MORATORIA
Miope-Irresponsable-Colaboracionista- Peligrosa.
Ahora se unen al coro de los que piden "Hacer una Moratoria de tres meses retirando las restricciones a las remesas y viajes a Cuba", William Delahunt, Jeff Flake y Jerry Moran.
Miope-Irresponsable-Colaboracionista- Peligrosa.
Ahora se unen al coro de los que piden "Hacer una Moratoria de tres meses retirando las restricciones a las remesas y viajes a Cuba", William Delahunt, Jeff Flake y Jerry Moran.
¿Cómo es posible que toda esta fauna miope-irresponsable y jugando peligrosamente a "la Moratoria de 90 días quitando las restricciones a Cuba" no se dan cuenta que en estas horas tan terribles que estan viviendo los cubanos de la Isla, se salgan con esta "movida politiquera y colaboracionista"?
No se percatan estos "colaborantes" que si en estos precisos momentos se levantan las restricciones a Cuba por 90 días, y entonces esos familiares en Cuba que tienen parientes en el exterior (3 millones y medio) pudieran enviar ayuda a los suyos en los barrios de Cuba, qué pasa con esos vecinos en los mismo barrios que no tienen familiares afuera. ¿Qué pasa en estos días de penurias, tribulaciones y desgracias ciudadana unos vecinos son testigos como otros en el mismo barrio tienen el privilegio de disfrutar de ayuda del exterior que ellos no tienen?
En tiempos de tragedia nacional, exhibir y disfrutar de privilegios echados en las caras de sus semejantes desposeídos,es egoista y peligroso.
Por tanto: Pedir en estos momentos post "Gustav" e "IKE" una Moratoria que ayudaría solamente a tres millones y medio de cubanos por tres meses, es una AGRESION egoista, estúpida y peligrosa.
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Ike desata debate sobre las sanciones a Cuba
CASEY WOODS y LESLEY CLARK
The Miami Herald
AP
Los congresistas William Delahunt, Jeff Flake y Jerry Moran, de izquierda a derecha, arriban al Ministerio de Relaciones Exteriores de Cubam durante un viaje a la isla en el 2006. Flake es uno de los políticos que han pedido al presidente Bush el levantamiento temporal de las restricciones al envío de remesas y viajes a Cuba, tras el paso de dos huracanes que han dejado al país devastado.
La inmigrante cubana Cristina Pujadas se ha pasado los últimos días llorando mientras veía la devastación en su país y preocupada por la familia que dejó atrás.
Y observa a los gobiernos de Cuba y Estados Unidos enredarse en formalidades que, a ojos de Pujadas, no tienen ningún sentido: La Habana se niega a recibir ayuda de Estados Unidos mientras Washington se niega a aliviar las restricciones al dinero que los cubanos pueden enviar a sus familiares en la isla.
"Estoy cansada de vivir así, con esta situación que se prolonga ya varias décadas, por la falta de amor por los más afectados'', dijo Pujadas, de 57 años y quien vino a Estados Unidos en 1982. "Mientras estos gobiernos se atacan el uno al otro, la gente sufre''.
La devastación en Cuba debido a los huracanes Gustav y Ike, que destruyeron buena parte de las cosechas necesarias para la supervivencia de la gente, ha renovado exhortaciones a aliviar el embargo económico de Estados Unidos a Cuba. La Iglesia Católica, una coalición de organizaciones cubanoamericanas de asistencia y un contingente de políticos --entre ellos el candidato Barack Obama y el representante Jeff Flake, demócrata por Arizona-- han pedido al presidente Bush que levante temporalmente las restricciones que limitan el dinero que los cubanos pueden enviar a sus familiares en la isla. Muchos de los llegados recientemente de Cuba dicen que las necesidades humanitarias de los cubanos de la isla son más importantes que la política que divide a ambos gobiernos.
"Duele ver esto porque Cuba es mi sangre, mi patria'', dijo Pujadas.
A Pujadas le preocupa su media hermana, que sobrevive en un apartamento inundado en La Habana, sobreviviendo a base de galletas y preguntándose si podrá encontrar algo de comer en los próximos días.
