Tea Party busca madurar como fuerza política
Por KATE ZERNIKE / NYT
NASHVILLE, Tennessee
Sí hubo el puñado de intérpretes de la guerra revolucionaria con pelucas empolvadas y sombreros de tres picos. Y el tipo en camiseta que se proclamaba miembro orgulloso de la "Multitud de Tennessee'', una pulla contra los políticos que desestimaron a la organización Tea Party, considerándola "una multitud enojada''. Y un orador sí insistió en que el nacimiento de Jesús está mejor documentado que el del presidente Barack Obama.
Sin embargo, en la inauguración de la Convención Nacional del Tea Party en esta ciudad, ya no estaban los manifestantes que llevaron mantas con el rostro con bigote hitleriano de Obama o superpuesto encima del Guasón. En realidad, no había ninguna manta, a menos que se cuente un cartel de Sarah Palin con su característico saco rojo que alguien colgó del hierro forjado de uno de los balcones del hotel y centro de convenciones Opryland.
Los organizadores dijeron que se sacaría a cualquiera que tuviera un "aspecto demasiado loco''. Tenían un objetivo que resultó que prácticamente todos compartían aquí: convertir al Tea Party en una fuerza política seria, en lugar del grupo sumamente enojado y marginal, como según dicen se les ha etiquetado.
"El movimiento está madurando'', dijo Judson Phillips, el fundador de Nación del Tea Party, el sitio de la red social que auspició la convención. "Los mítines fueron buenos el año pasado porque eso es lo que podíamos hacer entonces. Este año tenemos que cambiar las cosas. Tenemos que ganar''.
El objetivo es elegir un Congreso conservador en el 2010 y un Presidente conservador en el 2012. Con ese fin, los organizadores anunciaron la integración de un comité de acción política que dicen podría canalizar $10 millones a opositores conservadores este año.
Y la convención trató de encauzar el enojo hacia lo que Phillips llamó "el primer curso de Ingeniería Electoral''.
A pesar de la convención y sus buenas presentaciones en PowerPoint, este fin de semana, el movimiento que empezó hace un año para protestar por los rescates gubernamentales y la legislación sanitaria mostró signos de que todavía es incipiente, diverso y casi definitivamente sin liderazgo.
"Este movimiento no necesita un líder'', dijo Anthony Shreeve de la Coalición Tea Party de Tennessee, la que no participó ese fin de semana, pero montó una rueda de prensa afuera. "Es un movimiento de nosotros, el pueblo''.
La Nación del Tea Party dijo que invitó a los presidentes de los comités nacionales Republicano y Demócrata para que hablaran con delegados en sesiones tipo asamblea municipal. Sus miembros argumentan que los republicanos son tan cómplices como los demócratas de la expansión del Gran Gobierno, así que quizá ninguno se hubiera sentido bien recibido.
Sin embargo, los organizadores dijeron que el Comité Nacional Demócrata nunca respondió, y, aunque el presidente del Republicano, Michael Steele, expresó interés, después declinó diciendo que tenía "problemas de agenda'', lo que Phillips calificó de ‘‘realmente lamentable''.
"¿Les tienen miedo?", preguntó un reportero de la radio francesa, uno de varios periodistas extranjeros que cubrieron la Convención.
"Deberían'', respondió Phillips.
Hubo representantes de algunas antiguas organizaciones conservadores, como Young Americans for Freedom y Judicial Watch. Sin embargo, a la Convención le faltaron patrocinadores y participantes hasta el mismo día de la inauguración debido a acusaciones de otros organismos motineros contra Nación del Tea Party, que tiene fines de lucro y no se disculpa por ello, por tener ganancias excesivas.
Patriotas del Tea Party, otro sitio de redes sociales vinculado a FreedomWorks, la central de defensoría en Washington, dirigida por Dick Armery, el ex líder republicano de la Cámara de Representantes, sugirió a sus miembros que el precio del boleto era demasiado elevado: $549 o $349 para sólo ver a Palin, la principal oradora programada para el sábado por la noche.
Phillips se negó a decir cuánto se le pagaría a Palin, porque, dijo, los hizo firmar un acuerdo de confidencialidad. Según informes, cobró $100,000.
Al final, señaló, saldrían tablas: "Le sigo diciendo a la gente que mis ganancias serán de los dos dígitos más altos''.
LA NO CONVENCION
Además del tipo con camisa de la bandera estadounidense, ésta no tuvo la sensación de confeti y caída de globos de la típica convención. Podría haber sido muy bien una reunión anual de dentistas o maestros (en el salón de al lado del Opryland, que parece un pequeño planeta, estaba Blissdom, una conferencia de bitacoristas femeninas).
Delegados con sus nombres en tarjetas que pendían del cuello miraban los estands --uno del juez Roy Moore, quien alcanzó los titulares nacionales más recientemente por su lucha para conservar un monumento de los Diez Mandamientos afuera de su tribunal, y hoy contiende por la gubernatura de Alabama. Había quien vendía camisetas, pendientes de bolsitas de té en plata sterling, y café y té del Tea Party (precio especial para la Convención: ocho dólares la bolsita).
