domingo, 22 de abril de 2012

PART II - HOLA MADRID -JULIO DE 1971


SEGUNDA PARTE

III
MADRID,
CAPITAL DEL MUNDO
HISPANOPARLANTE

La Real Academia de la Lengua Española
El joven Manuel Prieres como tocando a la verja de la Real Academia.

Dejando atrás el increíble Museo del Prado, y ascendiendo por una empinada escalerilla de cemento hacia la Calle de Felipe IV, nos encontraremos con dos valiosísimas joyas del patrimonio hispano. A la derecha, inconmovible, vieja y hermosa a la vez, la iglesia de San Jerónimo El Real; a la izquierda, con alta verja de hierro negro y desbordando impenetrabilidad casi absoluta: La Real Academia Española de La Lengua. Edificio pequeño, sencillo (asemejándose a las solariegas mansiones del sur americano) que alberga en el interior de sus altas paredes toda una universal ciencia de comunicación para millones de seres humanos repartidos por el globo terráqueo. La institución más acreditada -diremos también- para decidir sobre los destinos del lenguaje castellano. Por eso, el cubano exiliado en España, aunque llegado a Barajas con una sola muda de ropas en el “gusano”; aunque trabajando -para subsistir- de Pinche en una cafetería de Goya... pero que también es amante y conocedor del mundo de las letras ¿Cuánto oxígeno representará en “su vida interior” tocar con cierto nerviosismo los negros barrotes de la verja franqueante? ¡Qué privilegiada emoción significará detenerse a las puertas de tan rectora MADRE, representativa por derecho del hispanoparlantismo!

¡Madrid, Capital del mundo Hispanoparlante!, qué decir de tus veinticinco teatros abiertos al público en la interminable temporada invernal; qué decir de esas “tablas” donde se deshace en mil pedazos el lenguaje de la fuerza interpretativa, de las imágenes, el sonido...

El cubano exiliado, mientras aguarda cruzar hacia EE.UU., no llegará probablemente hasta un Ortega deshumanizante, hasta un Benavente naturalista, o al Unamuno vanguardista, pero sí llegará a tiempo para familiarizarse con ese mundillo de noctívagos y románticos, que buscan en el teatromadrileño el antídoto curador a las intrascendentes noches invernales, aplaudiendo a un Okapi, deAna Diosdado; o la puesta en escena de “La Muerte de Dantón”, de Emilio Romero. Al “Bellas Artes”


teatro, para disfrutar del talento y belleza vallisotelana de Conchita Velasco, o ver a Manolo Escobarcon sus comedias musicales en el Calderón. Como también, apoyar con lapresencia y el aplauso a los compatriotas del teatro de la Zarzuela, sudando las 4,000 pesetas en la Coral y Figuraciones de las obras “La Taberna del Puerto”, o “Doña Francisquita”.

Trayectoria y experiencia cultural , sensibilidad y clase: estadíos, que la capital del mundo hispanoparlante guarda celosamente generaciones y generaciones. Estadíos que bien podrían estar representados en el castizo “Café Gijón”...Añejado, bullicioso y vivo recinto, donde viene a refugiarse toda la pluralidad artística y literaria que reside o transita por el culto Madrid. ¡Café Gijón!, ubicado, por sécula seculorum, en el Paseo de Los Recoletos (cerquita de Cibeles) y frecuentado siempre por escritores, poetas, músicos, toreros, play boys y divas; donde un día nos encontramos a Juanjo Menéndez dándole el último toque a su personaje “Juan Español” que sale en TV. Otro día nos hallaremos en la mesa contígua de este cubanito exiliado a Palomo Linares que además de torero también pintor “expresionista”, inspirado tal vez en el paisaje bello pero algo apartado que circunda a su “Palomar” ( la millonaria -en pesestas- casa de campo de su propiedad). Y si en el Metro hallamos carteles pegados a la pared promocionando a “Barros y Cenizas, del cubano Guerra Alemán; y si en el Drug Store, de Fuencarral, hojeamos la obra-denuncia hacia el presidio político:”Perromundo”, de Carlos Alberto Montaner; y si en las librerías de la Gran Vía nos damos el portazo con el “Libro de Los Doce”, de Carlos Franqui, y si en toda España ya “El Sitio de Nadie” de la escritora Hilda Perera, cubana exiliada en Miami y finalista en el Premio Planeta; por qué no, en Café Gijón, no habremos de premiar la otra obra literaria de otro cubano exiliado y residente en Miami:Ramiro Gómez Kemp, con “Los Desposeídos”.



¡Cierto!...¡Efectivamente! El cubano ya conoce al Café Gijón de Recoletos. Y viendome yo con mi combinación “Blue Jean” pidiendo en la barra “Un Cuba será Libre” de ron con cocacola yo como todo un desconocido después de haber terminado mi faena en Bravo Murillo haciendo copias de llaves “al Minuto”.

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