Tuesday, March 22, 2011
PAQUITO Y WILLY EN CANDELA A PROPOSITO DE DECLARACIONES DEL AMIGO DE ETARRAS SABINA.
Tuesday, March 22, 2011
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ASI DECLARA SABINA EN UNA ENTREVISTA DE SARAH MORENO PARA EL NUEVO HERALD:
"El drama del exilio lo entiendo perfectamente. En España hay muchos exiliados y semiexiliados cubanos, algunos son músicos y he tocado con ellos. Soy amigo de Paquito D'Rivera y conozco a Bebo Valdés'', dijo Sabina, indicando que ‘‘Cuba es un país maravilloso con mucha gente que no debería estar en el exilio''.
ASI DECLARA PAQUITO D'RIVERA EN UNA ENTREVISTA DE SARAH MORENO PARA EL NUEVO HERALD:
Por su parte, Paquito D'Rivera celebró que una persona de la calidad artística de Sabina lo honre con su amistad, y además se sume a señalar la gravedad de la situación cubana. ‘‘Es triste que algunos artistas se den cuenta tan tarde. Pero es más triste que no se hubieran dado cuenta nunca, y todo el que venga de este lado, incluido Raúl Castro, es bienvenido'', apuntó D'Rivera, indicando que ‘‘la revolución cubana es un fracaso desde el principio''.
EL ROJO SABINA y CUMBILA DE ETARRAS VIENE AL AMERICAN AIR LINE CON VASELINA EN VEZ DE POLVO...RONES.
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Sabina:'Cuba es un fracaso histórico'
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Por SARAH MORENO
smoreno@elnuevoherald.com
Preparándose para iniciar en mayo su primera gira por Estados Unidos luego de tres décadas de carrera musical, el cantautor español Joaquín Sabina, conocido tanto por la fuerza de sus composiciones como por sus ideas izquierdistas, calificó la situación que vive Cuba como un "tremendo fracaso histórico''.
"Yo amo mucho la isla, menos que los exiliados cubanos que la aman más que yo, pero la amo mucho y vivo todas las contradicciones que vive esa isla, que últimamente está siendo algo muy parecido a un tremendo fracaso histórico'', dijo Sabina en entrevista telefónica con El Nuevo Herald a propósito de su presentación en el American Airlines Arena de Miami el 27 de mayo, como parte de su gira Penúltimo tren, que lo llevará a Nueva York el 25, y a Los Angeles el 29 del mismo mes.
Autor de más de 500 canciones y de 10 libros, Sabina, de 62 años, está consciente de que en Miami encontrará tanto seguidores como detractores. "Vamos con mucha adrenalina y entusiasmo, con ganas de dar un concierto que sea una panorámica de nuestro trabajo y sabiendo que va a haber un grupo de cubanos con pancartas en la puerta'', dijo el cantautor, que no renuncia a su talante ‘‘bocón''.
"Esto me ha traído problemas en el pasado y me los va a traer con lo que te estoy diciendo ahora'', comentó Sabina, mencionando que en las ocho o diez visitas que ha hecho a Cuba estaba consciente de que era tratado como "un turista privilegiado y no como un cubano que sufriera y soportara la dictadura cubana''.
"Ahora hace mucho que no voy a Cuba porque me sentiría muy triste. Leo los periódicos, hablo con gente y sé lo que está pasando y sé que el país está en bancarrota'', añadió el cantautor, que en su canción "Postal de La Habana'' describe la vista desde la habitación de su hotel frente al malecón habanero como "un mundo al revés, en el que en cada bicicleta caben tres'', y donde en vez de respuestas, encuentra "un ciclón de preguntas''.
"En esta canción no se ve una visión plácida de la realidad cubana porque nunca lo he visto así'', señaló Sabina, que se reunió en dos ocasiones a solas con Fidel Castro, y aunque no cuenta lo que hablaron, dice que en su caso, "yo hablé de todo''.
