REMEMBRANZAS
EN TIEMPO DE CUARESMA Y SEMANA SANTA
¿QUIEN
REALMENTE FUE EL PADRE PASTOR GONZALEZ?
Marzo
10 2014
Part
I
Por
Manuel Prieres
--”¡Vaya!
Nos quitan al padre Meurice, y nos mandan en su lugar a este cura
chiquitico...”
Era
Dagoberto Rodríguez.
Días
aciagos aquellos en que la Revolución Cubana se tornaba marxista
“porque había que dar un escarmiento a nivel nacional a los curas
falangistas”...
Un
mediodía del 17 de septiembre de 1961, fueron embarcados cientos de
sarcerdotes, monjas y demás religiosos en el vapor Covadonga;
expulsados violentamente de Cuba por el regimen revolucionario que ya
desde abril de 1961
de
ese mismo año, a raíz de la invasión de Girón, se había
proclamado SOCIALISTA
en
labios del propio Fidel Castro en una multitudinaria concentración
pública.
Como
consecuencia la ciudad de Guantánamo se había quedado sin
religiosos católicos. Los Paules, los Hermanos de La Salle, las
monjas del Colegio Teresiano, habían sido expulsados al mismo tiempo
que sus escuelas y propiedades intervenidas por el gobierno
SOCIALISTA. Solamente sobrevivía la Iglesia de Santa Catalina de
Ricis gracias a la Valiente acción de Pepito Menen, un católico
ferviente y práctico que frecuentaba con asiduidad la Casa
Parroquial regenteada por sacerdotes Paules y que ahora habían sido
expulsados por los comunistas, quien tuvo a bien quedarse con las
llaves que abrían la iglesia en el Parque Martí y por nada del
mundo se las entregó a los comunistas. Asimismo, con el paso de los
días, Pepito Menen comenzó abrir la iglesia para rezar únicamente
el rosario acompañado por una docena de mujeres muy mayores en edad.
El resto de la comunidad católica se habría de retirar de los
oficios religiosos, en primera porque no habían curas, y en segundo
lugar porque el terror comunista frente a todo lo que oliese
religioso era perenne. Incluso
varios líderes seglares habían caído presos.
Junto
a Pepito Menen, una valiente católica (Bebé) enfrentó tambien
estoicamente la prueba de asistir a la iglesia.
Todo
esto al tiempo que frente a la iglesia y al Curato se daba cita una
turba de milicianos profiriendo insultos y diatribas: “¡Fuera los
curas falangistas!” ¡Abajo los buitres con sotana!” “¡A poner
a trabajar a los “niños góticos...falderos de los curas!”.
Así,
día tras día, en lo que sería recordado como el mes de
“Septiembre de la Herejía”.
En
aquellas circunstancias, y como la comunidad Católica de Guantánamo
se había quedado sin sacerdotes, el arzobispo de Santiago de Cuba,
Pérez Serantes, decidió enviar una vez por semana, específicamente
los fines de Semanas, un sacerdote para que realizase los oficios y
atendiese a la feligresía. Resultó ser un sacerdote de pequeña
estatura, mulato, con mirada noble pero llena de firmeza. Tenía
hablar pausado y culto. Era el padre PASTOR.
Así
las cosas el padre Pastor iba los domingos, desde Santiago de Cuba, a
Guantánamo para realizar él solo, en días que se les hacían
interminables, la agotadora tarea de confesar, bautizar, bodas,
oficiar la misa... y todo lo demás que le cayese.
En
uno de aquellos domingos maratónicos, DAGOBERTO, junto a varios
jóvenes
más
de Guantánamo, a pesar de lo que representaba de peligroso para un
joven
aventurarse
a entrar a una iglesia, decidió participar en la misa que hasta
entonces
solamente
era asistida por Pastor, Pepito Menen y algunas viejas del pueblo. Y
en una oportunidad que DAGOBERTO hacía cola para confesarse con
Pastor, y éste
anunciar
que no podría continuar confesando porque tenía una boda pendiente,
y que la iba a realizar a ocultas detrás de la sacristía, aún así
el muchacho aguardó estoícamente a que Pastor finalizase con la
ceremonia semi-clandestina y de nuevo volvía a la carga:”Padre,
quiero confesarme”.
Esta
vez Pastor accedió; pero hubo más, y fue al descubrir en aquel
joven tanta disposición a CONTINUAR viviendo y actuando como
cristiano a pesar de las adversas circunstancias a su alrededor, no
titubeó en decirle:
--”Me
gusta tu cabeza dura”. En estos tiempos el escenario es para
tozudos y “cabezas duras” como tú. Te necesito. ¿Cómo te
llamas? ¿Estarías dispuesto a ayudarme a organizar la Comunidad
Católica en esta Parroquia?
La
repuesta no se haría esperar:
--Sí
padre, a sus órdenes.
CONTINUARA...
(Fragmento
de la Novela “Senderos de Rocío y Sal” autor Manuel Prieres en
las paginas 421-423)
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