“Vigilia Mambisa”, la organización capitaneada por Miguel Saavedra, no es lo único que vale en Miami, pero sí es lo que más brilla. El fulgor no solo se debe a la energía puesta en lo que hacen (bien, regular o mal, pero lo hacen), sino también a que es lo que encuentra sentido en la imagen que el mundo tiene, cultiva y me atrevo a asegurar que hasta necesita de Miami. La globalización no se hizo para que Miami mostrara sus investigaciones marinas, su música de concierto ni su electorado Demócrata.
Todo esto puede ser verdad (es verdad), pero no funciona. Uno no renta una película sobre Miami ni saca un boleto de avión en spring break para venir a esta ciudad a pensar sino a bailar, sexuar o extrovertirse. Es lo que se le pide a Miami, lo que se le exige.
Los mandarriazos que “Vigilia Mambisa” le sonó a una decena de CDs (vacíos) frente al restaurante Versailles han dado la vuelta al mundo (es una frase). Y nadie más. De paso, han movilizado a todas las fuerzas visibles de la comunidad que, tan poco creativas como ellos, se aprestan a repetir la agenda. Ni más ni menos.
Un conocido Gómez ha amenazado con amarrar vocinas, otro García ha llamado a varios empresarios de la ciudad para que le ayuden a enviar un contenedor de comida en apoyo al concierto, las cartas colectivas empiezan a circular por internet… Es lo que hay. Lo que habrá. Si es verdad eso de que lo que vale es el raiting, pues entonces Miguel, que lo disfrute.
Creo que algunos lo envidian: Juanes comenzará su concierto el 20 de septiembre a las 12 del día, y usted ya comenzó el suyo. (FOTO: Miguel Saavedra, al centro: lincolnmarti.com)
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