sábado, 27 de septiembre de 2008

RECLAMAR AUTONOMIA CIUDADANA (Part I).

EL ESTADO
Plaza de la Revolución-CUBA
Foto:Google Internet
EL ENTORNO
Valle de Viñales-Pinar del Río -CUBA
Foto Google Internet

RECLAMAR AUTONOMIA CIUDADANA (Part I)
Por Manuel Prieres

LA DEPENDENCIA Y LA INDEFENSION DEL INDIVIDUO FRENTE AL ESTADO MARXISTA:

La dependencia es algo inherente al ser humano, pero cuando se sale de sus cauces naturales, lógicos y justos, se torna en una gran calamidad.

Sobre la experiencia cubana de los últimos tiempos bajo esa llamada utopía -caprichosa y trituradora -que es el castrocomunismo, tenemos que convenir que es una prueba fehaciente de cómo un sistema comunista en el poder introduce hasta el tuétano de los huesos la dependencia del individuo hacia el Estado paternalista y totalitario.

El Estado

Haciéndolo su siervo, su prisionero, su víctima.

Cuando esa utopía caprichosa y trituradora -que en la mayoría de los casos sus autores se empecinan en llamar revolución- echa a un lado a Dios, a la familia, a las Instituciones tradicionales y constituidas, a la libre empresa, a la libre locomoción, a la propiedad privada, al derecho individual, etc., y el Estado se atribuye la potestad de adueñarse del individuo desde su nacimiento hasta su muerte construyendo para ello una aceitada maquinaria de sometimiento ciudadano, día a día, hora a hora, minuto a minuto, segundo a segundo...

Es cuando se entra en una dimensión social de incalculables consecuencias.

¿Cómo crecer? ¿Cómo educarse? ¿Cuándo marchar? ¿Cuándo detenerse? ¿Cuándo reir? ¿Cuándo llorar? ¿Cuándo impugnar y calumniar? ¿Cuándo adular y ovacionar? ¿Cuándo vivir? ¿Cuándo morir? ¿Cuándo salvar? ¿Cuándo matar? ¿Cuándo ser camarada? ¿Cuándo ser enemigo?

En los tradicionales sistemas de fuerza de las llamadas dictaduras de derecha, generalmente su intromisión y coerción oficial llega hasta frente a las casas de los ciudadanos...pero de ahí no se pasa.

En el comunismo la cuestión es muy diferente. Sus militantes del PARTIDO irrumpen en la santidad del hogar de cada ciudadano con la sacrosanta encomienda revolucionaria de trastocarlo, desarticularlo y desnaturalizarlo todo.

"Se te inmuniza contra la Poliomelitis; pero después se te envía a morir en guerras internacionalistas".

"Se te alfabetiza; pero después se te castiga por escribir un poema contestatario".

"Se te educa, se te da una profesión; pero después nunca serás dueño de ejercer tus conocimientos donde mejor te plazca. Habrá siempre un cordón umbilical que te atará al padrecito Estado".

"De qué vale que en la propaganda comunista se te diga que en el capitalismo: el hombre es el lobo del hombre, si en la sociedad comunista los individuos (que dicho sea de paso pierden su condición de ciudadanos) se convierten en rehenes del Estado".

Pero ¿cómo se va generando y adquiriendo formas en el ciudadano el comportamiento de dependencia y el de ánimo de indefensión hacia el Estado Socialista en una sociedad comunista?

Partamos de la premisa que el Estado es dueño de vidas, haciendas y destinos. Algo así como un descomunal árbitro, juez y policía.

Viéndose obligado el individuo -al que le ha sido castrada su condición de ciudadano- constantemente tocando a los portones del "padrecito Estado" para resolver sus necesidades más perentorias y básicas.

Examinemos algunos ejemplos gráficos de cómo funciona esa maquinaria generadora de dependencia e indefensión:

El racionamiento ciudadano. (o el hambre dosificada). Por supuesto que una formidable herramienta oficial para acogotar al individuo, quitándole todo tipo de tiempo, fuerza e iniciativa personal...que le ata, que le aprisiona, que le desarma, que le esclaviza. Si el Estado por ejemplo en el racionamiento te tiene acostumbrado a dar una docena de plátanos al mes; si por una casualidad te aumenta la ración a 24 plátanos al mes, eso querrá decir que tú te tendrás que volver una gelatina aplaudiendo, agradeciendo, y reconociendo públicamente "esa maravilla" de que el "padrecito Estado" te ha premiado con 12 plátanos más. Por Dios. No hay que agradecerle nada. Esa es su responsabilidad por ser dueño de vida y hacienda. Por ser el único propietario de todo lo que vive, se mueve y se levanta alrededor.

