UN POCO DE HISTORIA su Majestad REINA SOFIA.
La llegada masiva de casi un millón de emigrantes españoles traídos por los gobiernos cubanos en prenda de solidaridad espiritual y mostrando la grandeza del alma cubana ante un enemigo -como España que la había tratado de destruir-, cubrió con un manto de caridad los horribles crímenes morales y penales que el gobierno español había cometido en Cuba durante su ocupación de la Isla.
Pero la conciencia histórica, la memoria histórica, no habían olvidado. Por respeto a nuestros padres españoles que habían visto cómo morían sus hermanos en las arenas africanas y en las maniguas cubanas inmolados sin piedad por la torpe política española del reinado imperial, los cubanos no restregaron en la faz de España en la forma en que debía haber sido, ni el asesinato de los Estudiantes, ni lo fusilamientos de los Expedicionarios del Virginius, ni los agarrotamientos de La Cabaña, ni los fusilamientos del Foso de Los Laureles, en fin, esa lista interminable de crueldad y sevicia que fue la nota predominante desde el asesinato de los aborígenes cubanos del Imperio Español.
Siempre hemos defendido la obra cultural de España contra la Leyenda Negra. En los cubanos, a los que España martirizó y fusiló, tuvo la obra colonizadora de España sus exégetas más favorables.
Y todo esto, a pesar de que España trató, como trata hoy sosteniendo al comunismo en Cuba, desde decapitar la nacionalidad cubana, lo que fue su ingente esfuerzo a través del siglo XIX, hasta perseguir a Varela, a Saco, a Martí, y a todos los que hicieron al pueblo cubano. Persiguiendo toda idea de cultura y libertad y sumiéndonos, a los cubanos, en el infierno moral de la esclavitud, del juego, de la vagancia. Enseñándonos las figuras de Capitanes Generales, como Vives y De Concha -quien fusiló a sesenta héroes en dos días- las más vivas entrañas del depotismo y del totalitarismo.
Ahora habla la Conciencia Histórica. Habla la Memoria Histórica. España que se alió a los más pérfidos intereses en contra de Cuba y trató de cortarle la yugular a la nacionalidad cubana entregándonos al dominio extranjero en el Tratado de París, (vencido por la grandeza del pueblo cubano más tarde), hoy día, de mano con el marxismo-castrista, quiere de nuevo tratar de dominarnos, y recurre sutilmente a la penetración económica que fue siempre bienvenida, cuando tenía otros fines cuando la República, pero no ahora.
Se nos envía, para esclavizarnos más, al Rey Español, el que brindó con uno de los dictadores más brutales que han conocido los siglos, por su salud en Oporto. La España que mandó a Cuba -para refozar al régimen castrista- a Adolfo Suárez. Y la España que mientras dice que el Rey representa la democracia, en una falacia canallesca, lo utiliza para agrilletar aún más al pueblo cubano.
De esto España tendrá que responder en una Cuba futura. De su conducta que se opone a lo que fue la divisa de todo español: el concepto del honor. De aquí en adelante las transgresiones morales y físicas de la España Colonial estarán en el dedo que señala hacia la historia del colonialismo español en Cuba. Porque como dicen los cubanos: "no hacerlo, sería traicionar al pueblo español y a los emigrantes españoles que son substancia viva de la Patria Cubana".
Manuel Prieres
Dr. José Sánchez Boudy
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