Foto de Archivo IMAGE
!ÑO!
Por
Manuel Prieres
Guillermo
Alvarez Guedes, el popular humorista cubano, estrena el año 1993 con
una especie de ejercicio subliminal al lanzar “su Candidatura
Política para alcanzar un escaño del Poder Popular en la Cuba
castrocomunista”
Su
aspiración ha sido anunciada (Believe it or not) casi a cien millas
de distancia exáctamente desde la Calle de Coral Way (Miami) dentro
del formato del espectacular programa radial “Frente a Frente”
conducido por la comentarista Margarita Ruiz de la WQBA “La
Cubanísima”.
Esta
metáfora “alvarezguediana” responde a una nueva y original
iniciativa que en cierta medida coincide con otras de gran impacto
que han salido a la luz pública recientemente; me refiero al vuelo
“por amor” del mayor Orestes Lorenzo; la dramática caída en los
Everglades de la avioneta de “Los Hermanos al Rescate” piloteada
por el joven argentino Jorge Lares; la espectacular escapada de Cuba
por avión y hablando inglés del piloto Cancio junto a casi
cincuenta cubanos más, para finalmente cerrar (por ahora) con la
campaña radial de Guedes hacia la isla.
Estos
hechos nos dicen que estamos ante una nueva dimensión frente al
castrocomunismo histórico. Ahora pareciera que la consigna es
ridiculizar al vetusto Comandante. Algo así como si estos recientes
espisodios que han cautivado a la opinión pública por
su
nuevo estilo y personal proyección, indicaran que -desde San Antonio
a Maisí- se está ensalmuerando una gigantesca y descomunal
trompetilla que se lanzará en alguna oportunidad sobre la sin razón
!Ppppprrrrrrrr!
Pero
volviendo a la fantasía de Alvarez Guedes de “guapear” un
asiento en el Poder Popular de Cuba, reconozcamos está muy bien
montada(al extremo que creo provocará envidia y resentimiento en los
candatos políticos del patio). Su plataforma es más o menos así:
“Donde La Habana dice odio, ella habla de amor”. “Donde guerra:
paz”. “Donde desasosiego y escasez, ésta dice armonía y
bienestar”. Por supuesto que todo bajo un acompañamiento musical
!De primera! Letra, Coros, Trompeta. Lo dicho: un trabajo profesional
gracias al arte de Guillermo, Amado Rafael y otros.
¿Quién
puede negar que en Cuba durante las últimas décadas las
monstruosidades más terribles se han anunciado dentro del más
orquestado marco solemne-patriótico-revolucionario? En la famosa
Plaza de la Revolución, por ejemplo, Fidel Castro ha propinado las
patadas de mulo más dolorosas y humillantes al pueblo entre himnos
sonoros, discursos jacobinos, enormes retratos de Padres de las
Patrias, de revolucionarios, de cosmonautas. Bloques y bloques
-compactos y marciales- pertenecientes a una soldadesca golpeando
armonicamente sus botas contra el piso, exhibiendo miradas
inexpresivas, y avanzando por la Calzada de Zapata, para cerrar con
“broche de oro” millares y millares de gargantas rugiendo
consignas dirigidas una y otra vez al sostenimiento de ese edificio
“sagrado” que es el Culto a la Personalidad.
Afortunadamente
las nuevas generaciones de cubanos rechazan esa especie de nativo
Altar de Sacrificios en que desde siempre resulta La Plaza de La
Revolución.
“!PATRIA
O MUERTE!
!VENCEREMOS!
#$%&@@@@@@@
ALVAREZ
GUEDES, PRESIDENTE
!YA
SALIO!
!Ññññññoooooooo!
Nota: este artículo me lo publicó el Diario Las Américas el 23 de enero de 1993-en Miami-USA.