DESDE EL BRASIL:
Rosalba Rodríguez Álvarez
Rosalba Rodríguez Álvarez Cuando los Papas hablan – cualquiera de ellos – su mensaje posee dos niveles. El primero, dirigiéndose a su rebaño, los católicos. La doctrina católica es una e inmutable. Mudarla es mudar la esencia de lo que el catolicismo. No se mudan, por ejemplo los dogmas de fe – que no se discuten, no son producto de discusiones, no son producto de la razón. Así, por ejemplo, tenemos el dogma de la Santísima Trinidad, el de la presencia de Cristo en la hostia consagrada y demás. Mucha gente no entiende que ser católico es aceptar estos dogmas y la infalibilidad del Papa. Si no se acepta esto no se puede pertenecer al cuerpo de la Iglesia Católica, hay que buscar otro camino. La principal dimensión de la iglesia es la dimensión espiritual, ella trabaja por la salvación, mediante el sacrificio de Jesucristo, para salvar almas.
El segundo nivel es el que proviene de un grupo – los católicos – fuerte, organizado y poderoso. En este caso el mensaje es mundano, se refiere a los problemas que hoy nos afectan. En este nivel la iglesia Católica actúa como corriente de opinión que puede ser cuestionada por los católicos y no católicos. No olvidemos que en el mundo actual existen otras religiones, existe el agnosticismo y existe el ateísmo. La Iglesia católica establece dialogo y discusión con los millones de personas qu no tienen su fe. ES UNA OPINIÓN MÁS, que se oye o no, que se respeta o no, que se acata o no.
Cuando diferentes personajes, dentro de la jerarquía católica, como por ejemplo Leonardo Boff, crean cualquier tipo de teoría o documento, es bueno entender que estos textos no forman parte del cuerpo doctrinario de la Iglesia, a no ser que sean avalados por la infalibilidad del Santo Padre.
La Iglesia Católica vive hoy un gran dilema: ora intenta modernizarse para no perder fieles – y en este caso deja ser lo que es, pierde su esencia primera – ora se mantiene firme en sus principios y dogmas, permanece como Iglesia de Cristo, y pierde adeptos.
Es temprano todavía para juzgar al nuevo Papa. Pero decir que una persona que no crea en Jesús puede ir al cielo, está en franca contradicción con la doctrina católica. No cabe al Papa cuestionar la doctrina y sí defenderla. Su papel es más que temporal o mundano, es espiritual. El Papa es el representante de Cristo en el mundo y su primer y fundamental papel es conducir al rebaño – iglesia – a la salvación espiritual. Aviso a los navegantes, soy agnóstica.
Rosalba Rodríguez Álvarez
Rosalba Rodríguez Álvarez Cuando los Papas hablan – cualquiera de ellos – su mensaje posee dos niveles. El primero, dirigiéndose a su rebaño, los católicos. La doctrina católica es una e inmutable. Mudarla es mudar la esencia de lo que el catolicismo. No se mudan, por ejemplo los dogmas de fe – que no se discuten, no son producto de discusiones, no son producto de la razón. Así, por ejemplo, tenemos el dogma de la Santísima Trinidad, el de la presencia de Cristo en la hostia consagrada y demás. Mucha gente no entiende que ser católico es aceptar estos dogmas y la infalibilidad del Papa. Si no se acepta esto no se puede pertenecer al cuerpo de la Iglesia Católica, hay que buscar otro camino. La principal dimensión de la iglesia es la dimensión espiritual, ella trabaja por la salvación, mediante el sacrificio de Jesucristo, para salvar almas.
El segundo nivel es el que proviene de un grupo – los católicos – fuerte, organizado y poderoso. En este caso el mensaje es mundano, se refiere a los problemas que hoy nos afectan. En este nivel la iglesia Católica actúa como corriente de opinión que puede ser cuestionada por los católicos y no católicos. No olvidemos que en el mundo actual existen otras religiones, existe el agnosticismo y existe el ateísmo. La Iglesia católica establece dialogo y discusión con los millones de personas qu no tienen su fe. ES UNA OPINIÓN MÁS, que se oye o no, que se respeta o no, que se acata o no.
Cuando diferentes personajes, dentro de la jerarquía católica, como por ejemplo Leonardo Boff, crean cualquier tipo de teoría o documento, es bueno entender que estos textos no forman parte del cuerpo doctrinario de la Iglesia, a no ser que sean avalados por la infalibilidad del Santo Padre.
La Iglesia Católica vive hoy un gran dilema: ora intenta modernizarse para no perder fieles – y en este caso deja ser lo que es, pierde su esencia primera – ora se mantiene firme en sus principios y dogmas, permanece como Iglesia de Cristo, y pierde adeptos.
Es temprano todavía para juzgar al nuevo Papa. Pero decir que una persona que no crea en Jesús puede ir al cielo, está en franca contradicción con la doctrina católica. No cabe al Papa cuestionar la doctrina y sí defenderla. Su papel es más que temporal o mundano, es espiritual. El Papa es el representante de Cristo en el mundo y su primer y fundamental papel es conducir al rebaño – iglesia – a la salvación espiritual. Aviso a los navegantes, soy agnóstica.
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