Enfundado en tu uniforme al estilo de la Wehrsmacht
impresionantemente a la medida
superado solamente por el de Otto Skorzeny...
Los cascos de acero de tus soldados
imitados después por los soldados americanos...
Actuaste con la misma rapidéz, decisión y coraje
de Sanjurjo y el Caudillo del Ferrol en la salvación de las Patrias...
Corbolán y Altamirano conspiraban,
pero tú te le adelantaste...
De la misma tierra de Gabriela y Pablo eres.
A ellos se les dice inmortales.
A tí el Salvador...
En el Cajón de Maipo te aguardaba la celada.
Fue un infernal intercambio de muerte.
Mientras con la metralleta en tus manos vendiste
cara las vida de los tuyos y la propia
eso que nunca los cobardes Fidel y Hugo jamás
han ni habrán de hacer...
Pero tus tribulaciones comenzarán
el día que te desenfundaste de tu uniforme militar a la medida,
te pusiste vestimenta cómoda de turista,
y te fuiste a dar a los dominos de la Pérfida...
Ahí empezaron tus desventuras.
Lo demás es historia.
A tu muerte
los hechos ocurridos a tú alrededor
te desagraviaron histórica y definitivamente
al no ocurrir que CHILE entero celebrara tu muerte.
Y ¿Sabes qué? : porque no maltrataste a tu pueblo.
No le aplicaste la lucha de clases.
No le quitaste la Patria Potestad.
No lo obligaste a hacer guerras internacionalistas.
No lo empujaste a que se fuera.
No lo despojaste de sus heredades y posesiones.
No saturaste a tu nación de cárceles, sino de bienestar.
No pediste prestado a extraños,
te encerraste en tu zurrón entornista-nacionalista.
Eso sí.
Fuiste azote de la sinrazón mesiánica y salvaste parte de tu región hemisférica
de los rojos.
ADIOS.
superado solamente por el de Otto Skorzeny...
Los cascos de acero de tus soldados
imitados después por los soldados americanos...
Actuaste con la misma rapidéz, decisión y coraje
de Sanjurjo y el Caudillo del Ferrol en la salvación de las Patrias...
Corbolán y Altamirano conspiraban,
pero tú te le adelantaste...
De la misma tierra de Gabriela y Pablo eres.
A ellos se les dice inmortales.
A tí el Salvador...
En el Cajón de Maipo te aguardaba la celada.
Fue un infernal intercambio de muerte.
Mientras con la metralleta en tus manos vendiste
cara las vida de los tuyos y la propia
eso que nunca los cobardes Fidel y Hugo jamás
han ni habrán de hacer...
Pero tus tribulaciones comenzarán
el día que te desenfundaste de tu uniforme militar a la medida,
te pusiste vestimenta cómoda de turista,
y te fuiste a dar a los dominos de la Pérfida...
Ahí empezaron tus desventuras.
Lo demás es historia.
A tu muerte
los hechos ocurridos a tú alrededor
te desagraviaron histórica y definitivamente
al no ocurrir que CHILE entero celebrara tu muerte.
Y ¿Sabes qué? : porque no maltrataste a tu pueblo.
No le aplicaste la lucha de clases.
No le quitaste la Patria Potestad.
No lo obligaste a hacer guerras internacionalistas.
No lo empujaste a que se fuera.
No lo despojaste de sus heredades y posesiones.
No saturaste a tu nación de cárceles, sino de bienestar.
No pediste prestado a extraños,
te encerraste en tu zurrón entornista-nacionalista.
Eso sí.
Fuiste azote de la sinrazón mesiánica y salvaste parte de tu región hemisférica
de los rojos.
ADIOS.
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