colaboraciones »
Wilfredo Cancio Isla
Romance junto al féretro (2009)
Fue una noche de dolor para los amigos del comentarista deportivo Sarvelio del Valle que se dieron cita en una céntrica funeraria de Hialeah para darle el último adiós al Caballero de la Sonrisa de Radio Mambí.
Pero sin dudas el gran momento más espectacular de la velada mortuoria se lo llevaron el veterano locutor, líder anticastrista y director de Radio Mambí, Armando Pérez Roura, y la doctora devenida activista de la causa patriótica, Marvis Labrada. El velorio de Sarvelio se convirtió en un verdadero avispero de comentarios y chismorreteos desde el momento en que Pérez Roura y la temba Labrada hicieron su entrada al salón, ella del brazo del vejete, mientras de vez en cuando se intercambiaban melosos besos de amantes quinceañeros.
A partir de ese instante, la dinámica del velorio fue otra totalmente distinta y Sarvelio pasó a un segundo plano. Era la oficialización en público, en plena Hialeah, del romance más tórrido que tiene lugar esta primavera en Miami.
Semanas atrás, a raíz de un banquete de recaudación de fondos para el militante octogenario Luis Posada Carriles, el adalid de Unidad Cubana se molestó porque le habían dejado para comprar tres mesas del banquete, a $400 cada una, y confesó que él no era millonario y ”la mayoría de las veces estoy en números rojos”. (Que le hagan ese cuento a Grisel, la miliciana, que conoce muy bien los tejes y manejes del guanikiki que pasa por debajo de las mesas en tiempos de elecciones locales).
Lo cierto es que el libertador de Galiano y Calle Ocho se está gastando con la doctora Labrada lo que tiene y lo que no tiene. Llamó sobremanera a los dolientes (de Sarvelio, no de Pérez Roura) el despliegue de joyas de la temba, que también le ha tumbado al amante la hipoteca de una casa, un par de cirugías estéticas para ella y su hija, y el patrocinio del club de pelota Los Mambisitos, donde juega el menor de la prole de la galena, que además se ha convertido en la comentarista de la Mesa Redonda de los miércoles en Radio Mambí.
¡Carey, Cialis, Viagra!, exclamaban los jodedores en la puerta del velorio al paso del cortejo amoroso. Si hay boda, ya sabemos quién va a ser la gran triunfadora.
Porque los que están cerca del locutor dicen que no está nada, pero nada bien de achaques. Que Dios y Sarvelio lo protejan desde allá arriba. Y que perdonen a Labrada, que para luchar se viene al exilio.
-NOTA: La modalidad de usar correos personales con otros fines no la inventaron Assange o Snowden, antes que ellos la practicó en Miami Wilfredo Cancio Isla. Y en la blogosfera cubana Miguel Cossío y Ernesto Hernández Busto. Creo que ni Loret de Mola, ni Roberto Céspedes, ni Ardines han llegado a esto.
José Antonio Évora es testigo, porque él irrumpió amenazantemente en mi teléfono por un e-mail personal que le había enviado a Cancio y este le pasó. Pero José Antonio Évora cree que este trasiego con correos privados está justificado si media una amistad: “Cancio es mi hermano”, dijo Évora a propósito de la correspondencia violada por Cancio. Por supuesto que, consumado el hecho, le pedí disculpas a Évora. No por él, sino por una gran persona aludida en el tema.
Armando Pérez Roura (y el Dr. Pertierra) debe incorporar otros nombres a su lista de truhanes. Y como dice el ex-profesor Wilfredo Cancio Isla: “Aquí solo damos noticias: No juzgamos”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario