticos.
La propuesta del republicano del sur de la Florida parecía en un inicio tener escasas perspectivas de convertirse en ley, especialmente después de que Obama prometiera la semana pasada que la vetaría si llegara a la Casa Blanca para ser firmada.
Pero a medida que la posible trayectoria del proyecto de ley por el Capitolio se hizo más clara, incluso algunos de sus críticos afirman ahora que la medida tiene probabilidades razonables de ser aprobada por el Congreso e incluso por la Casa Blanca.
“Aunque agradecemos la amenaza de veto del Presidente, no hay duda de que esta legislación sin rumbo, debido a que ha sido colocada dentro de un proyecto de ley de asignaciones, tiene bastantes probabilidades de aprobación”, dijo Joe García, ex candidato demócrata al Congreso.
Mauricio Claver-Carone, director del comité de acción política U.S. Cuba Democracy, que está a favor de fuertes sanciones contra Cuba, dijo que no le sorprende que la enmienda pueda ser aprobada.
El esfuerzo de Díaz-Balart colocaría las restricciones de viajes a Cuba al nivel que tenían bajo el presidente George W. Bush: para cubanoamericanos, sólo un viaje cada tres años para reunificaciones familiares; un límite de $1,200 al año en remesas familiares y una definición más restringida del concepto de familia. Las restricciones a los residentes no cubanos eran aún más estrictas.
Bajo la política de la administración de Obama, concebida para ayudar a la sociedad civil de la isla a librarse del régimen castrista, los cubanoamericanos pueden visitar Cuba cada vez que quieran y enviar por lo menos $2,000 al año. Las regulaciones de viajes y remesas para los residentes no cubanos también han sido relajadas.
La propuesta de Diaz-Balart ha sido fuertemente criticada por algunos cubanoamericanos así como por disidentes de la isla, quienes alegan que eso solamente ahondaría la distancia entre las familias cubanas a ambos lados del Estrecho de la Florida.
“Esta medida no sólo trata de determinar quién es tu familia, sino también cuándo lo puedes visitar”, comentó Xiomara Almaguer-Levy, presidenta de Xael Charters Inc., una de las siete compañías del sur de la Florida con licencia estadounidense para fletar vuelos a Cuba. “Nosotros tenemos además 18 empleados y un montón de compañías que dependen de este negocio”.
Almaguer-Levy y otros propietarios de compañías de flete de vuelos han viajado a Washington para pedirle a miembros del Congreso que detengan el esfuerzo de Diaz-Balart. Críticos de la medida también compraron anuncios a toda página en periódicos de Miami y llevaron a cabo una protesta en la oficina de Diaz-Balart en el Doral.
Almaguer-Levy, como otros muchos críticos del esfuerzo de Diaz-Balart, alega que su cláusula sobre Cuba está destinada al fracaso debido a la amenaza de veto de Obama.
Pero, de hecho, el futuro de la propuesta de Diaz-Balart no parece ser tan negativo, de acuerdo con Claver-Carone, García y un empleado demócrata del Capitolio quien pidió conservar el anonimato para evitar verse involucrado en este asunto tan delicado políticamente.
La cláusula de Diaz-Balart sobre Cuba fue aprobada por un voto a viva voz -indicando que no había fuerte oposición a la misma- ante la Comisión de Asignaciones de la Cámara como una enmienda a un proyecto de ley que financia el Departamento del Tesoro y otras agencias para el próximo año fiscal.
Es casi seguro que el proyecto de ley sea aprobado sin cambios por la Cámara, controlada por los republicanos. El Senado, controlado por los demócratas, no redacta por lo general su propia versión del proyecto de ley de presupuesto del Tesoro, sino que lo deja en manos de un comité conjunto de la Cámara y el Senado, cuyos miembros son designados por líderes del Congreso para alcanzar un acuerdo.
Los demócratas de la Cámara y el Senado en el comité conjunto tratarán de eliminar la cláusula de Diaz-Balart del proyecto de ley, dijo el empleado del Capitolio, “pero en un comité conjunto los dirigentes son los que dan las órdenes, y en este no estoy seguro si los líderes demócratas están listos a sacrificarse por los viajes a Cuba”.
Entre ellos estaría el senador Bob Menéndez, un poderoso demócrata cubanoamericano de Nueva Jersey, que ha criticado constante y duramente los esfuerzos de Obama por aligerar las restricciones a los viajes a Cuba.
Claver-Carone afirmó haber notado un descenso en el entusiasmo del Capitolio por relajar las regulaciones a los viajes a Cuba, ante reportes de que algunos cubanoamericanos están viajando a la isla repetidas veces.
“Si las mismas personas están yendo a Cuba dos y tres veces al año, y a veces más, eso empieza a resquebrajar la intención humanitaria” de relajar las restricciones a las visitas, comentó Claver-Carone.
Además, la amenaza de veto de Obama suena hueca, dijo el empleado del Capitolio, porque el Presidente necesita tanto el proyecto de ley de fondos como el apoyo de Menéndez en el Congreso para la recaudación de fondos y las campañas en la Florida y Nueva Jersey, de cara a las elecciones presidenciales del 2012.
Señaló además que la cláusula sobre Cuba era la última de las tres secciones del proyecto de ley del Tesoro que Obama amenazó con vetar en la declaración de cinco páginas que la Casa Blanca publicó la semana pasada. Las otras secciones a las que Obama se opone cubren temas mucho más importantes para toda la nación: la reforma de Wall Street y medidas de protección al consumidor.
“¿Vetaría de verdad Obama el proyecto de ley, arriesgándose a eliminar fondos para el Tesoro?”, añadió el empleado. “Esto parece una especie de globo político”, comentó.
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