Los Aldeanos son un dúo, compuesto por dos apuestos jóvenes, que parecen muy hábiles. Sus canciones son contestatarias, en contra del régimen, es evidente. Sin embargo, usan camisetas con la carona del Ché delante -si mal no recuerdo llevan al Ché en un tatuaje-, pero en los tiempos que corren, y para congraciarse con el extranjero que visita la isla, eso es normal. Conocí a una puta, perdón, a una jinetera, que para conseguir clientes franceses, se hacía llamar La Bastilla, eso ocurría en La Habana de los noventa, además respondía al epíteto de “la jinetera revolucionaria”. Los franceses se volvían locos con ella, pese a que era un pestillo, también le decían la 43, Lisa hasta la Terminal -le pregunté cuál era el secreto y me contestó: -Les hablo de mi vida como pionera comunista, les cuento del Ché, el tema de conversación es el Ché, invariablemente. De lo que deduje que los franceses lo que ansiaban no era precisamente una puta,, no, ellos buscaban templarse al Ché, y a través de ella se hacían cráneo.
Los Aldeanos, decía, son un dúo, y a veces un trío, con Silvito, El Libre, o con Eskuadrón Patriota. Adoro a Eskuadrón Patriota, soy su fan número uno.
Me gustan las letras de Los Aldeanos, pero no comprendo su doble discurso, o simplemente, su discurso. Cuando Gorki Águila cayó preso, cantaron en el escenario del concierto que el gobierno dio como contracandela, y no dijeron ni pío acerca del rockero. Ahora les dan el cine Acapulco, que pertenece al ICAIC, y al Poder Popular (o sea, a los Castro), para un concierto donde hubo cabida para 2000 personas, entre seguidores y segurosos, y seguidores-segurosos. Cantaron, aunque “no apretaron”, y la gente aplaudió, y deliró.
Granma y la televisión cubana no les dieron cable. El Nuevo Herald, sí. Ellos, sin embargo, luchan por que Granma los saque en la portada, ellos, según sus declaraciones, desprecian el capitalismo, desprecian el exilio, y aunque hablan en el programa de María Elvira, también desprecian a María Elvira -no lo dicen, aunque se nota-, y al programa, porque son el otro lado del enemigo. Sin embargo, aunque el otro lado del enemigo, debería ser su amigo, para ellos, no; para ellos el enemigo es el amigo, y el verdadero enemigo es al que quieren convencer, con sus canciones, claro, para que sean buenos, después de 51 años de crímenes y represión -que ellos reflejan en sus canciones-, Los Aldeanos quieren cambiar verdaderamente al enemigo. No al mundo, eso es mucho pedir. ¿Vieron el enredo? Para sobrevivir en Cuba hay que enredarse de ese modo.
Creo que fue Reinaldo Arenas quien le dijo, en una ocasión a Tom Colchie, que la diferencia entre el capitalismo y el comunismo era que, en el primero, si no estabas de acuerdo, podías salir a la calle y protestar, entonces vendría un policía y te entraría a patadas, pero tú seguirías protestando. ¿Y en el comunismo? Preguntó intrigado, Colchie: “En el comunismo, si no estás de acuerdo, no puedes protestar, y si lo intentas, vendrá la policía, o sea, el pueblo, y te caerá a patadas, mientras tú aplaudes, contento y feliz de haber sido reprimido por el glorioso y heroico pueblo al que has traicionado”.
En su documental Revolución, Los Aldeanos se definen como eternos jóvenes revolucionarios, los otros son los que han traicionado -¿lo fueron alguna vez? Pregunto yo. Además, despotrican en contra del exilio, de Miami, y tan tranquilos. Yo ellos pediría ahora mismo que les sacaran el artículo de El Nuevo Herald. ¿Qué hacen un par de revolucionarios como ellos, que no necesitan de la publicidad capitalista en ese periódico del enemigo del exilio? Yo ellos me fajo, como un buen par de revolucionarios, para que Granma les publique la noticia del concierto. Estoy segura que mañana sacarán una canción al respecto, porque ellos, creativos, sí que son.
Zoé Valdés.
Un hermoso dúo, pero me sobra la camiseta del aChesino, aunque cada cual se viste como quiere: