Berta Soler y Doña Reina Loyna Tamayo en el aeropuerto de Miami
Foto Radio y Tv. Martí
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BERTA SOLER, más cercana para el exilio histórico de Miami y más distante para el estamento académico de la cubanología
abril 27, 2013 – 7:01 am |
Emilio Ichikawa
A pesar del esfuerzo inicial por presentar al grupo de viajeros opositores o disidentes del castrismo como una unidad sin contornos, se han ido decantando niveles y sumando matices. Detalles superables, claro está, pero que pesan mucho porque al no haber una guerra o una elección donde los desencuentros verbales cedan en función del interés político práctico por lograr una victoria o evitar una derrota, lo verbal amplifica su importancia al punto de que un elogio se toma como una alianza y una crítica como una ruptura.
El Movimiento Cristiano Liberación a través de una declaración en su página web (ahora de muy difícil acceso) ha marcado distancia de Elizardo Sánchez y Yoani Sánchez. Mientras la líder de Las Damas de Blanco Berta Soler ha llegado a EEUU situándose a la “derecha” los anteriores compañeros de viaje. Soler comparte con Yoani Sánchez el enunciado del carácter pacífico de su lucha, pero se ha mostrado inequívocamente a favor del embargo de EEUU. En lo personal, ha sido públicamente más efusiva en su compromiso con la Congresista Ros-Lehtinen (como muestra este VIDEO) que la famosa bloguera de Generación G; logrando que el ex Representante Lincoln Díaz-Balart se motivara a hacer el viaje a las instalaciones del Congreso Federal en Washington DC para darle la bienvenida, y que el actual líder de la Fundación Nacional Cubano Americana Jorge Mas Santos le acompañara en su entrevista en la Casa Blanca con el funcionario Ricardo Zúñiga.
Otro matiz distintivo de Berta Soler es que probablemente ha sido la única visitante que ha resuelto el problema del financiamiento de los grupos opositores reivindicando el derecho a agenciarse esos dineros sin excusa alguna. Al respecto declaró Berta Soler en la entrevista exclusiva a la periodista Karen Caballero de Radio Martí: “Todo país cuando quiere un cambio ha necesitado y ha tenido recursos del extranjero. Fidel Castro cuando llegó al poder llegó con dinero del extranjero. Martí salió a pedir dinero en el extranjero. Entonces sí estamos pidiendo porque la disidencia en Cuba está sin zapatos, la disidencia en Cuba está sin ropa, la disidencia interna en Cuba está sin recursos, sin dinero, con hambre, porque el gobierno cubano no le da trabajo”.
Yoani Sánchez llegó a Washington DC y a Miami de la mano del Congresista Joe García (que ahora ocupa un extremo de la mesa) y del empresario Carlos Saladrigas, quienes la expusieron como el símbolo (o el indicador) de que en la “comunidad anticastrista cubana de Miami” se había producido un reajuste del que emergió como “nueva mayoría” un grupo más moderado, deseoso de cambios democráticos en Cuba y respeto a los Derechos Humanos, pero a través de la implementación de un diálogo y amplios intercambios con la sociedad civil y el gobierno de la isla. El complemento de esta situación era la conversión en “nueva minoría” de la “vieja mayoría” identificada como exilio histórico cubano. Es cierto que esta mutación solamente se postuló, sin pruebas, durante los días que Yoani Sánchez estuvo como huésped en Miami. Pero tampoco se cuestionó lo declarado. El dictamen sobre un cambio en el exilio cubano de Miami sencillamente funcionó como un hecho. De tal fuerza, que personalidades consideradas anticastristas radicales como Ninoska Pérez Castellón, Diego Suárez y Remedios Díaz-Oliver dieron un giro (demasiado apresurado) hacia la fuerza dominante de turno: el grupo anticastrista moderado.
No digo que Berta Soler represente una posición adversa a la de Yoani Sánchez; pero sí es indiscutible que su andanada verbal es más osada y que restituye como protagonistas (al menos por los días en que Soler ande por acá) a figuras relegadas durante la “Yoani season” en Miami. Con Berta Soler el exilio histórico se sentirá un poco más cómodo; y aunque visite el ICCAS de la Universidad de Miami, mantendrá a distancia al estamento académico que orbitó en torno a Yoani Sánchez. Berta Soler no satisface los requisitos librescos básicos que la elite cubanológica exige a sus reclutados.