Por otra parte, el cantautor acepta haber sido uno de los artistas más tardíos en reconocer públicamente la situación que vive Cuba, que fue denunciada el año pasado por un grupo de intelectuales y creadores españoles, entre los que están la escritora Rosa Montero, el director de cine Pedro Almódovar y los cantautores Ana Belén y Víctor Manuel.
"La gente de izquierda en España y en Europa nunca compartimos nada de lo que pasaba detrás del muro de Berlín, porque los considerábamos un horror. La revolución de nuestra juventud fue la cubana, y hemos vivido eso como una emoción y también como una tragedia desgarradora durante muchos años'', precisó el cantautor, que en los años 70 se exilió en Londres por su militancia izquierdista, perseguida durante el Franquismo.
BIOGRAFIA DEL "ÑANGARA" IBERICO JOAQUIN SABINA. VIENE A MIAMI TERRITORIO DE SUS ENEMIGOS EXILIADOS CUBANOS.
Primeros años
Joaquín Sabina nace el 12 de febrero de 1949 en la localidad de Úbeda (Jaén), segundo hijo de Adela Sabina del Campo, ama de casa y de Jerónimo Martínez Gallego, inspector de policía.[2] Cursa sus estudios primarios con las monjas Carmelitas y con catorce años comienza a escribir poemas y a componer música en una banda formada con sus amigos llamada Merry Youngs,[3] que se dedicaban sobre todo a versionar a cantantes de rock como Elvis Presley, Chuck Berry o Little Richard.
Por esa época, tiene a su primera novia, Chispa, que le sirve como inspiración para crear algunos poemas de amor. Esta relación es un poco accidentada ya que el padre de Chispa, un notario de Úbeda, se opone desde un principio a esta relación y se la lleva consigo algunos años después, siendo Joaquín universitario, a Granollers con el fin de apartarla definitivamente de él. Pero Joaquín emprende, en compañía de un amigo, un viaje en su busca, instalándose en una tienda de campaña junto a la casa familiar de Chispa. Los dos jóvenes se escapan juntos recalando finalmente en el Valle de Arán (Lérida), donde viven juntos unos días.[3]
Posteriormente cursa el bachillerato en los Salesianos. En esa época sigue escribiendo versos y lee a Fray Luis de León, Jorge Manrique y José Hierro pero también a Marcel Proust, James Joyce y Herbert Marcuse. El día en que aprobó cuarto y reválida su padre quiso recompensar a Joaquín con un reloj de pulsera, a lo que él se negó manifestando que prefería una guitarra, siendo satisfecha dicha petición. En cambio, su hermano mayor sí que aceptó el reloj y, según Joaquín, ese pequeño detalle sería el que los empezaría a distanciar: su hermano se acabaría convirtiendo, como el padre de ambos, en policía y él en cantante.[3]
[editar] Exilio en Londres
En 1968 se traslada a Granada para matricularse en la Facultad de Filosofía y Letras e iniciar los estudios de Filología Románica en la universidad, donde descubre la poesía de César Vallejo y Pablo Neruda. Joaquín vive por primera vez con una mujer, llamada Lesley, y prepara su tesis de español en Granada.[4]
Su ideología izquierdista le lleva a relacionarse con movimientos contrarios al régimen franquista. Este mismo año, cuando se proclamó el estado de excepción, su padre, que era comisario en Úbeda, recibe la orden de detenerle por pertenecer al Partido Comunista.[5] En 1970 comienza a colaborar con la revista Poesía 70, compartiendo páginas con Luis Eduardo Aute o Carlos Cano. En ese mismo año lanza un cóctel molotov contra una sucursal del Banco de Bilbao en Granada en protesta por el Proceso de Burgos, por lo que se ve obligado a exiliarse. Al carecer de pasaporte, no puede salir inmediatamente del país, pero conoce a un hombre, Mariano Zugasti, que, tras unas horas de conversación, le cede el suyo.[2] Con nombre falso y acompañado de Lesley, Joaquín pone rumbo a París, donde pasa unos meses, y posteriormente a Londres, donde vive como squatter (okupa) durante su primer año de estancia en la ciudad.