No hubo discursos fogosos. Las 600 personas que llegaron de lugares tan lejanos como Hawái estaban sentadas en filas ordenadas en salones de banquetes, escuchando las discusiones de los paneles sobre cómo hacer crecer al movimiento y levantando las manos educadamente para hablar.
"Esta es una verdadera convención de trabajo, nada en torno a las bolsitas de té o los letreros'', señaló Mark Skoda, el líder motinero en Memphis, a quien, por su voz de locutor y psique impositiva, se seleccionó para tratar con los medios informativos, que el movimiento del Tea Party estima que han sido menos que amistosos.
En muchas de las sesiones se enfatizó la importancia de nuevas tecnologías. Aunque los partidarios del Tea Party expresan poca admiración hacia Obama, con frecuencia mencionan su campaña como un modelo de cómo acumular una fortuna a partir de pequeños donativos y usar las redes sociales.
Sin embargo, la multitud presente era en gran medida de edad mediana para arriba, y la tecnología no se le facilitará tanto como a los jóvenes, que en comparación, impulsaron la campaña de Obama. Una sesión sobre ‘‘colaboración en tecnología aplicada de nube de palabras'' se estancó en lo básico, como hacer una búsqueda efectiva en Google, comprar un dominio en la red o enviar correos electrónicos.
No obstante, lo que a los delegados les faltó en desparpajo político, lo compensaron con energía.
En un panel titulado "Derrotar al liberalismo mediante el proceso de las primarias'', el salón estalló en una ovación de pie cuando Barbee Kinnison, una delegada de Nevada, se levantó y declaró su intención de unirse a los grupos del Tea Party detrás de un candidato para derrotar al senador Harry Reid de Nevada, el líder demócrata.
Cuando terminó la sesión unos minutos después, la gente se acercó a ella para intercambiar números de teléfonos celulares y promesas de apoyo. "Tienes que venir a California y ayudarnos a derrotar a Nancy Pelosi'', dijo una mujer.
EL TERREMOTO DE BROWN
El senador Scott Brown, el republicano de Massachusetts recién juramentado, no asistio, pero su presencia estaba en todas partes, su victoria se mencionó como un ejemplo de cómo el Tea Party podría convertir el enojo en poder.
Skoda señaló que lo emocionó la energía de la marcha en Washington en septiembre.
"Luego, no pasó nada'', dijo. "Un millón y medio de personas, y el Presidente prácticamente nos ignoró. Fue cuando la gente se dio cuenta que teníamos que hacer más''.
Se acercaron, señaló, en las elecciones congresuales especiales en el Distrito 23 de Nueva York, donde un conservador de un tercer partido sacó al republicano de la contienda y perdió frente a un demócrata por unos cuantos miles de votos.
Sin embargo, después sucedió lo que denominó "el terremoto'' de Brown, que ganó un escaño que tuvo un Kennedy durante casi medio siglo.
"Creo que la gente se dio cuenta en ese momento: ¡Cielos!, todo esto resultó en la elección de alguien y el cambio del ambiente en toda la agenda de Obama'', indicó. "Lo hicimos sin ser peyorativos, lo hicimos sin insultos, lo hicimos sin la idiotez que se podría sugerir que es el enojo tradicional del momento. Maduramos''.
UN ASUNTO DE FAMILIA
Aparentemente, el entusiasmo era contagioso.
Susan y Gil Harper de Cushing, Maine --ella abogada que trabaja en su casa para un bufete en Nueva York y él fabricante de muebles-- dijeron que habían limitado su participación política a votar. Sin embargo, Harper expresó que el rescate bancario lo indignó, y por eso fue a su primer mitin del Tea Party.
Le dijo a su esposa que quería de regalo de Navidad un boleto para la primera Convención del Tea Party.
Cuando se lo entregó, ella le comentó que también iría, pero sólo de incógnita, con sombrero y anteojos oscuros.
"Porque Nancy Pelosi calificó de nazi a la gente que cree en el movimiento del Tea Party'', explicó, refiriéndose a la presidenta de la Cámara de Representantes, quien en realidad no lo hizo, sino que mencionó que manifestantes habían portado suásticas.
"La familia de mi abuelo escapó del nazismo por ser polaca judía. Llamarnos nazis es una aberración''.
Para el viernes por la noche, llevaba la cabeza descubierta, y sus ojos hacían contacto directo y determinado.
"Creo que ya salió'', comentó Harper.
Ella sonrió. "Ya no me pongo el sombrero''.
3 comentarios:
ME PASO CON FICHA, QUIENES SON ESTA GENTE ?
Si van en contra de Obama y su politica economica descabellada que me apunten en la lista.....
Es un movimiento tradicional, conservador y americano. TEa Party tiene su origen cuando an la colonia americanas los inglesesquisieron ponerle un impuesto al te, y en la bahia de Boston los revolucionarios americanos votaron las pacas de TE que habían en los barcos al mar. Fue ahí donde empezó la lucha de los americanos contra los ingleses. Ahi nacio la revolucion americana.M
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