"Cuando hay una catástrofe como un huracán en Cuba, la gente tiende a concentrarse más en el país y se dan cuenta que nuestra política no tiene sentido'', dijo el representante Flake.
La presión --y las acusaciones de insensibilidad ante el sufrimiento de tantas personas-- provocó una respuesta enfática del gobierno estadounidense. El Departamento de Estado emitió una lista de pasos que Washington ha tomado para ayudar al pueblo cubano, como la oferta de $100,000 en ayuda de emergencia a organizaciones no gubernamentales y aumentar temporalmente la cantidad de dinero que organizaciones de asistencia humanitaria con licencia del Tesoro pueden entregar a la isla.
Washington también ofreció enviar un equipo de evaluación a la isla, el primer paso para abrir la puerta a millones de dólares en ayuda, pero el gobierno cubano declinó la oferta alegando que su personal era capaz de evaluar los daños.
"Estamos con el pueblo cubano en este momento difícil'', dijo Carlos Gutiérrez, secretario de Comercio de Estados Unidos, en una declaración. "Esperamos que el gobierno de Cuba ponga el bienestar de su pueblo por encima de la política''.
Los partidarios del embargo criticaron a los políticos que batallan por levantar las restricciones e incluso a las personas que desean enviar más dinero a sus familiares.
Mauricio Claver-Carone, un importante cabildero a favor del embargo y director del Comité de Acción Política Democracia EEUU-Cuba, dijo que las exhortaciones a aliviar las restricciones para ayudar a las víctimas del huracán vinieron del mismo grupo que defiende desde hace mucho el levantamiento del embargo. Y pronosticó que el intento fracasará.
Los inmigrantes cubanos preocupados por su familiares deben considerar el bien común, dijo Ninoska Pérez Castellón, personalidad de la radio y la televisión y presidenta del grupo Consejo por la Libertad de Cuba.
"Hay 11 millones de personas en la misma situación'', dijo. "Lo que debemos hacer es buscar formas de beneficiar a los 11 millones de personas y solucionar la crisis, no pensar en lo que podemos hacer por nuestros familiares''.
El nuevo debate provocado por lo huracanes ha intensificado el tema del embargo en las campañas políticas.
Representantes de campaña del demócrata Raúl Martínez, ex alcalde de Hialeah, y su oponente, el representante Lincoln Diaz-Balart, republicanos, se acusaron mutuamente de politizar la crisis humanitaria.
Martínez defiende el levantamiento temporal de las restricciones a la ayuda familiar porque ‘‘cuando algo así ocurre es necesario ponerlo todo a un lado en bien del pueblo''.'
Carlos Curbelo, portavoz de la campaña de Diaz-Balart, señaló que un mensaje electrónico que Martínez envió para llamar la atención sobre la devastación incluía al final un enlace que decía ‘‘haga clic aquí para contribuir'' a la campaña de Martínez.
Martínez dijo que el enlace fue un "accidente'', que se disculpó de inmediato y que la situación se corrigió de inmediato.
"¿Ve lo miopes que son estas personas?", dijo Martínez, quien agregó que su oponente ha permitido que la ideología se imponga a las necesidades de sus electores cubanoamericanos.
Diaz-Balart enfatizó que él y otros partidarios del embargo creen que ya existen los mecanismos para ayudar a los cubanos a través de las entidades autorizadas por el gobierno estadounidense.
"Ciertamente esperamos que la comunidad internacional presione al máximo al régimen [de Cuba] para permitir la ayuda ilimitada'', dijo.
Organizaciones locales como el Movimiento Democracia, Solidaridad Judía e Hijas de la Caridad han reunido donaciones y suministros para enviarlos a Cuba.
Aunque lo agradecen, a muchos inmigrantes cubanos les preocupa que esa ayuda no llegue directamente a sus seres queridos.
"Deben levantar las restricciones porque no hay nada más seguro que enviar dinero a los familiares'', dijo Miguel Jiménez, de 46 años, que tiene familia en Camagüey, provincia muy afectada por el huracán Ike. "Uno quiere tener la tranquilidad de saber que van a poder comprar lo que más necesitan''.
cwoods@MiamiHerald.com
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