do se hizo patente que rechazaba el reclutamiento, fue amenazado con la imposición de una multa de 10000 dólares, más una pena de prisión de cinco años.
Terminada la audiencia, expresó los motivos para tomar semejante decisión en una carta y también en una entrevista con el periodista Howard Cosell, declarándose “objetor de conciencia”, explicando que su religión no le permitía participar de la guerra. A lo cual agregó, generando gran polémica, que no tenía “ningún conflicto con el Vietcong”, y que nunca un integrante del Vietcong lo había llamado nigger (forma despectiva de nombrar a los afroamericanos muy difundida entre los blancos estadounidenses).; pero las consecuencias de su actuación no tardaron en llegar: apenas una hora después de evitar el reclutamiento, la Comisión Atlética de Nueva York le suspendió su licencia para boxear.
Durante el consecuente proceso legal por evadir el reclutamiento, el juez de la audiencia preliminar, Lawrence Grauman, recomendó que se le otorgase la objeción de conciencia, pero el Departamento de Justicia desestimó la resolución y exhortó a la corte de apelaciones del estado de Kentucky que la petición de Ali fuera denegada. En el juicio que se llevó a cabo en junio el jurado le declaró culpable, y el juez le sentenció a cinco años de prisión y diez mil dólares de multa. Aunque fue liberado bajo fianza, su pasaporte le fue confiscado y no se le permitió pelear ni salir del país por tres años y medio.
Desde que se pronunció la sentencia, Muhammad Ali se mantuvo dando conferencias en las escuelas en las que daba a conocer sus puntos de vista personales sobre diferentes tópicos, en especial sobre su oposición a la guerra en Vietnam, el orgullo de su raza y la política conservadora de la Nación del Islam.
Terminada la audiencia, expresó los motivos para tomar semejante decisión en una carta y también en una entrevista con el periodista Howard Cosell, declarándose “objetor de conciencia”, explicando que su religión no le permitía participar de la guerra. A lo cual agregó, generando gran polémica, que no tenía “ningún conflicto con el Vietcong”, y que nunca un integrante del Vietcong lo había llamado nigger (forma despectiva de nombrar a los afroamericanos muy difundida entre los blancos estadounidenses).; pero las consecuencias de su actuación no tardaron en llegar: apenas una hora después de evitar el reclutamiento, la Comisión Atlética de Nueva York le suspendió su licencia para boxear.
Durante el consecuente proceso legal por evadir el reclutamiento, el juez de la audiencia preliminar, Lawrence Grauman, recomendó que se le otorgase la objeción de conciencia, pero el Departamento de Justicia desestimó la resolución y exhortó a la corte de apelaciones del estado de Kentucky que la petición de Ali fuera denegada. En el juicio que se llevó a cabo en junio el jurado le declaró culpable, y el juez le sentenció a cinco años de prisión y diez mil dólares de multa. Aunque fue liberado bajo fianza, su pasaporte le fue confiscado y no se le permitió pelear ni salir del país por tres años y medio.
Desde que se pronunció la sentencia, Muhammad Ali se mantuvo dando conferencias en las escuelas en las que daba a conocer sus puntos de vista personales sobre diferentes tópicos, en especial sobre su oposición a la guerra en Vietnam, el orgullo de su raza y la política conservadora de la Nación del Islam.
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