miércoles, 5 de diciembre de 2012

A PROPOSITO DEL SINDROME DE ESTOCOLMO QUE PADECEN LOS CUBANOS CHULEADOS POR PUNTO CERO, ESTE FORMIDABLE TRABAJO TITULADO "EL SINDROME LEMMING"


EL “SINDROME LEMMING”

Por Arturo Bonet Canizares

El lemming es un roedor cuyo habitat es cercano al círculo ártico. A pesar de vivir y procrear en dicho habitat, el lemming no hiberna sino que se mantiene activo durante el invierno y migra en masa en busca de su alimento (son  hervíboros) en zonas menos heladas.

Por muchos años, grandes confusiones se desarrollaron en torno al comportamiento de estos pequeños y peludos animales. Se suponía que debido a alguna mística razón, cometian suicidio en masa lanzandose a las caudalosas corrientes de ríos y pereciendo en grandes grupos. Recientemente sin embargo se ha descubierto que ello no es cierto y es solo el resultado de un biológico impulso migratorio que emprenden en colectivo y que como son capaces de nadar un tanto en aguas calmas, atentan cruzar violentas y frigidas corrientes, lo cual culmina en la muerte de grandes agrupaciones de lemmings.  Asi que parece suicidio, pero es solamente el resultado de un comportamiento tonto y peligroso que lleva a fatales consecuencias.

Se categoriza entonces como “Sindrome Lemming” a los comportamientos tontos y peligrosos capaces de conducir a un final fatal, que se asemeja al suicidio.

Hoy, desafortudamente existen innumerables ejemplos humanos de la manifestación de este peligroso Síndrome.

Jack Hallam es un zoólogo canadiense de 84 años, homosexual y ateo, que acaba de dejarle $700 de herencia al confeso criminal de guerra Omar Khadr. En Canadá el caso Khadr es actualmente muy sensitivo y debatido pues es un jihadista, hijo y hermano de jihadistas, ciudadano canadiense, que con 15 años lanzó una granada matando a un médico militar norteamericano en Afghanistan, fue capturado, juzgado y retenido en Guantánamo hasta este año en que fue deportado a Canadá para terminar su condena, gracias a uno de esos arreglos con las fiscalias que a veces parecen increíbles solo por los reos declararse culpables. Khadr es una especie de rock star, una celebridad de la izquierda liberal y del MSM, que compasivamente inunda páginas llamandolo “niño soldado”, “víctima de guerra”, mintiendo abiertamente sobre su entrenamiento terrorista y su experiencia como fabricante de explosivos, sin mencionar que nunca se ha arrepentido, y hoy con 26 años de edad ratifica su jihadismo, su odio por Occidente, su racismo exacerbado contra sus guardianes negros especialmente mujeres, su adhesión al papel de Al Qaeda y su fundamentalismo islámico. Esta izquierda hipócrita y cursilona no gasta una letra para hablar de la esposa e hijos de la verdadera víctima, Christopher Speers.  Y el viejo amigo Jack le deja una herencia a un tipo que quiere ahorcarlo doblemente, por homosexual y por ateo, dos ofensas capitales bajo la ley islámica. Un típico caso del Sindrome Lemming porque solo en nuestra sociedad occidental Jack es capaz de alcanzar esa edad con plenos derechos, algo que Khadr intenta destruir con la fuerza de las armas y volando en pedazos a todo el que se oponga a su cavernario ideario. Pero ni Jack, ni siquiera Khadr, son significativos como individuos. Es la masividad del Síndrome lo preocupante.

Por ejemplo “Homosexuales Contra el Apartheid Israelí” condenan y marchan contra el único estado de esa región y todo el Oriente Medio que tolera y protege a los homosexuales. Los judíos en USA todavía hoy apoyan a un Presidente que ataca a Israel con el disfraz demagógico del anticolonialismo, los negros en USA apoyan hoy al Partido Demócrata, una élite que se opuso tenazmente al fin de la esclavitud y les ofrece hoy el Welfare como futuro. Izquierdistas y feministas marchan en favor del ayatolado de Iran y de la Hermandad Musulmana, cuyos principios son destruir esas ideologias y pensamientos.

Lemmings todos.

Y en el caso cubano pues nada mas que 53 años de continuado Síndrome tanto dentro como fuera del país. Lemmings por un lado que se han tragado las falacias de un demagogo iluminado, de un trasnochado populista e inepto gobernante con insaciable apetito de poder. Se lanzan aún hoy tras la corriente de un discurso que no por agotado es menos promisorio del luminoso futuro que nunca llega, de la utopía inacabable, sencillamente imposibles y opuestos a la naturaleza totalitaria. Lemmings por otro lado, que al llamado de la disfrazada biología migratoria que ofrece briznas de hierba atadas a un garrote, se lanzan a la corriente del fracaso perpetuo, del contubernio con el fiasco continuista y obviamente se ahogan en él, masivamente y sin remedio. Por tontos. Y por supuesto que la idiotez y la falta de evaluación del peligro debe parecerle a cualquier analista racional un suicidio en masa, cuando en realidad es solamente idiotez agrupada.

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