Otro ejemplo: Como el Estado comunista es el gran y único patrón; pues todos los individuos tienen que trabajar para él. El día que un obrero tiene un problema laboral serio en su "Centro de Trabajo" con el funcionario jefe, su desavenencia no será con la dirección de la empresa donde trabaja, sino con el Estado Socialista y la Revolución.

Un ejemplo se sentimiento de indefensión del individuo frente al Estado Socialista es cuando el mismo al caer en desgracia con el todopoderoso régimen comunista comprueba aterrado que no puede pedir ayuda, que no puede buscar protección en nadie para que se le resguarde. Mira a su alrededor y no ve una institución, una autoridad, un abogado, un cura, un policía, un amigo, a quien arrimarse para protegerse de la arremetida oficial.

Toda una trampa. Un gran laberinto sin salida en la sicología del individuo sometido a la satrapía de un Estado totalitario comunista.

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Sin embargo. Como cada ser humano ha sido hecho por Dios a su imagen y semejanza con características únicas, individuales y emancipantes, finalmente su desarrollado instinto de conservación lo hará desarrollar primarios mecanismos de defensa y supervivencia frente al Estado opresor.

Esos mecanismos no pudieran ser otros que un formidable mundo interior al que le resultará a la Seguridad del Estado imposible de llegar y neutralizar a pesar de que el carapacho exterior dé señales de un total sometimiento.

Más o menos lo que pudiéramos señalar como una "Máquina de Defensa Interior" dentro del individuo a la que nadie llega.

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LO UNICO REAL ES LO QUE PUEDES TOCAR CON LAS MANOS, LO DEMAS ES PURO EJERCICIO INTELECTUAL:

TU ENTORNO.

EL ENTORNO: proveedor de todo lo necesario para que un conglomerado humano viva, crezca y se destaque en todos los órdenes. Sacar de la propia parcela lo más sagrado, lo más valioso, lo más trascendente. No buscar afuera "Escuelas", "Modelos" o "Arquetipos" que no puedan sacarse de las entrañas de nuestro propio Entorno.

LA FILOSOFIA DEL ENTORNO
(La Nueva Frontera)

Es una nueva Escuela de Pensamiento que parte de la necesidad de liberarse de esos males atávicos que hacen al individuo -en particular- y a la sociedad -en general- dependientes compulsivos de totalitarismos de corte marxista, de jerarquías y elites religiosas nada transparentes; de utilitarismos desenfrenados y perniciosos que convierten al ser humano en un adicto al hedonismo rampante; de desenfrenados poderes faraónicos dentro de las sociedades modernas que más que un nivel de prosperidad y riqueza alcanzada en una enfermedad compulsiva de poder.

La Filosofía del Entorno (La Nueva Frontera) ofrece al individuo, a la sociedad, a la civilización, herramientas para salirse de esa dependencia que "somete y denigra", que aprisiona y perpetúa a uno en la condición de ciervo social.

La Filosofía del Entorno (La Nueva Frontera) proclama al ser humano como una obra particular y especial de Dios. Por tanto tiene el mandato divino de luchar por mantenerse libre y único a su imagen y semejanza.

Lo que sucede es que a través de la historia el ser humano ha venido cediendo buena parte de sus atributos y facultades personales -dados por Dios, repetimos- a fuerzas selectas, poderosas e inescrupulosas que lo hacen dependientes de ellas.

Pongamos como gráfico ejemplo a esa mazorca de maíz colocada delante del asno para que mientras trata de alcanzarla y comérsela, tira de la carreta. Aunque por supuesto que nunca la atrapará, porque antes ¡reventará!

La Filosofía del Entorno (La Nueva Frontera) rechaza categóricamente que el individuo -como elemento social- sea reducido a la degradante condición de masa, de rebaño, de estadística, y por consiguiente sometido a las directrices, agendas y caprichos de élites, de jerarquías, de fuerzas faraónicas.

El individuo es único, y por consiguiente NUNCA una pieza de la gran maquinaria.

La semejanza del individuo en sociedad deberá ser con la de un instrumento musical poseedor de particular sonido, que para lograr la necesaria esencia armónica en el Concierto tiene que sacrificar parte de su sonido original, pero sin menoscabo de su personalidad propia como instrumento.

Que no le quepa dudas a nadie que el individuo está preparado para jugar un papel social de concierto; muy distinto, muy diferente, a esa condición destinada desde arriba de masa, de rebaño, esperando por directrices emanadas desde gargantas desgañitadas y gestos sobre una tarima, un púlpito, un cajón de bacalao.

La Filosofía del Entorno (La Nueva Frontera): En suma es una Escuela de Pensamiento que trabaja porque todo lo que el universalismo, el internacionalismo y el mundialismo han usurpado y pretenden continuar haciéndolo, sea rescatado, reivindicado y sembrado en la tierra para siempre.

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