REMEMBRANZAS
EN TIEMPO DE CUARESMA Y DE SEMANA SANTA 2014
¿QUIEN
REALMENTE FUE EL PADRE PASTOR?
EL
PADRE PASTOR CRUZO LA CALLE Y TOCO A LAS PUERTAS DEL “SECTOR 10”
DEL MININT.
PART
IV
CONCLUSION
Por @Manuel Prieres
---¿Qué
se le ofrece compañero sacerdote?
Formulaba
la pregunta una miliciana responsable de Despacho en la Sede del
Partido Comunista de la Regional Guantánamo-Songo-Yateras, situado
frente al parque 24 de Febrero.
Era
el Padre Pastor, cura párroco de Guantánamo, único sacerdote en
una ciudad de cientos y tantos mil habitantes. Iba acompañado por
el jóven Dagoberto, su manos derecha.
----Deseo
tener una entrevista con el Secretario del Partido -le contestó el
padre con voz suave pero firme.
----Negativo,
compañero sacerdote. El compañero Secretario no se encuentra. Pero
si quiere otro compañero lo atiende.
----No.
Mejor dígale al Secretario que deseo hablar con él
personalmente. Hoy estaré el día entero en la Casa Parroquial
esperando su llamado. Créame, el asunto es de urgencia.
Ese
día en el Curato las horas habían pasado sin apenas notarse
mientras el padre Pastor y Dagoberto ponían en orden algunas actas
matrimoniales y de bautismo en el Salón de Archivo.
Serían
aproximadamente las 1 p.m. de la tarde cuando un ayudante seglar
hizo su entrada en el Salón de Archivo para anunciar la presencia
del Secretario del Partido.
Noticia
que provocó que el rostro del buen cura se iluminase con síntomas
de satisfacción, mientras dibujaba lo que pudiera ser una sonrisa al
tiempo que le guiñana un ojo a Dagoberto.
----Anjá.
Ha ocurrido un milagro: “Un comunista visitando la Casa de Dios”
--alcanzó a decir en tono jocoso, mientras se disponía a recibir
al miembro del PCC. Dagoberto, por su parte, quedaba en el Salón de
Archivo en su labor de ordenar y clasificar las actas.
Aracelio
Carvajal Santos. Secretario General del Partido Comunista, aguardaba
de pie en el Salón de Visitas con la gorra militar verde oliva en
sus manos. El traje de miliciano compuesto de pantalón verde oliva
y camisa de mezclilla azul. Botas militares de confección soviética
empercudidas de fango, y una pistola “Makarov” dentro de la
cartuchera de piel color marrón.
Era
nativo de Guantánamo, mestizo, alto y frisando los treinta años...
El
padre Pastor hizo su entrada , y aún a distancia le extendió las
manos al comunista mientras le expresaba:
----No
esperaba yo que usted se molestara a venir hasta aquí: a lo más
creía que me citaría al Partido, y a lo menos una llamada
telefónica.
----SE
equivocó compañero sacerdote; aquí estoy respondiendo a su recado.
----Ya
veo, ya veo -respondió cortésmente el padre Pastor, mientras se
disponía a iniciar la entrevista.
----Verá
usted. En mi caso particular, y en el de la Parroquia en general,
jamás se ha ido a ustedes a molestarlos para nada. Sin embargo,
últimamente está ocurriendo algo que sí impone un diálogo entre
nosotros para su inmediata solución.
----Explíquese
compañero; estoy ansioso -espetó un tanto intrigado el comunista
Carvajal.
----
Sucede –inició su charla nuevamente Pastor. Parecía increíble
que aquel diminuto religioso desarrollase tanta confianza en sí
mismo en momentos embarazosos como aquel –. Hará un par de meses
están siendo vigilados mis pasos desde que salgo por la mañana
hasta que regreso por la noche. Se me sigue cuando voy a la iglesia,
cuando visito a mis enfermos particulares, cuando me dirijo una vez
por semana al Hospital. Donde quiera que voy, ahí, atrás, tengo a
dos muchachones que los pobres, deben de estar de lo más aburridos
al compartir la metódica existencia de un cura –y continúo
Pastor-. Como usted comprenderá eso no tiene sentido, y ya resulta
insoportable para mí. De manera que quisiera saber cuál es el
motivo para que a mí no se me pierda ni pies ni pisadas. Si se
sospecha algo regístrese el Curato, la Iglesia, ¡lo que quieran! Si
he cometido algún delito pues arrésteseme. ¡Ahh! Pero si no hay
nada contra de mí, le pido que se me retire inmediatamente esa
dichosa e incómoda, vigilancia.
---Lo
he escuchado atentemente compañero sacerdote; pero ¿cómo sabe
usted que ésos que le siguen son de los nuestros?
---Por
favor, mi caro amigo Secretario (Pastor gustaba referirse a sus
semejantes como “mi caro”). Esta ciudad no es tan grande como
para que no nos conozcamos. Le puedo probar que esos jóvenes que me
siguen, por mucho tiempo los he visto salir de ahí en frente –y
señaló con su índice en dirección al edificio de “Manolito
Martinez”, Cuartel General del “Sector 10”.
Carvajal
no pudo evitar una sonrisa ante la perspicacia del singular
religioso.
---Mire
compañero sacerdote. En lo que respecta a nuestra delegación del
Partido, por lo menos hasta ahora, no tenemos ninguna política de
confrontación con la iglesia; incluso somos tan tolerantes que nunca
se ha mandado a un cura a “picar caña”; los únicos que en Cuba
no han ido a picar caña son los hombres de sotana. Por eso déjeme
chequear con “El Sector 10” del MININT si hay algo específico en
contra
de usted. Y no se preocupe, ya tendrá noticias nuestras.
La
entrevista habría de continuar por varios minutos más, hasta que el
padre Pastor vio como el comunista se perdía detrás de la gran
puerta pulimentada de la entrada principal del Curato.
Dagoberto,
que había permanecido espectante en el Salón contiguo de la
capillita, se reunió con Pastor.
----¿Qué
hubo Padre?
---No
te preocupes, Dago; mi experiencia me dice que ya los dichosos
sujetos no nos molestarán más. Mi olfato de viejo zorro nunca
falla...
CO0NCLUSION.
Tomado
del Libro “Senderos de Rocío y Sal” autor Manuel Prieres, pag.
419-420
www,villagranadillo.com
*"Espacio Laical" tiene su version sobre el Padre Pastor Gonzalez
*"Espacio Laical" tiene su version sobre el Padre Pastor Gonzalez
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