JOHN WAYNE:
FEO, FUERTE Y FORMAL
Por Manuel Prieres
Este Miami de hoy produce urticaria cuando somos testigos de eventos que estan ocurriendo a nuestro alrededor, en nuestras propias narices, que nos ofenden y nos encrispan.
Nuestra gente se está rajando.
En una forma escandalosa, censurable, indigna; nuestra gente se está rajando.
El Exilio Histórico cubano diezmado más y más llevado a convertirse en un REDUCTO asediado… con grandes posibilidades de ser finalmente “echado al mar”.
Lleno de impotencia y vergüenza ajena voy en búsqueda una razón a imitar y a guarnecerme. Uno de mis héroes preferidos:
John Wayne “El Duke”.
Recuerdo la primera vez que supe que él exitía. No fue en las páginas de los periódicos, ni en las pantallas del cine o la televisión; fue en un cuaderno de colorear que yo pintaba…donde vi a aquel cowboy de cuerpo poderoso, pupilas achinadas, vistiendo su clásica camisa de dos hileras de botones dorados hasta el cuello.
Tenía yo diez años.
Con el tiempo volvería a ver yo otra vez a este “vaquero americano” al asistir a un pequeño cinema de mi pueblo donde exhibíase la película americana “Río Bravo”. Allí junto a sus guests Ricky Nelson y Dean Martin nuestro personaje se hubo de lucir y haciéndose famoso entre nosotros los jóvenes del pueblo con el descomunal culatazo que le propinó con su Winchester al jefe de “los malos” para tomarlo como prisionero después.
Simboliza John Wayne a ese tipo de hombres que aman a las mujeres, toman whisky y defienden a la Patria. Algo como la antítesis a ese otro espécimen prolífero de hombre que hoy fuma mariguana, amoral autodefiniéndose y la Patria importándole un bledo. ¡Hagamos el amor, no la guerra! – se habrán de desgañitar los centauros de la Contracultura de todos los tiempos.
En el caso de John Wayne observemos como cada vez que su país se ha de ver en conflictos, él personificará en el celuloide lo más puro, valiente y sacrificado del soldado en el frente. En la Segunda Guerra Mundial, por ejemplo, personifica al marine sargento Straiker en la sangrienta toma de Iwo Jima. Cuando la guerra de Vietnam, fue el David Crocket de la película sobre la batalla histórica de “El Alamo”, o el Mayor Williams en el film de “Los Boinas Verdes”.
A propósito de la película “Los Boinas Verdes” producida y drigida por Wayne, en los cines que se exhibía la Contracultura anti belicista de entonces la boicoteaba y saboteaba.
Probablemente algunos de sus detractores dirán que ha sido el “duro” que jamás estuvo en un campo de batalla real, en una guerra de verdad, y que sus enemigos a enfrentar siempre resultarán “extras contratados” tiradores de balas de salva. De acuerdo. OK. Pero sépase también que el destino le habrá de deparar un adversario más temible aún:el cancer. Contra el cual habrá de llevar lustros luchandolo.
Una vez, en una comparecencia por televisión vimos a un John Wayne aún convaleciente de una larga estadía en el hospital, donde había tenido una recaída con el temible adversario. Se le veía muy frágil, pero así y todo no podía arrancarsele de su rostro la eterna entereza de su fuerte personalidad.
“El Duke se nos va”: concluían por aquellos días los americanos del Hard Land que le amaban e imitaban.
Presintiendo el final, el legendario Cowboy de Hollowood, hubo de dar a la publicidad lo que quería fuera su epitafio postrer (escrito en castellano): “Jonh Wayne: Feo, Fuerte y Formal”.
Conmovedor y trascendente, por Dios.
A modo de legado, este genuino vaquero del oeste americano habrá de recibir el cariño y el respeto, la estimación de millones de personas. El presidente de entonces de los EE.UU., Jimmy Carter, le hubo de visitar en su lecho de enfermo para posteriormente a propia iniciativa conferirle “La Medalla del Honor”.
Un sello de correos honrará e inmortalizará su sempiterno talante de cowboy.
Feo, Fuerte y Formal: legado final suyo cuan caballero andante. FEO: para reconocer el dote de la belleza solamente a la compañera hembra. FUERTE: para con sus propias facultades aceptar el reto de la naturaleza y construir una cabaña llena de habitable calor, seguridad; como también (no nos olvidemos) para imponer respeto y defender al indefenso. FORMAL: para conservar con mesura, pero con entrega y firmeza, lo alcanzado, lo conquistado en buena lid.
John Wayne “El Duke”: el ultimo grande de una formidable escuela de “heroes” del celuloide, del Western.
John Wayne “El Duke”: el mismo que en Miami, en la Covención Republicana que se celebraba, cuando un piquete de Hippies impedían que él entrase, fue hasta la Guardia Nacional, pidió prestada una tanqueta y así llegó a la cita. El mismo que cuando la Contracultura boicoteaba y saboteaba su película de los “Boinas Verdes”, se lió a puñetazos con los Miquis cochambrozos que no querían que se exhibiera la patriótica cinta.
Este tipo de hombre –repito- que ama a las mujeres, toma Whisky, y defiende a su Patria.
