RAUL CASTRO PIDE DISCULPAS A OBAMA
“POR NEGRO”.
@Manuel Prieres
SERIE: “LOS PECADOS ORIGINALES DE UNA
REVOLUCION ROJA”.
En el discurso de Raúl Castro en la
Cumbre de Panama (de tú a tú, cara a cara, con Barack Hussein Obama) le pidió
disculpas:
Realmente pido disculpas, incluso, al Presidente Obama y a otros
presentes en esta actividad por expresarme así. Yo a él mismo le dije que a mí
la pasión se me sale por los poros cuando de la Revolución se trata. Le pido
disculpas porque el presidente Obama no tiene ninguna responsabilidad con nada
de esto. ¿Cuántos presidentes hemos tenido? Diez antes que él, todos tienen
deuda con nosotros, menos el Presidente Obama.
Después de decir tantas cosas duras de un sistema, es justo que le
pida disculpas, porque yo soy de los que pienso —y así se lo he manifestado a
unos cuantos jefes de Estado y de Gobierno que veo aquí, en reuniones privadas
que he tenido con ellos en mi país al recibirlos— que, según mi opinión, el
Presidente Obama es un hombre honesto. Me he leído algo de su biografía en los
dos libros que han aparecido, no completos, eso lo haré con más calma. Admiro
su origen humilde, y pienso que su forma de ser obedece a ese origen humilde
(Aplausos prolongados).
Estas palabras las medité mucho para decirlas, incluso las tuve
escritas y las quité; las volví a poner y las volví a quitar, y, al final, las
dije, y estoy satisfecho.
Repetimos: Raúl Castro le pidió perdón a Obama por “ser
negro” no necesariamente por ser el presidente
de los Estados Unidos.
Para fortalecer esta
tesis remontémonos a los orígenes de una
familia radicada en el Birán oriental de la isla de Cuba, he aquí la historia:
Años después llegó a Birán una nueva sirvienta con una hija
analfabeta de 14 años, Lina Ruz. Pronto Don Angel estableció una relación
extramarital con ella y tuvieron una primera hija, Angela, que fué llevada al
bohío de la madre de Lina. Nació un segundo hijo, Ramón, y ya los rumores de la
infidelidad de su marido llegaron a los oídos de María Luisa Argota, que
abandonó la casa de Birán y se mudó a Santiago de Cuba con sus hijos.
Lina Ruz se instaló entonces como la nueva señora de la casa, y dió
a luz, el 13 de Agosto de 1926, a un tercer hijo, al que don Angel puso el
nombre de su amigo y socio en los negocios: Fidel. Como María Luisa Argota ya
le había planteado el divorcio y reclamado la mitad de sus tierras, don Angel
simuló estar arruinado y traspasó las propiedades a su socio Fidel Pino Santos.
Para acallar rumores y
ocultar la existencia de los hijos ilegítimos, decidió enviar a los niños a
vivir con sus amigos, el cónsul haitiano en Santiago, Hippólite Hibbert, y su
esposa Emercianne. Fidel tenía entonces 4 años. A esa temprana edad, que tuvo
que adaptarse a tener dos familias, dos parejas de padres, dos hogares, a
lidiar con su condición ilegítima, creando hondos conflictos psicológicos. Dos años después,
cuando fué enviado como interno al Colegio de La Salle, sus condiscípulos lo
humillaron repetidamente por su origen bastardo, por tener como madre a una
criada analfabeta, y por no estar bautizado, llamándolo "judío". El
niño se juró que algún día se vengaría de todas estas humillaciones. Cuando
tenía 8 años, al fin fué bautizado, teniendo a la pareja haitiana de padrinos,
y apareciendo en el acta oficial de bautismo como Fidel Hipólito Ruz, sin
mención de Angel Castro como su padre. No fué sino hasta 1940 que don Angel y
Lina al fin legalizaron su unión. Tres años después, el 11 de Diciembre de
1943, al fin Fidel fué reconocido como hijo legítimo de don Angel Castro,
cuando ya tenia 17 años. Fidel Hipólito Ruz al fin podía llamarse Fidel
Alejandro Castro Ruz. Pero las humillaciones sufridas durante los primeros años
de su vida dejarían una huella imborrable, ansiosa de venganza, en su
atormentada mente.
Después de su tardío reconocimiento como hijo legítimo, el
adolescente Fidel Castro al fin pudo incorporarse de lleno a su familia. Se
trasladó de Birán a La Habana, matriculándose en el jesuita Colegio de Belén,
uno de los más prestigiosos de la capital. Allí comenzó a destacarse
académicamente, pero al mismo tiempo, a mostrar su insaciable ambición de
poder. En Belén, uno de sus condiscípulos fué un ex-vecino de Banes, Rafael
Díaz-Balart, con cuya hermana eventualmente contrajo matrimonio.
Estos
fragmentos corresponden al artículo titulado “El Perfil Psicológico de Fidel
Castro: Sus Orígenes”, de la pluma de Maritza Beato.
Definitivamente Fidel Castro se ha sentido siempre: “Hipólito”.
Repitimos hasta la saciedad: Los Castros tienen una debilidad por los
negros.
¿El origen de esta
enfermiza preferencia? BIRAN-SANTIAGO DE CUBA y un Consul Haitiano.
Weschester, Miami,
USA
5-4-15
@Manuel Prieres
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