PART I - EN CUBA NUNCA HUBO UNA REVOLUCION, SINO COMUNISMO.

Fabio Grobart

(Alias también "Abraham Simjovich"

"Antonio Blanco")

Agente de la OGPU soviética

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Julio Antonio Mella

fundador del Partido Comunista de Cuba(1925).

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La Hoz y el Martillo

símbolo comunista creado por los

"espartaquistas" de Rosa de Luxemburgo

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CUBA: Golpe Maestro Comunista 1925-1962

Por Manuel Prieres

PRIMERO DE UNA SERIE.
LA REPUBLICA DE CUBA Y LOS COMUNISTAS ( I )__________

Prólogo:
El marxismo parte de una visión filosófica la cual afirma que no es la conciencia de los hombres lo que determina su existencia; sino, al revés, que su existencia social determina su conciencia. Esto evidencia porqué presenciamos con estupor cómo a través de la historia el comunismo le ofrece a los menesterosos la posibilidad de obtener la "Piedra Filosofal" por medio del soborno social dentro del lenguaje revolucionario.

Nuestra república de Cuba, a sólo veinticuatro años de existencia, estaba imposibilitada de prever la verdadera magnitud de aquel hecho cuando la fundación del Partido Comunista por el hebreo, miembro de los servicios de inteligencia soviéticos OGPU, Fabio Grobart :(alias también Abraham Simjovitch, alias Antonio Blanco) y el hijo extramatrimonial de un dominicano y una cubano-americana Julio Antonio Mella (Sección cubana de la Tercera Internacional, en 1925).

Epoca en Cuba donde nadie estaba apto para avizorar la sombría y pavorosa Escuela Política que se avalanzaba apetente sobre nuestro inmaduro país.

1925-1962.

Desventurado ciclo que engendró aquel golpe maestro comunista llevado a cabo en nuestro país, producido con la ciencia y la precisión de esos conspiradores históricos regados por doquier. ____________

¿Por qué la vieja guardia comunista sobrevivió a la república de Cuba en 1959?

¿Por qué en 1959 comunistas cubanos como los Marinello, Carlos Rafael Rodríguez, Blas Roca, Lázaro Peña, Severo Aguirre, Osvaldo Sánchez, Joaquín Ordoqui, Edith García Buchaca, los hermanos Escalante y otros estaban listos a ofrecer los servicios de su vertebrado aparato marxista al jefe guerrillero bajado de las lomas?
Sencillamente porque desde su fundación, en agosto de 1925 -Sección cubana de la Tercera Internacional- los comunistas cubanos se trazaron una estricta adhesión a la ortodoxia formulada en Moscú, y resolvieron aguardar pacientemente su "cuarto de hora".

Ocurrió que cuando estaba Gerardo Machado en el poder, llegaron a apoyarlo públicamente en un momento de su gobierno. Ocurrió que cuando el "septembrismo" a Fulgencio Batista, su figura central, los rojos criollos le llamaron el "magnífico indio Putumayo", le recibieron multitudinariamente a su llegada de Estados Unidos y le apoyaron. Con el tiempo controlarían la Central Sindical de Cuba, dirigirían medios de información escrita y radial, y hasta sus más connotados "camaradas" alcanzarían -por primera vez en un país Latinoamericano- la dirección de ministerios gubernamentales.

Asimismo, cuando los auténticos llegaron al gobierno, uno de los comunistas más distinguidos en el movimiento laboral, Jesús Menéndez, acompañó al presidente Ramón Grau San Martín a Estados Unidos para negociar el Diferencial Azucarero. Cuando la presidencia de Carlos Prío Socarrás, ante una ofensiva del gobierno contra ellos, supieron replegarse magistralmente. Algo parecido ocurriría también en la segunda vuelta de Batista.

La verdad resultó ésta: en 1959 todos los cuadros relevantes del Partido Comunista cubano, como Ave Fenix, surgieron a la vida revolucionaria intactos, vertebrados y llenos de fuerza y agresividad. Castro, el jefe guerrillero, delegó en ellos hasta 1963, exáctamente hasta la Crisis de Octubre. En aquella oportunidad, la vieja guardia comunista cayó en desgracia como consecuencia del Acuerdo Kennedy-Kruschev y es sabido de todos que a Castro no se le permitió participar en dichas negociaciones. Castro exteriorizó su furia contra la Unión Soviética purgando a los comunistas cubanos en la persona de Anibal Escalante, a la sazón jefe de la única coalición política en Cuba: las ORI (Organizaciones Revolucionarias Integradas).
Es decir que Castro, el 2 de diciembre de 1961, cuando reconoció públicamente que "había sido y sería siempre marxista-leninista", apoyaba sus palabras en la ayuda recibida de los viejos "camaradas" para la toma del poder.

¿De no existir en 1959 un Partido Comunista cubano (el PSP) tan fuerte y vertebrado, habría podido Castro implantar el comunismo en Cuba tan fácilmente como lo hizo?

La respuesta es NO.

Sobre todo, si se tiene en cuenta que en los años iniciales comandantes guerrilleros como Díaz Lanz, Huber Matos, Gutierrez Menoyo, Sorí Marín, William Morgan, Augusto Martinez Sánchez, Faustino Pérez y otros (por disentir y conspirar, unos; y por no avenirse totalmente al rumbo que estaba tomando la revolución, otros) cuestionaron los planes de "comunización" de Fidel, Raúl y el Ché.

A esto añádasele que Castro tenía prisa en "comunizar" a Cuba por su necesidad de navegar en aguas totalitarias. Por tanto, resulta un sofisma, esgrimido por muchos, que "fue Estados Unidos el que empujó a Castro y su revolución hacia la órbita soviético-marxista-leninista". No. La verdad histórica es ésta: el 4 de febrero de 1960 llegaba a Cuba el soviético Anastas Mikoyán para firmar "acuerdos comerciales", y no sería hasta el 8 de abril de 1960 que Eisenhower acusaba a Fidel Castro de haber traicionado los ideales de la revolución.

El 8 de mayo de 1960 se establecieron relaciones diplomáticas con la Unión Soviética; y fue después, el 5 de julio de 1960, que Estados Unidos rechazó la compra del resto de la cuota azucarera. El 6 de agosto de 1960 Cuba nacionalizó 36 centrales azucareros, las refinerías y la compañía de teléfonos norteamericanos, así como el 15 de octubre del propio año Castro nacionalizaba 382 grandes empresas y bancas cubanas; y no sería hasta meses después, el 3 de enero de 1961 que Estados Unidos rompía las relaciones con Cuba.

Queda evidenciado, por tanto, que Fidel Castro fue el que llevó cronológicamente siempre la iniciativa en cuanto al rompimiento de las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba.

Ahora bién: los cubanos nos enfurecemos cuando a través de los años tantos "tontos útiles y compañeros de viajes" han coqueteado con Fidel Castro; pero, ¿qué hicimos los cubanos en el pasado republicano si no coquetear también con los comunistas de la Tercera Internacional?

A modo de excusa, si se quiere, ¿pero es que se podía pensar que aquellos estrafalarios individuos que se reunían en locales semiderruidos y rendían devoción y pleitesía al retrato de un sombrío ruso, calvo y barbudo a quien llamaban Lenin, fuesen capaces de tamaña monstruosidad de "comunizar" un país?

Ahí estuvo la gran equivocación: subestimarlos; pretender mofarnos y servirnos de ellos, abrirles las puertas. Fueron ellos los que a la postre nos usaron, nos cerraron y encerraron, nos crucIfIcaron. Aprendamos la lección.

Continuaremos.