BERTA SOLER, más cercana para el exilio histórico de Miami y más distante para el estamento académico de la cubanología
abril 27, 2013 – 7:01 am |
Emilio Ichikawa
A pesar del esfuerzo inicial por presentar al grupo de viajeros opositores o disidentes del castrismo como una unidad sin contornos, se han ido decantando niveles y sumando matices. Detalles superables, claro está, pero que pesan mucho porque al no haber una guerra o una elección donde los desencuentros verbales cedan en función del interés político práctico por lograr una victoria o evitar una derrota, lo verbal amplifica su importancia al punto de que un elogio se toma como una alianza y una crítica como una ruptura.
El Movimiento Cristiano Liberación a través de una declaración en su página web (ahora de muy difícil acceso) ha marcado distancia de Elizardo Sánchez y Yoani Sánchez. Mientras la líder de Las Damas de Blanco Berta Soler ha llegado a EEUU situándose a la “derecha” los anteriores compañeros de viaje. Soler comparte con Yoani Sánchez el enunciado del carácter pacífico de su lucha, pero se ha mostrado inequívocamente a favor del embargo de EEUU. En lo personal, ha sido públicamente más efusiva en su compromiso con la Congresista Ros-Lehtinen (como muestra este VIDEO) que la famosa bloguera de Generación G; logrando que el ex Representante Lincoln Díaz-Balart se motivara a hacer el viaje a las instalaciones del Congreso Federal en Washington DC para darle la bienvenida, y que el actual líder de la Fundación Nacional Cubano Americana Jorge Mas Santos le acompañara en su entrevista en la Casa Blanca con el funcionario Ricardo Zúñiga.
Otro matiz distintivo de Berta Soler es que probablemente ha sido la única visitante que ha resuelto el problema del financiamiento de los grupos opositores reivindicando el derecho a agenciarse esos dineros sin excusa alguna. Al respecto declaró Berta Soler en la entrevista exclusiva a la periodista Karen Caballero de Radio Martí: “Todo país cuando quiere un cambio ha necesitado y ha tenido recursos del extranjero. Fidel Castro cuando llegó al poder llegó con dinero del extranjero. Martí salió a pedir dinero en el extranjero. Entonces sí estamos pidiendo porque la disidencia en Cuba está sin zapatos, la disidencia en Cuba está sin ropa, la disidencia interna en Cuba está sin recursos, sin dinero, con hambre, porque el gobierno cubano no le da trabajo”.
Yoani Sánchez llegó a Washington DC y a Miami de la mano del Congresista Joe García (que ahora ocupa un extremo de la mesa) y del empresario Carlos Saladrigas, quienes la expusieron como el símbolo (o el indicador) de que en la “comunidad anticastrista cubana de Miami” se había producido un reajuste del que emergió como “nueva mayoría” un grupo más moderado, deseoso de cambios democráticos en Cuba y respeto a los Derechos Humanos, pero a través de la implementación de un diálogo y amplios intercambios con la sociedad civil y el gobierno de la isla. El complemento de esta situación era la conversión en “nueva minoría” de la “vieja mayoría” identificada como exilio histórico cubano. Es cierto que esta mutación solamente se postuló, sin pruebas, durante los días que Yoani Sánchez estuvo como huésped en Miami. Pero tampoco se cuestionó lo declarado. El dictamen sobre un cambio en el exilio cubano de Miami sencillamente funcionó como un hecho. De tal fuerza, que personalidades consideradas anticastristas radicales como Ninoska Pérez Castellón, Diego Suárez y Remedios Díaz-Oliver dieron un giro (demasiado apresurado) hacia la fuerza dominante de turno: el grupo anticastrista moderado.
No digo que Berta Soler represente una posición adversa a la de Yoani Sánchez; pero sí es indiscutible que su andanada verbal es más osada y que restituye como protagonistas (al menos por los días en que Soler ande por acá) a figuras relegadas durante la “Yoani season” en Miami. Con Berta Soler el exilio histórico se sentirá un poco más cómodo; y aunque visite el ICCAS de la Universidad de Miami, mantendrá a distancia al estamento académico que orbitó en torno a Yoani Sánchez. Berta Soler no satisface los requisitos librescos básicos que la elite cubanológica exige a sus reclutados.
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