Entrevista a Montaner
Por Juan CuellarNo dudo en lo absoluto en la fe democratica de Montaner y su gran capacidad de analisis, y es por eso que no puedo comprender ciertos aspectos en el que poco tienen que ver con los hechos en Cuba, razgos que contradicen la razon misma.
Si Carlos Alberto Montaner quiere ser o sonar "politicamente correcto", muy bien, pero creo que deberia serlo siempre y no cuando le sea oportuno. Su dialogo con Silvio es un ejemplo de ello. Bien sabe Montaner que Silvio es tan culpable de nuestra tragedia como su Comandante en Jefe. Una version del Goebble del nazismo, responsable de llevar una mentira, la cual conoce como tal, al resto del mundo. Un siervo del miedo, del odio y de la represion que el mismo evita vendiendole su musica al verdugo. Premiarlo con el abrazo cordial es pisotear los cadaveres de su revolucion.
No decir esto es volver a repetir el error de sus padres, como habia dicho con anterioridad. Si alguien hubiera alertado al cubano de entonces quien realmente era los mozalbetes de los Castros el resultado pudiera haber sido diferente. Pero no, el abrazo y la fraternidad pudieron mas que la realidad ante sus ojos y motivados por el idealismo, sucumbieron a la idea sin tomar en cuenta los hechos.
Creo que Carlos Alberto Montaner escribe demasiado claro para tantas ofuscaciones en su carrera. Creo que todos cambiamos de parecer y eso es bueno, es natural, pero nunca debemos cambiar la verdad conocida por parecer bueno. Cuba demanda y merece mas que eso. Merece deshacerse del lenguaje "politico correcto" y hablar con claridad. Demanda uniformidad de pensamiento a la hora del analisis: a llamar las cosa por su nombre. La diferencia entre ser lucido a estar lucido.
Cuando a Montaner le preguntan:
Llama la atención que sean, mayoritariamente, cubanos de raza negra y mujeres los que hayan preferido convertirse en mártires. ¿Qué significado cree que puedan tener estos actos en el despertar de una conciencia popular dentro de la isla?
El responde:
"Los negros y las mujeres son quienes más sufren bajo el socialismo, y ambos grupos por las mismas razones: son los segmentos más pobres. Los negros, porque ocupan los espacios peor remunerados. Las mujeres, por la ruptura de las familias".
Montaner evade la pregunta fundamental: ¿Qué significado cree que puedan tener estos actos en el despertar de una conciencia popular dentro de la isla? y solo se aventura a racionalizar motivaciones esquivando la respuesta :
Montaner sabe que la poblacion negra en Cuba, para empezar, es tan mal remunerada como el resto de la poblacion en general y tan bien remunerada como su habilidad de integracion le permite. Si tomamos el caso de Zapata y Farinas vemos a dos remuneraciones diferentes: El primero es psicologo y el segundo era albanil, sin embargo los dos son negros y uno, el mas remunerado, esta dispuesto a morir por la misma causa que murio el menos remunerado . Lo mismo puede decirse de Oscar Elias Biscet, Perez Antunez, Vladimiro Roca, Felix Bonnes Carcases y la lista se hace interminable. No se puede vacilar ante una pregunta que requiere una respuesta con el mismo valor que se pregunta.
Ejemplo:
Nada hay distinto en lo que ahora hace, mayoritariamente, la poblacion negra en Cuba a lo que han hecho, mayormente, la poblacion blanca en el pasado al verse traicionados ambos grupos por la revolucion en Cuba. Heroes blancos, mayormente y negros, que murieron en huelgas de hambre y en el campo de batalla. Ahora les toco a ellos, por mayoria, ser los ultimos en verse traicionados por creer ciegamente en las promesas de igualdad racial de esa revolucion que lo ha utilizado como punta de lanza, tropa de choque y carne de canon internacional- en verse mas desigual que nunca en la historia de Cuba. Verse hoy como carceleros de su propia prision. Ellos, por creer, terminaron sin familiares en el extranjero y mas pobres que nunca. Es por eso que hoy son los mas rebeldes.
Y creo mas importante el despertar de sus consciencias que despertar la consciencia de un pueblo sonambulo por un exilio de viajes y remesas que a sus puertas no toca.
Juan Cuellar
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