Carlos M. Estefanía
Foto Google Internet
Obamistas de última hora
2008-11-13
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Hay en nuestra diáspora y no sólo en ella, una especie de "opinionista", que, a decir de nuestro colega Henrij Hernádez, en mucho recuerdan al personaje central de la película Un hombre de éxito, aquella obra de Humberto Solás de 1985, en la que el personaje Javier Argüelles, interpretado por César Évora, encarnaba la esencia del oportunismo nacional; veamos la sinopsis, según cubacine.cu:
“La Habana, años treinta. Un joven ambicioso inicia su carrera de ascenso social valiéndose de su capacidad de seducción y sobre todo, de su carencia de escrúpulos. Después de la caída de la dictadura de Gerardo Machado en 1933, se propone insertarse definitivamente en las esferas sociales más poderosas. A partir de ese momento su carrera política se desarrollará exitosamente década tras década. Paralelamente a ello se van desmoronando sus vínculos familiares y afectivos, sacrificados por el oportunismo y la traición”
Este oportunismo se resumen en la desfachatez con que Argüelles cambia los cuadros de su oficina, aprestándose a rendir culto al mandatario de turno, así como hacen hoy los “obamistas” de última hora, esos que no tuvieron el coraje de escribir una sola línea a favor del candidato demócrata norteamericano en los momentos de la lucha electoral, por miedo por supuesto al qué dirán, y que ahora, una vez derrotada la alternativa republicana, se desviven con sus notas, artículos y declaraciones elogiando a Obama.
¿Porque actúan así? Talvez por ser mas papistas que el Papa, más norteamericanos que los propios norteamericanos en el culto al presidente elegido, o mas obamistas que Obama en su nueva visión de la política norteamericana hacia el mundo, o quizás por razones un tanto inconfesables, porque temen que sus financiamientos desaparezcan si son nombrados nuevos directivos en agencias como USAID: dicen pues ahora, lo que dijeron antes pero de otra forma, en resumen lo que los nuevos burócratas querrán escuchar (según ellos creen), lo hacen en resumen para seguir mamando de la ubre americana.
Estemos claros desde ahora, en su carrerismo, el obamismo de postelectoral, traiciona todo, hasta a sus viejos camaradas de la intransigencia cubano americana, y si algo falla y cae la nueva adminsitración norteamericana, traicionará mañana la línea de Obama, no lo dudemos.
Frente a estos obamistas, que no supieron quemarse en el momento del combate de ideas, los antiobaminsta derrotados, merecen mayor respeto, al menos supieron decir lo que pensaban y luchar con mayor o menor dignidad, allí donde otros se agazapaban, esperando ver cual sería el color del carro de la victoria, ese al que se suman en el jolgorio universal los obamistas de última hora.
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