Manuel Prieres
Villagranadillo@bellsouth.net
http://villagranadillo.blogspot.com/
FEO, FUERTE Y FORMAL
Por Manuel Prieres
Este Miami de hoy produce urticaria cuando somos testigos de eventos que estan ocurriendo a nuestro alrededor, en nuestras propias narices, que nos ofenden y nos encrispan.
Nuestra gente se está rajando.
En una forma escandalosa, censurable, indigna; nuestra gente se está rajando.
El Exilio Histórico cubano diezmado más y más llevado a convertirse en un REDUCTO asediado… con grandes posibilidades de ser finalmente “echado al mar”.
Lleno de impotencia y vergüenza ajena voy en búsqueda una razón a imitar y a guarnecerme. Uno de mis héroes preferidos:
John Wayne “El Duke”.
Recuerdo la primera vez que supe que él exitía. No fue en las páginas de los periódicos, ni en las pantallas del cine o la televisión; fue en un cuaderno de colorear que yo pintaba…donde vi a aquel cowboy de cuerpo poderoso, pupilas achinadas, vistiendo su clásica camisa de dos hileras de botones dorados hasta el cuello.
Tenía yo diez años.
Con el tiempo volvería a ver yo otra vez a este “vaquero americano” al asistir a un pequeño cinema de mi pueblo donde exhibíase la película americana “Río Bravo”. Allí junto a sus guests Ricky Nelson y Dean Martin nuestro personaje se hubo de lucir y haciéndose famoso entre nosotros los jóvenes del pueblo con el descomunal culatazo que le propinó con su Winchester al jefe de “los malos” para tomarlo como prisionero después.
Simboliza John Wayne a ese tipo de hombres que aman a las mujeres, toman whisky y defienden a la Patria. Algo como la antítesis a ese otro espécimen prolífero de hombre que hoy fuma mariguana, amoral autodefiniéndose y la Patria importándole un bledo. ¡Hagamos el amor, no la guerra! – se habrán de desgañitar los centauros de la Contracultura de todos los tiempos.
En el caso de John Wayne observemos como cada vez que su país se ha de ver en conflictos, él personificará en el celuloide lo más puro, valiente y sacrificado del soldado en el frente. En la Segunda Guerra Mundial, por ejemplo, personifica al marine sargento Straiker en la sangrienta toma de Iwo Jima. Cuando la guerra de Vietnam, fue el David Crocket de la película sobre la batalla histórica de “El Alamo”, o el Mayor Williams en el film de “Los Boinas Verdes”.
A propósito de la película “Los Boinas Verdes” producida y drigida por Wayne, en los cines que se exhibía la Contracultura anti belicista de entonces la boicoteaba y saboteaba.
Probablemente algunos de sus detractores dirán que ha sido el “duro” que jamás estuvo en un campo de batalla real, en una guerra de verdad, y que sus enemigos a enfrentar siempre resultarán “extras contratados” tiradores de balas de salva. De acuerdo. OK. Pero sépase también que el destino le habrá de deparar un adversario más temible aún:el cancer. Contra el cual habrá de llevar lustros luchandolo.
Una vez, en una comparecencia por televisión vimos a un John Wayne aún convaleciente de una larga estadía en el hospital, donde había tenido una recaída con el temible adversario. Se le veía muy frágil, pero así y todo no podía arrancarsele de su rostro la eterna entereza de su fuerte personalidad.
“El Duke se nos va”: concluían por aquellos días los americanos del Hard Land que le amaban e imitaban.
Presintiendo el final, el legendario Cowboy de Hollowood, hubo de dar a la publicidad lo que quería fuera su epitafio postrer (escrito en castellano): “Jonh Wayne: Feo, Fuerte y Formal”.
Conmovedor y trascendente, por Dios.
A modo de legado, este genuino vaquero del oeste americano habrá de recibir el cariño y el respeto, la estimación de millones de personas. El presidente de entonces de los EE.UU., Jimmy Carter, le hubo de visitar en su lecho de enfermo para posteriormente a propia iniciativa conferirle “La Medalla del Honor”.
Un sello de correos honrará e inmortalizará su sempiterno talante de cowboy.
Feo, Fuerte y Formal: legado final suyo cuan caballero andante. FEO: para reconocer el dote de la belleza solamente a la compañera hembra. FUERTE: para con sus propias facultades aceptar el reto de la naturaleza y construir una cabaña llena de habitable calor, seguridad; como también (no nos olvidemos) para imponer respeto y defender al indefenso. FORMAL: para conservar con mesura, pero con entrega y firmeza, lo alcanzado, lo conquistado en buena lid.
John Wayne “El Duke”: el ultimo grande de una formidable escuela de “heroes” del celuloide, del Western.
John Wayne “El Duke”: el mismo que en Miami, en la Covención Republicana que se celebraba, cuando un piquete de Hippies impedían que él entrase, fue hasta la Guardia Nacional, pidió prestada una tanqueta y así llegó a la cita. El mismo que cuando la Contracultura boicoteaba y saboteaba su película de los “Boinas Verdes”, se lió a puñetazos con los Miquis cochambrozos que no querían que se exhibiera la patriótica cinta.
Este tipo de hombre –repito- que ama a las mujeres, toma Whisky, y defiende a su Patria.
Manuel Prieres
Villagranadillo@bellsouth.net
http://villagranadillo.blogspot.com/
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