Joaquín necesita sensibilizar a la opinión pública a su favor, ya que de otro modo sería repatriado a España, y gracias a Lesley consigue que le hagan una entrevista y presente su caso. El Daily Mirror publica que a su vuelta a España le espera la pena de muerte, hecho totalmente falso, pero consigue que las autoridades británicas le concedan el asilo político por un año. Se marcha a Edimburgo con Lesley a vivir. Permanecen allí cuatro meses, tras los cuales Joaquín se marcha a Londres abandonando a Lesley.[4]
Durante esta época su casa en Londres sirvió de refugio para miembros de la banda terrorista ETA. Años más tarde afirma que «la izquierda de este país, a la que orgullosamente he pertenecido y creo pertenecer, debiera pedir perdón por su complacencia con ETA durante muchos años. Yo tuve en mi casa de Londres a etarras y era una gente encantadora que pegaban tiros en la nuca, algo que nos parecía una cosa muy graciosa en ese momento. Y hacíamos mal. Porque de aquellos polvos vinieron estos lodos. Así que creo que la gente como yo está muy obligada a estar muy en contra y a decirlo muy alto por cobardes que sean. Y yo lo soy como el que más».[6]
Colabora en Londres con el Club Antonio Machado, uno de los centros frecuentados por emigrantes y exiliados. En la capital inglesa escribe sus primeras canciones y organiza un cineclub donde se exhiben películas de Luis Buñuel, prohibido entonces en la España franquista. Reconstruye el grupo de teatro Juan Panadero y monta polémicas obras teatrales como La excepción de la regla, de Bertolt Brecht, y El cepillo de dientes, de Jorge Díaz. Se gana la vida cantando en el metro, restaurantes y cafés. En 1974, según una de las anécdotas más divulgadas sobre su vida, actuó ante George Harrison, quien celebraba su cumpleaños en un bar local llamado Mexicano-Taverna. El ex-beatle le dio una propina de cinco libras.[5] En algunas entrevistas, Sabina ha relatado que conserva el billete que recibió como un tesoro, pero en otras ocasiones ha desmentido su propia leyenda («En realidad, me los bebí aquella misma noche»). Durante ese tiempo mantiene una relación con una chica llamada Sonia.
En 1976 publica el libreto de canciones Memorias del exilio y comienza a organizar conciertos para la colonia de exiliados españoles en Inglaterra, donde actúan Paco Ibáñez, Lluís Llach, Francesc Pi de la Serra o Elisa Serna. Estos versos constituirían el grueso principal dos años más tarde de su primer disco, Inventario. El libro fue editado por la Editorial Nueva Voz, con una tirada de 1.000 ejemplares que el propio Joaquín se encargó de distribuir por el área de Portobello Road, vendiendo hasta el último de ellos gracias a su don de gentes y a las muchas amistades trabadas en el más de medio lustro transcurrido en la capital británica.[3] Más tarde compone la banda sonora de la serie The Last Crusade, de la BBC.
[editar] Regreso a España
En el año 1977, tras la muerte de Franco, consigue volver a España gracias a un pasaporte legal facilitado por Fernando Morán, cónsul español en Londres. En ese mismo año se casa con Lucía Inés Correa Martínez, una argentina que había conocido en Londres durante su exilio. La ceremonia de enlace, eclesiástica, tuvo lugar el 18 de febrero de 1977.[3] En realidad el enlace se celebra con el único propósito de conseguir el «pase de pernocta» (permiso que se da a los soldados para que puedan ir a dormir a sus casas) en el cuartel durante el servicio militar que se había visto obligado a cumplir en Mallorca tras regresar a España. Esto le permite trabajar en el diario local Última hora.
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1 comentario:
Sabina es un ídolo. Creo que expresa las cosas en la canciones como no lo hace otra persona. Además, es una alegría que pueda difundir su música por todo el mundo, no sólo en los lugares hispanohablantes. El año pasado me hospedé en unos hoteles en Río de Janeiro que tenían un show de tributo a Sabina, de esos que nunca faltan en mi país. Creo que debe ser el tributo más común, pero en fin, me sorprendió muchísimo que pasara en Brasil. Pero por lo visto Joaquín pega en todos lados.
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